Lyndie Tchaptchet vuela. La pivote navarra acaba de cerrar una exitosa etapa de 11 años en el club de su pueblo, el Beti Onak, y a partir de la próxima temporada vestirá los colores del Super Amara Bera Bera, uno de los equipos punteros de la Liga Guerreras Iberdrola, con el que fue presentada este martes. Pero hay más. La jugadora navarra e internacional júnior, a sus 18 años, se pondrá a partir de este jueves a las órdenes de Ambros Martín con la selección absoluta en Cantabria, donde viaja en compañía de la portera del Gurpea Beti Onak Olaia Luzuriaga y de su hermana, Lysa Tchaptchet, que se acaba de proclamar campeona de Europa por segunda vez consecutiva con el Vipers noruego. Algo que le llena de alegría, a pesar de que en esta ocasión no pudo acompañarla en Budapest al estar preparando la EvAU, a la que se enfrentará a finales de junio.

¿Por qué ha decidido cambiar de aires y fichar por el Bera Bera?

Yo quería salir de Villava. Tenía la suerte de estar en casa y de jugar en la máxima categoría, pero quería dar el paso y, a la vez, estudiar fuera. Cuando me llamó Imanol (Álvarez) lo único que pensé es que tenía mucha suerte de que un equipo así quisiera contar conmigo, así que me puse muy contenta. Lo estuve analizando con mi familia y al final tomé la decisión.

En Donosti va a compaginar el balonmano con los estudios. ¿Sabe ya qué va a hacer?

Sí, en un principio quiero estudiar en la universidad Inteligencia Artificial. Si no es así, Informática. Las dos hay allí. Voy a entrenar mañana y tarde, así que quiero ir poco a poco con los estudios, sin agobiarme.

Tiene una carrera muy prometedora, pero veo que le preocupa el tener también unos estudios.

Eso es. Hay que tener en cuenta el futuro, porque el balonmano no es para siempre. Es algo que mi hermana me recalca mucho, que hay que estudiar. Así que sigo sus pasos.

Cierra un ciclo en el Beti Onak, el club en el que ha jugado desde que era pequeña.

Sí, empecé con 7 años. Sé que Villava va a ser siempre mi casa, vendré mucho por aquí porque estoy muy cerca, pero quería cambiar de aires y conocer a gente nueva.

Le habrá resultado duro también poner fin a una etapa tan bonita…

Bastante. Me lo estuve pensando mucho tiempo, porque también tenía la opción de renovar con el Beti Onak y no fue nada fácil tomar la decisión. Aquí estoy muy a gusto y me cuidan como a una de la familia, por lo que ha sido duro.

¿Con qué se queda de todos estos años de carrera en el club de su pueblo?

Me quedo con la progresión del propio club. Hace años el Beti Onak no tenía ningún equipo en la máxima categoría, el ejemplo de Navarra era Anaitasuna y eso ahora ha cambiado. En balonmano femenino el Beti Onak ha completado una gran evolución, el camino que ha andado es increíble y ojalá siga ahí arriba mucho tiempo. Es un orgullo tener dos equipos en lo más alto siendo una Comunidad tan pequeña, se ha hecho un gran trabajo.

Antes ha comentado que la decisión la tomó con su familia. Imagino que su madre y hermanas la habrán apoyado, Lysa también se marchó con 17 años al Elche.

Mi familia quería que me quedara, por cómo me cuidaba el Beti y porque estaba en casa también. Pero, a la vez, me animaban a mejorar y a mirar el futuro a nivel deportivo. Lo pensamos mucho y al final tomé la decisión. Mi hermana, la verdad, un día me decía una cosa y al día siguiente otra (se ríe).

"Yo aún no me creo que Ambros Martín haya pensado en mí para una convocatoria con las 'Guerreras"

La que estará entre la alegría y la pena por la marcha será su madre, que siempre les ha apoyado mucho.

Sí. Somos tres hermanas, la tercera no juega al balonmano. Pero a mi madre le encanta que vayamos fuera, así puede aprovechar para visitarnos y ver nuevos sitios. Se apunta a todo.

Lysa (i) y su hermana Lyndie, en la calle Mayor de Villava-Atarrabia. Iban Aginaga

Qué orgullo debe de ser para usted ver a su hermana levantar la segunda Champions.

Es una pasada, yo aún no me lo creo. Ya fue increíble verla ganar la primera y ahora de nuevo… La progresión que ha completado mi hermana es brutal. Está genial en Noruega y ojalá siga mucho tiempo.

¿En un futuro se ve jugando en el extranjero como ella?

Igual sí, pero quizás no tan pronto como ella. Me parece una decisión muy fuerte. Pero sí que en el futuro me gustaría jugar en algún país como Francia, por ejemplo. Mi lengua materna es el francés y desde pequeña he estudiado inglés. Creo que no tendría problemas.

Ahora empieza su primera andadura con la selección absoluta. ¿Qué supone para usted esta oportunidad?

Yo aún no me creo que Ambros Martín haya pensado en mí para una convocatoria con las Guerreras. Voy a estar con las mejores del país y con mi hermana, que seguro que me va a ayudar en todo. Y que Joaquín Rocamora, que es un gran entrenador, me lleve con las júnior, para mí es increíble.

¿Qué objetivos se marca a nivel deportivo y personal a partir de ahora?

Mi primera meta es evolucionar y mejorar como jugadora. Además, integrarme bien en el equipo, que no se note mucho la diferencia. Y, sobre todo, aprender de mis compañeras y de mis entrenadores.