- Tenía que haber sido una realidad desde hace unos meses. "Es la primera vez que me enfrento a una exposición de esta escala, con obras en diferentes salas", dice aceptando el reto. Pero todo en este año tan extraño y complicado está mediatizado por la covid-19. Y aunque la movilidad está restringida, hay que guardar las distancias, los rostros casi no se ven... "desde que supe que iba a hacer esta muestra hay un movimiento interno en mí que no se podía retrasar más; es de agradecer que frente a todo esto se sigan haciendo exposiciones", apunta tras la mascarilla June Crespo (Pamplona, 1982). De momento. Artium vuelve a cruzarse en su camino profesional para acoger Helmets hasta el 2 de mayo de 2021. "Hay tiempo", sonríe, o eso se intuye, con la esperanza de que en estos meses muchas cosas cambien y quienes ahora no tiene permitido acudir a la capital alavesa para compartir su propuesta, terminen por poder hacerlo.

Parece mentira pero han pasado doce años desde que la artista pamplonesa participase en el programa Entornos próximos del museo vitoriano. "En realidad, considero que mi trabajo consciente como artista empezó a partir de 2010", puntualiza. A Artium regresó, por cierto, en 2013, a recoger el premio Gure Artea en reconocimiento a su actividad creativa. "De aquellas épocas hay gestos que permanecen en lo que hago, maneras que, por así decirlo, se repiten". Son solo fechas en el calendario, pero también reflejos de una trayectoria que no ha parado de crecer y de obtener una significativa proyección. En este sentido, hay un dato significativo con respecto a la actual muestra: de las 24 obras que la conforman, 14 proceden de colecciones tanto públicas como privadas y de galerías.

En la selección realizada para esta ocasión, conviven tanto piezas creadas de manera específica para la exposición, como últimas producciones "que no han tenido tanta visibilidad", y obras "que para mí han sido claves" en el último lustro. Todo ello le sirve a la autora navarra para compartir con el público un "cruce de caminos" entre el pasado y el presente que también sirve para dibujar lo que vendrá, donde lo nuevo no dejará de tener una referencia, un anclaje en lo anterior. "Es algo que tiene que ver mucho con mi forma de trabajo, con cómo lo entiendo, con una continuidad en la que siempre hay nuevos impulsos, nuevos pasos pero que se dan, o así lo creo, con coherencia". Ahí, como señala Crespo, es fundamental otra palabra clave: experimentación. "Hay que probar con técnicas y materiales" y dejar que "unas piezas vayan llevándote a otras", más allá de que "todo conforma un único ambiente", una idea que se refleja en esta muestra, aunque se distribuya en varias salas.

Así lo describe una artista que reconoce que inicia muchas piezas con una idea en la cabeza con la esperanza de que, casi al instante, la obra no encaje con ese pensamiento inicial. "Tengo una intención y luego la cambio porque me gusta ese espacio para las sorpresas. De hecho, es algo que ya espero que suceda", comenta, al tiempo que apunta que, tanto con esta exposición como con el resto de su trabajo, "la pretensión es que cada pieza genere distintas asociaciones y pensamientos" en el público.

Como explica Artium, la muestra sirve para ahondar en el trabajo de Crespo, quien a trabaja, desde la escultura, "un lenguaje que remite al cuerpo y a sus relaciones con la arquitectura. Conductos, límites, circulación y restos son algunos de los términos habitualmente utilizados para referirse a su producción, esculturas e imágenes que insisten -siempre desde una precariedad material, desde una economía de medios- en la importancia del estar haciendo, en el ensayo".

La muestra se organiza mediante distintas series de piezas entre las que se encuentra Helmets (2019), que articula los diferentes espacios y de la que la exposición toma su título. Se trata de un conjunto de obras referidas al cuerpo humano, con secciones de torsos cortados, modificados y reensamblados. También se incluye un conjunto de obras de pequeño formato, Instrumentos y fetiches (2017), en las que Crespo parte de moldes realizados a objetos cotidianos que son después segmentados, ensamblados y fundidos en bronce.

En series más recientes, como Voy, sí (2020), la artista pamplonesa pone en primer plano materiales de carácter utilitario como la cera o la escayola, que en otras producciones desaparecen del resultado final. Otro grupo de obras recientes es Core (2019-2020), realizadas en hormigón y metal.

"Tengo una intención y luego la cambio porque me gusta ese espacio para las sorpresas"

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