Por muchos anuncios que emita la Dirección General de Tráfico, por muchas campañas de concienciación que haya, por más restrictivas que sean las normas de circulación… seguimos viendo imprudencias temerarias en la carretera día sí, día también. Conductas que pueden costar la vida pero que parecen no importar a sus protagonistas.

Estos días se ha hecho viral el vídeo de un joven ciclista que circula a toda velocidad pegado a un camión en la A-2 en Guadalajara. La lista de imprudencias es notable. En primer lugar el ciclista no puede circular por una autovía. Además, al ir pegado al camión que lleva delante no tiene ninguna visibilidad, con lo que si el vehículo pesado se ve obligado a pegar un frenazo el ciclista se empotrará contra él. Y si por debajo del camión aparece cualquier resto de animal, rama, objeto etcétera, el ciclista puede irse al suelo. Y si se cae, a buen seguro que será atropellado por el camión que viaja detrás, que no tendrá tiempo de reaccionar.

El deportista a buen seguro que viaja tan pegado al camión para que éste le quite el viento y así poder alcanzar más velocidad con menos esfuerzo, como hacen los ciclistas profesionales detrás de sus coches de equipo cuando se quedan descolgados por una avería. Pero hay que tener en cuenta que en las carreras las carreteras están cerradas al tráfico y que el conductor del coche de equipo sabe que lleva a su corredor detrás e incluso se puede comunicar con él a través del pinganillo para avisarle de si va a frenar o si aparece cualquier obstáculo en la carretera.

El vídeo, subido a Twitter por la cuenta @SocialDrive_es,a alcanzado en sólo un día más de 1 millón de reproducciones y la conducta del ciclista se ha llevado numerosos reproches.