Más de 700 antimilitaristas e insumisos al servicio militar obligatorio, muchos de los cuales pasaron por prisión en los 80 y 90, han firmado un manifiesto en contra de la guerra en Ucrania y en defensa de la objeción de conciencia. En movimiento, que cuenta con el apoyo de cerca de 300 insumisos y simpatizantes en Navarra, reclama la salida de las tropas rusas, el cese del envío de armas por parte de la OTAN y un apoyo a los refugiados "vengan de donde vengan", incluidos los objetores de conciencia.

El manifiesto se ha presentado hoy en Pamplona frente al Gobierno Militar, donde se ha entregado el documento. Y se han anunciado además varias movilizaciones en contra del conflicto armado en Ucrania y los intereses económicos que lo sostienen. La primera será esta misma tarde, a las 20.00 horas frente a la Delegación del Gobierno con el lema "las guerras son un crimen contra la humanidad, convocada por la plataforma Gerrarik ez!

AQUÍ PUEDES SUSCRIBIR EL MANIFIESTO

La presentación ha corrido a cargo de Argiñe Salanueva, hermanda de Unai Salanueva, insumiso fallecido, y de Lander Aurrekoetxea, insumiso preso. "Somos quienes durante las últimas décadas del siglo XX y principios del siglo XXI participamos en la campaña antimilitarista contra el Servicio Militar Obligatorio y la Prestación Sustitutoria en el Reino de España", recoge el manifiesto, que recuerda que "decenas de miles de personas, apoyadas por millones, en una movilización popular histórica" conquistaron "el derecho a la objeción de conciencia y que acabó con la servidumbre vergonzosa de la mili".

"Una comunidad desobediente y antipatriarcal que se enfrentó a miles de juicios, a la persecución y a la cárcel; y que se sostuvo gracias al apoyo mutuo y, en gran medida, a la lucha de las mujeres mientras permanecían en prisión los hombres que se negaban al reclutamiento. Ayer, como hoy, reivindicamos la insumisión a la guerra, y una humanidad liberada del autoritarismo y de los ejércitos. Luchamos entonces, y luchamos ahora, contra todas las injusticias que provocan las guerras y por la eliminación de sus causas", recuerdan.

Por ello, y "mientras los Estados adornan la barbarie de la guerra con su propaganda patriótica", insisten "en el derecho universal a renunciar a las armas y a que las personas decidan libremente su destino". "Nadie debería verse obligado a elegir entre uno y otro lado del matadero".

El movimiento antimilitarista recuerda así que el Gobierno ucraniano ha establecido el reclutamiento forzoso para los hombres de entre 18 y 60 años, "convirtiendo en clandestinos a miles de jóvenes y adultos que se niegan a combatir, y a los que las bandas paramilitares detienen en controles de carretera y a la salida de las ciudades".

Igualmente, critican que el Gobierno ruso "engaña y coacciona a los soldados para que no abandonen las filas de su armada". Mientras que la Unión Europea "niega asilo político a los desertores de ambos bandos, envía armas a la zona y anuncia el incremento de su presupuesto militar". "La guerra acelera la crisis energética y medioambiental global, y amenaza aún más la economía de las personas vulnerables y de los países empobrecidos", enfatizan.

"Nos negamos a obedecer pasivamente sin ofrecer resistencia. Nos negamos a compadecer a las víctimas de las guerras sin protestar. Rechazamos la masculinidad forjada en la figura y el mito del guerrero, la colonización patriarcal de nuestras mentes y cuerpos. No queremos convertirnos en seres dañinos y peligrosos, capaces de cometer toda clase de humillaciones y maltratos. No queremos ser cómplices de la violencia sexual contra mujeres de todas las edades, ni del asesinato de personas pequeñas, enfermas o mayores indefensas. Las soluciones que generan más violencia perpetúan la dominación", subraya el movimiento insumiso.

Por todo ello, el manifiesto señala:

"Exigimos el cese de la invasión rusa, la retirada de las tropas de ocupación, y el respeto a la voluntad de quienes viven en las diferentes zonas de Ucrania para decidir su futuro en libertad, respetando los derechos de todas las minorías.

Exigimos que la Unión Europea y el Reino de España en particular acepten las peticiones de asilo de quienes desertan de la guerra o huyen del reclutamiento obligatorio, de acuerdo al derecho universal a la objeción de conciencia. Matar en una guerra no es un deber cívico.

Exigimos que la Unión Europea acoja sin restricciones a todas las personas que vengan huyendo de cualquier guerra que haya en el mundo. Rechazamos el racismo y la crueldad de las fronteras.

Exigimos que cese el envío de armas y tropas de países de la OTAN a la zona, el desmantelamiento de los paraísos fiscales donde blanquean sus beneficios las industrias de armamento y las oligarquías europeas, y la desmilitarización del conflicto. Los crímenes de guerra anteriores de cualquiera de las partes en conflicto no justifican ninguna intervención sangrienta más: echar más leña al fuego no es la solución.

Animamos a las poblaciones civiles de los territorios en guerra a resistirse al odio social, y a apoyar a los soldados y desertores que se nieguen a participar en la matanza.

Apoyamos a quienes en Ucrania y Rusia se autoorganizan con fines pacíficos, emplean medios de lucha incruentos, practican la desobediencia civil y la defensa noviolenta, y padecen la represión política por oponerse a la guerra; en especial, a los movimientos antimilitaristas y feministas de aquellas tierras.

Llamamos a organizar una red europea de apoyo a pacifistas y desertores que desobedezcan a la guerra en Ucrania y que sufran persecución política.

Desobedeceremos las leyes españolas y europeas las veces que haga falta, para acoger en nuestras casas a pacifistas y desertores de Rusia y Ucrania".

Finalmente, el movimiento antimilistarista aboga por "acabar con todas las guerras es acabar con la dictadura del sistema económico capitalista que las provoca y se beneficia de ellas". "Se equivocan quienes creen que alargar esta guerra de Ucrania, cuyos antecedentes más cercanos se remontan a 2014, traerá algún tipo de beneficio para nadie: solo servirá para producir más sufrimiento y para alimentar el fascismo en todos los rincones del planeta", concluye.