El director de cine y series de televisión Jesús Font (Barcelona, 1960) ha pasado de dirigir grandes series como El Comisario, Caronte, Gavilanes o Todos los hombres sois iguales, a situar su última película, Hollyblood, como una de las diez más vistas de habla no inglesa en el mundo en Netflix, algo que ni él mismo se esperaba.

“Estoy encantado sobre todo porque es una comedia que es una parodia del mundo de los vampiros y me hace gracia que haya llegado tan lejos porque es mi primera experiencia con Netflix en el sentido de que es una coproducción con ellos”, señala tras explicar que tras haberse estrenado en las grandes pantallas, Hollyblood ahora puede disfrutarse en esta plataforma.

Aunque sus estudios y los inicios en su profesión de cineasta fueron dirigiendo cortometrajes e incluso una película, titulada Carambolas, siempre le ha gustado la televisión dramática porque “hace vivir muchas más vidas mucho más intensas durante mucho tiempo”, porque la tele tiene que ser “rápida y efectiva”. Crear productos audiovisuales para la televisión da una versatilidad respecto al cine, que es “más calmado, es una reflexión y es más cerrado”, asegura el director catalán.

“Ha habido proyectos que he intentado levantar y no he conseguido, otros que me han pasado y no me han gustado y hay algún momento que esta fricada de Hollyblood me recordaba mucho a los cortos que hacía cuando era jovencito y era una cosa para pasarlo bien y que se lo pase bien el personal”, añade. Y es que después de 45 días en los cines de todo el país, esta película de habla no inglesa ha logrado situarse en tan solo una semana entre las diez más vistas en todo el mundo, una película que, según su propio director, puede interesar a todo tipo de audiencias desde babyboomers hasta millenials o la generación Z.

¿POR QUÉ VAMPIROS?

Jesús Font asegura que el vampiro es el personaje más longevo de la historia del cine mundial, que ha acompañado a toda las generaciones de seguidores del cine siendo una figura grotesca, malévola y asesina. En este caso se trata de “un símbolo de vampirismo, donde la gente te agobia y te aprieta, no es solo un vampiro que chupa sangre y va mordiendo, sino que es la parábola de muchas mezquindades del ser humano”, comenta.

Asimismo, la película cuenta con un elemento romántico, lo que hace que el personaje sea “contradictorio y rico” y es una de las razones “por las que ha funcionado”. “Era arriesgado porque aquí la comedia no está valorada, la gente se ríe y se lo pasa bien pero la crítica y los premios se alejan siempre de la comedia y en cambio el público es lo único que hace que vaya todavía a las salas de cine”, se lamenta Font.

Y reivindica que, con la ayuda de Netflix, se ha conseguido que este tipo de plataformas amplíen los territorios adonde pueden llegar las producciones españolas como, por ejemplo, Estados Unidos, el gran mercado al que faltaba llegar y que cuenta con más de 60 millones de hispanohablantes.

TRAYECTORIA

A finales de los 80 y principios de los 90, Jesús Font cursó estudios de dirección en el American Film Institute (AFI) de Los Ángeles para posteriormente especializarse en dirección de actores en la Universidad de California (UCLA).

Además de las series ya citadas, Font ha sido responsable de títulos como Buscando al hombre perfecto o Historias de la puta mili. Esta última, junto a Todos los hombres sois iguales recibió el Premio Ondas a Mejor Serie de Televisión en los años 90.

Font ha llegado a definir Hollyblood como “una comedia romántica clásica”, ya que se sostiene en la idea de chico busca chica - chico encuentra chica - chico pierde chica y después la recupera ya que ella es amante del mundo de los vampiros y él se convierte en uno de ellos para poder tenerla.