Si en algo coinciden todos los partidos al inicio de una campaña electoral es en que la prioridad es no cometer errores. Todo llega muy medido. Eslóganes, fotos, actos, discursos… pero un patinazo puede acabar echando por tierra todo lo anterior.

Así que los siete candidatos que este viernes han participado en el primer debate de la campaña han optado por ir a los seguro y evitar un cuerpo a cuerpo del que nunca se sabe cómo van a salir. Todos han salido a empatar, así que se puede dar por resultado un empate general. Lo que no tiene por qué se necesariamente bueno para todos.

La cita la organizado la Cadena Ser. Durante hora y media Javier Esparza (UPN), María Chivite (PSN), Uxue Barkos (Geroa Bai), Laura Aznal (EH Bildu), Begoña Alfaro (Contigo Navarra), Carlos Pérez Nievas (Ciudadanos) y Javier García (PPN) han hablado de vivienda, de atención sanitaria, fiscalidad, empleo y reto climático.

Un debate con las cabezas de lista de las fuerzas con representación parlamentaria que ha sido por lo general de guante blanco y que sólo se ha animado al final, cuando Esparza ha reprochado a Chivite sus acuerdos con EH Bildu, tema en el que la candidata socialista ha evitado entrar. O cuando Barkos y Aznal han polemizado sobre la Ley de Vivienda del Estado y su posible implicación en la autonomía foral.

Un momento del debate electoral organizado por la Cadena Ser Javier Bergasa

Dos bloques claros

Durante muchos momentos han sido un conjunto de monólogos entrelazados, pero se han podido escuchar propuestas y medidas concretas, y han confrontado dos modelos de desarrollo social y económico que han dejado ver también dos bloques claramente diferenciados.

Por un lado los socios del Gobierno en esta última legislatura, que han abogado por una fiscalidad progresiva y sostenible frente a la bajada general de impuestos que plantean los hasta ahora miembros de Navarra Suma y esta vez concurren por separado. También dos visiones de la política de vivienda o de la apuesta por las energías renovables desde el prisma del desarrollo económico y de la política social.

Ha habido también un consenso general en la necesidad de mejorar la situación sanitaria y, especialmente, la atención primaria. Todos los partidos han abogado por destinar más recursos al departamento para reducir las listas de espera.

Pero ahí han surgido también los reproches. Los Javier Esparza al Gobierno: “Han gastado más que nadie pero los resultados son peores que nunca”. Y los del Gobierno a la oposición. “La última vez que gobernaron solo nos trajeron recortes”, ha replicado chivite.

Las polémicas

No ha habido mayores sorpresas a partir de ahí, más allá del cruce de reproches por la gestión del PAI entre Esparza y Barkos. Porque el primero ha criticado que no se quiera facilitar que las familias con menos recursos puedan aprender inglés, y la segunda ha señalado que la apuesta debe ser un plurilinguismo de calidad y no estrategias electoralistas. “No pretendan decirnos que el inglés se aprende solo con el PAI porque no es cierto”, ha incidido Laura Aznal.

Ha sido sin embargo justo al final cuando se ha animado el debate. Los candidatos han respetado tanto los tiempos, renunciando a turnos de palabra adicionales incluso, que el moderador de incorporado un turno libre de intervención para tratar temas que habían quedado fuera de los bloques planteados por la emisora.

Y ahí ha salido Javier Esparza para denunciar la presencia de antiguos condenados por ETA en las listas de EH Bildu para reclamar a Chivite que rompa con su socio electoral, haciendo suyas las palabras del presidente de Aragón, Javier Lambán, que ha pedido a Sánchez que marque distancias con la izquierda abertzale. “Será legal pero no es aceptable. Va de valores y de ética y usted tenía que haber sido más clara”, ha señalado el candidato de UPN, que ha preguntado a la socialista si va a romper con EH Bildu.

Barkos y Esparza, en un momento del debate. EFE

Pero no ha habido respuesta. Chivite ha esquivado el tema aprovechando que la política de vivienda se ha convertido en el tema estrella del tramo final. Ahí se han visto algunos de los cruces dialécticos más interesantes. Entre Aznal y Barkos, porque la primera reclama una intervención del mercado del alquiler en base a la nueva Ley de Vivienda estatal y la segunda le ha advertido del ataque competencial que puede suponer porque la normativa navarra en esta materia está “más avanzada”.

Pero también entre Esparza y Alfaro, porque el candidato de UPN ha criticado que no haya oferta de VPO y la segunda le ha recordado que ha sido la legislación de UPN la que ha facilitado que muchas de las viviendas de VPO estén hoy en manos de fondos buitre.

La sesión ha finalizado con una petición directa de voto en la que cada candidato ha apelado al argumentario de estos últimos días, pero en el que ha destacado la intervención de Esparza, que se ha dirigido directamente a los simpatizantes socialistas para reclamarles un apoyo a UPN.

Todo en cualquier caso dentro de los márgenes que fija un debate con siete candidatos, bien moderado y muchos temas sectoriales que atender. Que marca el paso a un inicio de campaña sin sorpresas por ahora, pero a la que todavía le quedan dos semanas de recorrido y nunca se sabe lo qué puede pasar.