Javier Esparza, presidente de UPN, ha arrancado en solitario una larga precampaña electoral a un año de los comicios. En un acto en la Ciudadela, Esparza ha pulsado el botón de la cuenta atrás tras un discurso frente a cargos y afiliados.

El acto estaba previsto como un encuentro distendido, pero el tono de Esparza ha sido áspero y sus palabras han estado cargadas de reproches a PSN, EH Bildu y también a los diputados Sayas y Adanero, de los que ha dicho que no cumplen con la palabra dada.

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El discurso lo ha hecho íntegramente como presidente de UPN. Es significativo, porque el nombre de la coalición Navarra Suma apenas ha salido de refilón. El mensaje ha sido la vuelta de UPN como partido de Navarra, solo con los símbolos regionalistas y sin menciones a sus socios PP y Ciudadanos.

Tanto así que Esparza ha arrancando contestando a la encuesta del PSN de la semana pasada. "Nosotros también tenemos una encuesta pero no es como la del PSN, a cuyos cocineros se les ha pasado la sal y la pimienta", ha bromeado.

En esa encuesta, con el 68% de participación UPN tendría 17 escaños, el PSN 10 y "la ultraderecha", como se ha referido a Vox, no entra en el Parlamento. "Y hasta aquí puede leer", ha dicho.

Es significativo porque 17 escaños son tres menos de los que ahora tiene Navarra Suma en el Parlamento, lo que a priori no sería motivo de ninguna celebración. Más, teniendo en cuenta que "la ultraderecha" no entra y que será una incógnita saber qué pasará con PP y Ciudadanos, que siempre han tenido poca presencia (en el caso popular) o están en vías de extinción (en el de los naranjas). En cualquier caso, la encuesta pinta un panorama con la derecha en varias siglas, lo que supone asumir la desaparición de la coalición Navarra Suma.

Esparza también ha apelado a la ilusión y a la movilización. Sabe que la derecha tracional está necesitada de estímulos y más en Navarra tras la crisis de Sayas y Adanero, que ejemplifica una ruptura en ese espectro político que también está en el votante.

Esparza ha pedido el "favor" de movilizarse, para lo que ha agitado todos los fantasmas, sobre todo el de un EH Bildu fuerte y que podría formar parte del Gobierno si no lo evitan los comicios. Ha llegado a decir que votar a los socialistas implica reforzar a EH Bildu.