El calendario de Alex Aranburu (Ezkio, 1995) regresa en 2023 a un perfil más habitual para él. Nada de adoquines. Y un mes de marzo eminentemente italiano, con abril, la Itzulia y las clásicas de las Ardenas en el punto de mira. El propio Alex solicitó a los responsables del Movistar volver a este tipo de agenda. Obviamente le hicieron caso, porque en el equipo vienen a estar en deuda con un ciclista que la temporada pasada contribuyó de forma decisiva a apagar el incendio de un posible descenso de categoría.

¿Qué balance hace de su inicio de campaña?

Estoy contento. De momento solo he competido ocho días, los tres primeros en la Challenge de Mallorca. Fueron jornadas raras, con mucho frío y mucha lluvia, en las que no supe muy bien si andaba bien o sí me encontraba más justo. Después, en la Volta a la Comunitat Valenciana, dentro de un contexto más normal, las sensaciones resultaron muy buenas. Percibí que iba a más etapa tras etapa y acabé satisfecho.

Podía haber estrenado el casillero de triunfos, ¿verdad?

A ver. Llegué con el grupo delantero en dos finales en alto donde los de la general pelearon por el triunfo y por las bonificaciones. Me llevaban sacado de punto y bastante tuve con aguantar ahí; no podía ni esprintar. Sí que es cierto que hubo otra etapa en la que no cogimos a los escapados por tres segundos y en la que luego fui yo el más rápido del pelotón. Ahí se nos escapó una buena oportunidad, pero son cosas que pasan. Yo me quedo principalmente con que las piernas respondieron.

Este sábado regresa a escena en la Strade Bianche tras un mes sin competir.

Sí. He aprovechado este tiempo para completar una concentración en altura, en Andorra. Me instalé de alquiler en un apartamento en Arinsal, a unos 1.400 metros de altitud, pero por las noches subía para dormir a un hotel a 2.400, justo según coronas el puerto de Envalira. Creo que en total estuve 18 días por allí. Normalmente me suelen venir bien este tipo de preparaciones.

¿Le respetó el tiempo por los Pirineos?

Hizo un poco de todo, la verdad. Las primeras semanas de febrero fueron muy buenas. Y luego es verdad que llegaron días de tormentas, lluvia y nieve.

"¿La Strade Bianche este sábado? Me es difícil hacerme una idea de cómo estoy exactamente, y además correrán ciclistas de muchísimo nivel: Alaphilippe, Van der Poel..."

¿Cómo se ejercita uno por allí arriba en semejantes condiciones?

Pues debes ir amoldándose sobre la marcha. Igual hay un día en el que te tocan cinco horas y haces casi seis porque ves que para después anuncian malo. Cuando no puedes salir a entrenar alternas gimnasio y rodillo. Y si nieva ya durante un tiempo prolongado no queda otra que coger el coche y bajar a la zona de Lleida para rodar por allí. Puede parecer un lío, pero lo bueno que tiene Andorra es que acumulas mucho desnivel y que tienes al lado de casa esa posibilidad de dormir a 2.400 metros de altitud.

Vuelvo a la Strade Bianche de este sábado. ¿Espera figurar en la pelea en Siena?

No lo sé, resulta difícil hacerse una idea de cómo estoy exactamente, y además correrán ciclistas de muchísimo nivel (Alaphilippe, Van der Poel...). Es mi segunda Strade Bianche. La primera la disputé en 2021 con el Astana, y me gustó bastante (fue 21º a más de seis minutos del propio Van der Poel).

¿En qué pruebas le veremos después?

Tras la carrera me quedaré en Italia para disputar la Tirreno Adriático y la Milán-Remo. Son dos citas que se adaptan a mis características. En la primera de ellas hay un par de etapas con finales explosivos...

Y en la ‘Classicissima’ siempre le vemos en la pomada.

La he corrido tres veces y así ha sido en todas ellas. El año pasado, dejando atrás un invierno complicado, pude estar delante en la subida final al Poggio. Lástima que una caída en el descenso, justo delante mío, me dejara fuera de juego. Esta vez creo que voy a llegar a la cita en mejores condiciones, así que volveremos a intentarlo.

La referencia es esa: el año pasado no estaba a tope y respondió como respondió.

Sí, sí. Tengo una foto espectacular subiendo el propio Poggio con Pogacar, Van Aert y Roglic. Eso que me llevé de la carrera... Se trata de una imagen para enmarcar en casa.

Después de San Remo cambiará ya su calendario respecto a 2022.

Eso es. Antes de que empezara la temporada estuve hablando con los directores del equipo y les dije que quería completar el bloque italiano para preparar Itzulia y Ardenas. Este año no voy a las clásicas belgas.

"No me gustó cambiar así el calendario en 2022, pero lo entendí perfectamente. Fue un movimiento lógico, tal y como estaba el tema de los puntos"

Durante el pasado curso se ganó el crédito necesario para que le hicieran caso.

Fue una temporada rara, con muchos nervios y con mucho negativismo en torno al equipo. Llegado un momento, tocó sacrificarse para sumar puntos, así que tuve que dejar de correr algunas carreras para ir a otras más pequeñas y conseguir resultados. Vivimos una situación difícil de la que salimos reforzados, como se está viendo ahora con el inicio de 2023 que hemos hecho. ¿Que tengo crédito en el Movistar? Yo aquí siempre me he sentido valorado. Veo que confían en mí.

