En su Observatorio de Palabras, La Real Academia define la palabra ‘influencer’ como “un anglicismo usado en referencia a una persona con capacidad para influir sobre otras, principalmente a través de las redes sociales”. En esta presentación aparecen los dos elementos principales de este fenómeno de nuestros días: las personas y las redes sociales.

Prime Video acaba de estrenar la serie documental Influencers: sobrevivir a las redes en el que uno de estos “creadores de contenido”, Luc Loren, explora las luces y las sombras del día a día de estas figuras haciendo un recorrido desde el anonimato hasta el momento en el que ya están en el centro de las miradas de sus miles o millones de seguidores e iluminados por todos los focos en las fiestas exclusivas y alfombras rojas en las que desfilan.

Y en este estado, si bien está el glamour y el favor de los más fieles, también aparecen los “haters”.

PERFILES DIVERSOS

La serie reúne, en sus cuatro capítulos, perfiles que tienen como elemento común el dichoso algoritmo, pero que son diversos en relación a las temáticas en las que se mueven. Desde el humor hasta lo más irreverente pasando por abordar temas especialmente polémicos y, claro está, el mundo de la moda.

En Influenceres: sobrevivir a las redes, podemos ver a nombres conocidos como los de Samantha Hudson, la barakaldesa Esty Quesada (Soy una pringada), Carolina Iglesias (Percebes y Grelos) o Lalachus. Y asistimos a momentos como la trastienda de una boda, un festival o incluso tratamientos médicos.

SALUD MENTAL

Tanto los propios protagonistas como quienes estudian y analizan todo lo que ellos crean y mueven, insisten en que desde fuera el trabajo de los influencers parece ideal, sobre todo si nos atenemos a los ingresos que obtienen o a muchos lugares en los que a veces se encuentran y que, a nivel de calle, se ven lejanos e idílicos.

Pero también dejan claro que en todo esto hay otra cara que queda recogida especialmente en el cuarto y último capítulo de esta serie documental, en el que se aborda el tema más delicado: la salud mental. En el principio del mismo, Luc Loren se pregunta “¿hasta qué punto los caprichos del algoritmo están afectando a nuestra salud mental?”.

Las respuestas las dan los propios protagonistas con reflexiones como “si te quieres meter en las redes sociales tienes que estar muy sano mentalmente porque te van a destruir” o “en 2018 estuve muy muy mal, con una depresión que hastza 2019 o 2020 no me di cuenta que tenía”.

Uno de sus mánagers afirma que “hay que mostrar esta realidad de salud mental que muchos de nuestros talentos sufren”.