Familia, viejos amigos, música y, sobre todo, mucho baloncesto. El colegio San Cernin celebró este sábado el 14 horas basket después de tres años de parón por la pandemia, un torneo 5x5 que llenó las ocho canchas del centro. Empezando por la mañana, fueron catorce horas de puro baloncesto sin parar, que terminaron con una final femenina a las 22.00 horas y una masculina a las 23.00. Después del campeonato, tuvo lugar la entrega de premios en la discoteca Enter en Pamplona.

Equipos de varias Comunidades Autónomas, e incluso un equipo francés, se sumaron a esta fiesta del baloncesto con la intención disfrutar de un día que gira en torno a su deporte. En total, participaron alrededor de 350 personas de edades que iban desde los 16 años hasta los 50.

Y es que ese es el objetivo principal: disfrutar. Así lo comentaba María Asurmendi ,jugadora navarra del Araski, que se apuntó al torneo con sus compañeras con las que empezó a jugar con 16 años: “Se trata de un reencuentro, volverte a juntar con la gente de toda la vida del basket, jugar con amigas y pasárnoslo bien”. “Me hace mucha ilusión estar aquí y apoyar a Iñaki que se ha currado este gran de torneo”, añadió.

Iñaki Narros, exjugador durante 22 años en las categorías FEB y organizador del evento, quiso destacar las ganas que había de preparar esto después de tres años de parón: “Teníamos muchas ganas porque organizamos este evento para que la gente, sea del nivel que sea, se divierta. La respuesta de los participantes es muy positiva, incluso hay gente que no ha podido venir y me están bombardeando el móvil preguntándome cómo va”.

Una de las palabras que más se repetía en esta jornada era “familia”. Dos jugadoras de 26 años del Navasket, Paula Vidondo y Silvia Martín afirman que acudieron al evento porque “ya es tradición hacerlo”. “Para mí esto es familia, llevo jugando con las mismas toda la vida”, comentaba Paula. Por su parte, Silvia añadía que todo va más allá: “Venimos porque jugamos las que jugamos. El baloncesto, nos encanta, pero también es la excusa para luego irte a tomar algo. No solo es el partido, sino todo lo que le rodea”.

También quiso estar presente Iñaki Sanz, exjugador que debutó con el Monbus Obradoiro en la ACB, la máxima categoría. El navarro coincidía con el sentimiento de reencuentro: “Durante la temporada estás centrado en tu equipo y tus compañeros, pero hay que tener en cuenta que has vivido con mucha gente en otros equipos y aquí te reencuentras con todos. Tienes el gusanillo del baloncesto en la sangre y al final te animas a jugar con amigos”. “Aquí no hay edades, salvo mañana, que nos dolerá todo”, bromeaba.