¿Cómo fue esa conversación en la que le pidieron renunciar a su agenda inicial de carreras?

Recuerdo que hice entera la concentración previa al Tour de Francia, precisamente en el hotel donde he estado durmiendo estas semanas, en el Pic Maià. De allí bajamos a los Campeonatos de España de Mallorca y ahí ya me olí algo, aunque no me dijeron nada. Durante la semana posterior me llamó por teléfono Eusebio Unzué para explicarme la situación. Aunque no me gustó cambiar así el calendario, lo entendí perfectamente. Fue un movimiento lógico, tal y como estaba el tema de los puntos.

¿Cómo se explica semejante cambio en la dinámica colectiva del equipo? Remontaron aquella situación y ahora en 2023 conservan la inercia positiva.

Tú lo has dicho en la misma pregunta, pienso que es una cuestión de dinámicas. Como te comentaba, el año pasado entramos en un bucle de negativismo del que salimos en el tramo final de la temporada, con buenos resultados. Creamos así una inercia muy buena, ahora venimos todos de completar un buen invierno y ya se está viendo cómo ha arrancado la gente. Se han logrado victorias en varias pruebas y, más allá incluso de las clasificaciones, el equipo está ofreciendo un nivel muy alto.

El estadounidense Matteo Jorgenson tiene buena pinta.

Buenísima. A los 23 años ya ves cómo anda y qué victoria consiguió en Omán. Anda mucho y además es un tío muy majo. Apenas he coincidido con él en el equipo, pero corrimos juntos las clásicas italianas de septiembre y octubre y me causó una grata impresión.

"Me gusta un montón la Flecha Valona, con el muro de Huy. Creo que puedo hacerlo bien allí; el año pasado ya fui segundo tras Alaphilippe en una etapa del Tour de Wallonie"

¿Cuándo se unirá usted a la lista de ganadores en 2023?

Voy a darlo todo estas semanas en Strade, Tirreno y San Remo, pero mi primer gran objetivo es llegar bien a la Itzulia y a las clásicas de las Ardenas. He hecho una buena pretemporada, tengo un año más de experiencia y espero dar un pasito adicional para poder optar a más victorias.

¿Se plantea ir a por la general vasca?

En un principio, Enric Mas estará también en el equipo y nuestra baza será él. Yo andaré ahí para echar una mano y para intentar aprovechar alguna oportunidad que se me pueda presentar.

¿En Villabona quizás?

Iremos día a día. Ya veremos cuando llegue el momento. Me han hablado de esa etapa que citas. Tiene un recorrido especial, todo el rato arriba y abajo, con cruces a derecha e izquierda. Será la clásica trampa que solemos poner en Euskadi, así que me tocará ir a estudiar el recorrido cuando vuelva a casa.

El año pasado se perdió la prueba local por disputar la campaña entera de adoquines. ¿Por qué no le gustaron?

Sí que me gustaron, pero... Había empezado la temporada con problemas de rodilla y cogiendo el coronavirus, así que me planté algo verde en la apertura de la temporada, la Omloop Het Nieuwsblad. Además hay otra cosa a tener en cuenta: cuando haces la campaña belga, sacrificas más de un mes allí instalado para correr cuatro clásicas. Yo disfruto más en la Itzulia, que además viene muy bien de cara a adquirir un punto extra para las Ardenas. Es la carrera de casa e implica varios días seguidos de competición, con mucho nivel además.

Mirando ya a ese tríptico de mediados de abril... ¿Qué prueba le motiva más?

Me gusta un montón la Flecha Valona, con el muro de Huy. Creo que puedo hacerlo bien allí; el año pasado ya fui segundo tras Alaphilippe en una etapa del Tour de Wallonie. La Amstel Gold Race también me atrae mucho. Y quizás la Lieja tenga un punto más de dureza, pero las tres clásicas me parecen bonitas.

¿Sabe qué vuelta grande disputará este curso?

De momento tengo el Tour en el programa.

Ahí también coincidirá con Enric Mas, otro que ha arrancado el año con fuerza.

He coincidido con él en Andorra estos días y se encuentra muy bien de forma. Ya se le vio en Andalucía... Debutar a semejante nivel siempre es ilusionante. Creo que fue el más fuerte tras un Pogacar intratable que, si hubiese querido, posiblemente habría ganado todas las etapas. Creo que la última, la que se llevó Omar Fraile, habría sido para el propio Pogacar si no llega a querer regalar la victoria a los compañeros (concretamente al italiano Covi).

Primer año en el Movistar sin Alejandro Valverde. ¿Se nota en el equipo el vacío que ha dejado tras su retirada?

Ahora que ya han empezado las carreras sí que se nota, porque el Bala era nuestro líder y no está en el pelotón. Eso sí, hasta que no empezó la temporada apenas nos dimos cuenta, porque Alejandro vino a las concentraciones previas, entrenó con nosotros y andaba al nivel de siempre (risas). Con las carreras ya en marcha, está ejerciendo desde el coche y seguro que su experiencia nos aporta también una ayuda extra.