Una de las mayores triunfadoras del Campeonato de España disputado en Nerja (Málaga) fue Idoia Mariezkurrena (San Sebastián, 11/07/1970). Cuatro de los seis atletas que subieron a los podios de jabalina pertenecen a su grupo de entrenamiento que desarrolla en Larrabide. En la final masculina, tanto los hermanos Manu (oro) y Nico (plata) Quijera, como el lanzador riojano Rodrigo Iglesias (bronce) están bajo su tutela. La ganadora en la final femenina, Arantza Moreno, también. Un éxito que ratifica la importancia que están adquiriendo técnicos como la propia Idoia o François Beoringyan; un reclamo más del atletismo navarro.

Ha sido un fin de semana espectacular en la jabalina con un triplete de atletas que entrena en el podio y el oro de Arantza Moreno.

–Pues sí, muy contenta, no son cosas fáciles y que salgan todas de golpe es una alegría. No ha sido un año sencillo y esto ha sido un bonito colofón.

¿Esperaba ver a sus tres pupilos en el podio masculino o ha sido una sorpresa?

–Lo del triplete había veces que pensaba: Igual algún día... Porque sabíamos que estaban ahí los Quijera. Rodrigo (Iglesias) también, pero era una cosa que había que tenerle mucho respeto porque no es fácil. Los demás también están ahí, peleando por las medallas y había varios con la capacidad de estar por encima de los setenta metros. Además, nosotros también íbamos con problemillas.

El oro de Manu parecía claro, al igual que la plata de Nico, que ha mejorado mucho en los últimos meses.

–A Nico le ha costado encontrar el momento óptimo de forma, Rodrigo lo mismo. El año pasado acabó a un nivel muy alto, ha hecho un gran invierno, pero luego las cosas se han ido torciendo. Ambos dos han encontrado ese momento óptimo al final y ha salido esa recompensa que es bonita. Hace falta que se junten muchos factores para que se dé esa circunstancia que se ha dado.

¿Cómo vivió desde fuera la competición?

–Lo vas viendo como puedes, con nervios. Es un Campeonato de España y pueden surgir muchas cosas, sobre todo a esas horas de la mañana. No sabes que atletas van a responder mejor. Con Manu había más margen, pero íbamos tensos porque necesitábamos alcanzar alguna marca para mantenernos en la pelea para ir al Mundial por el ránking. Con Nico y Rodri estábamos a ver si arrancaban la prueba bien. Nico empezó un poco más atascado, pero se fue soltando para acabar con ese colofón. Rodri por la misma línea. No asimilamos hasta la última ronda, cuando quedaban ellos tres solos por lanzar, que íbamos a conseguir el triplete.

¿Qué comentaron al final de la prueba?

–En general todos contentos. Manu igual era el que se quedó con ese contento, pero empezando a entrarle las dudas de si le bastaría o no ese resultado. Nico muy contento con ese último tiro, rondando los setenta y siete metros. Una marca interesante que te da un poquito más de confianza de saber que se pueden recuperar momentos de forma mejores.

Manu esta temporada ha superado los ochenta y tres metros y Nico está volviendo a tener grandes lanzamientos. No obstante, han pasado años complicados. ¿Cómo ha vivido esta situación junto a ellos?

–No han sido años fáciles, el parón del Covid nos cortó en un momento de forma muy bueno, pese a que Manu acabó tocado y se nos complicó un poco. Le costó muchísimo arrancar, no encontraba el ritmo de competición. Este año, ha ido recuperando el ritmo y los resultados han ido saliendo. Con Nico igual. La cosa ha ido mejor, pero unos problemas a principio de temporada, no muy importantes, pero muy cojoneros, hicieron que las cosas no saliesen, y ya te crispas. Nos ha costado enderezar la temporada pero, bien, contentos por seguir trabajando.

Ambos parece que han conseguido alejar los problemas para llegar al momento crucial de la temporada en buena forma.

–Han sido casos diferentes. Nico ha tenido dos temporadas muy duras, cuando se le rompieron los tendones de Aquiles. Ahí tienes un diagnóstico más claro y es más fácil enfocar el proceso. Pero cuando son problemas que parecen más pequeños, pero más difíciles de asimilar, van enturbiando y no consigues encontrar esa confianza de trabajo, como fue el caso de Manu. También se van haciendo mayores, van pasando etapas y al final siempre toca ir ajustando. Cada año hay que hacer balance y resetear. Vigilar esas cosas te ayuda a ser eficaz.

Dos de los tres oros navarros que se lograron este fin de semana llegaron desde los lanzamientos. ¿Es una de las puntas de lanza del atletismo foral?

–El atletismo navarro está en un momento espectacular. Podemos destacar en todas las disciplinas. Allá donde miras tenemos gente de una cierta edad y gente joven que van creando muchas expectativas. Llegas a este campeonato con las bajas de Adrián (Vallés), Maitane (Melero), o Nerea Bermejo, que llegaba justa, y aun así el campeonato ha sido un éxito.

La mejora también viene propiciada por el grupo de entrenadores que se ha distinguido en Navarra, como puede ser tu caso o el de François Beoringyan.

–Se está consiguiendo un buen centro de entrenamiento. Hay buen ambiente de trabajo en todos los grupos y eso hace que la gente se fije en nosotros. Obviamente, también tiene que ver la calidad de los técnicos. Tanto el grupo de François o el de los lanzamientos con nosotros son referentes y la gente va queriendo buscar esa oportunidad que se encuentra en Pamplona.

Manu conocerá en breve si va al Mundial de Eugene (Estados Unidos) o no. ¿Cómo se encuentra?

–Él se encuentra bien. Tenemos que pasar estos días de nervios para saber si entramos o no. La decisión se ha retrasado unos días, pero confiamos. Si por lo que sea no entramos, tenemos que seguir trabajando de cara al Europeo, que las cosas están más enfocadas. Sabemos que en cualquier momento pueden salir esas marcas mínimas. No tenemos idea de si puede salir en la siguiente o el año que viene, pero estamos en condiciones de alcanzar esas marcas.