La deriva que la caza está tomando en algunas regiones de Navarra, pasando de la captura de aves como la codorniz o la perdiz a la de conejos, quedó demostrada el pasado fin de semana en la I Copa Navarra de Trabajo en Caza Menor para Podenco Andaluz, una prueba que la Federación Navarra de Caza (FNC) organizó en Fustiñana para dar respuesta a esta realidad y que tuvo un tremendo éxito de participación, superando las expectativas del organismo. Casi una veintena de perros, de 14 cazadores, tomaron parte en este torneo, que tuvo que acoger hasta a seis personas procedentes de fuera de Navarra y que, lógicamente, no pudieron aspirar al triunfo final, ya que se trataba de una prueba clasificatoria para el Campeonato de España de Podenco Andaluz y Maneto.

La victoria correspondió al fustiñanero Francisco Javier Marchite, quien, además, copó las dos primeras posiciones. Venció con su perra Negri y logró la segunda plaza con Chiqui, mientras que el podio lo completó David Suescun Abril, de Berbinzana, con su perra Candela. La competición estuvo controlada por dos jueces procedentes de Baeza, uno de ellos perteneciente a la Federación Andaluza y el otro, a la de Murcia. De los participantes foráneos, llegaron dos de Vitoria, dos de Zaragoza y otros dos de La Rioja. Y en cuanto a los navarros, compitieron tres cazadores de Fustiñana, uno de Cabanillas, uno de Buñuel, uno de Berbinzana y otro de la zona de Pamplona.

Desde la FNC tenían claro que este primer campeonato debía salir bien, para que la experiencia pudiera continuar en el futuro y se convirtiese en un torneo consolidado en el tiempo. Las previsiones eran las de contar con un menor número de perros, ya que el cuello de botella en este tipo de pruebas siempre lo forman los jueces, que, en la Comunidad foral, al no haber tradición de este tipo de perros, no existen. Al menos, por ahora, porque siete personas se han apuntado ya al curso organizado por la FNC para convertirse en jueces. Para terminar la formación, han de presenciar cinco competiciones, y desde la federación están trabajando con ahínco para que el próximo año ya hayan completado el curso y puedan dirigir la II Copa Navarra de esta modalidad.

Ante la elevada cifra de participantes, hubo que estructurar el torneo en cuatro batidas, una de las cuales se dedicó exclusivamente a los cazadores de fuera de Navarra, para así evitar que interfirieran en la competición autonómica. En la primera fase, Marchite ganó su batería con Chiqui, pero logró que repescaran para la batería final a Negri, que fue la que terminó ganando el campeonato.

Marchite, presidente de la Asociación de Cazadores de Fustiñana, reconoce que en Navarra somos todavía novatos en esta clase de pruebas, pero el comienzo es esperanzador. “Por aquí, no estamos acostumbrados a realizar un buen adiestramiento a este tipo de perros, sino que cazamos a nuestra manera. Pero, poco a poco, nos iremos adentrando y aprendiendo. Si algo ha demostrado este torneo es que hay muchísimo interés y muchas ganas de aprender y mejorar”, remarca.

Sus declaraciones se sostienen, por ejemplo, en el hecho de que, una vez finalizada la prueba y la entrega de trofeos, los participantes y asistentes estuvieran hablando con los jueces más de dos horas en la localidad ribera. “Se ve que la gente quiere ir progresando en esta modalidad, porque les ha picado el gusanillo. Hay cazadores que, incluso, han seguido llamando a la FNC para apuntarse al curso de jueces, a pesar de que ya se había terminado el plazo para inscribirse”, expone. Marchite subraya que este es uno de los aspectos que más se debe tener en cuenta, porque contar con jueces en Navarra será la piedra angular para que las competiciones de podencos andaluces se expandan.

En cuanto a su actuación y a los entrenamientos previos que lo llevaron a proclamarse el primer campeón navarro, opina que lo principal es contar con “un buen perro, que tenga mucha afición, mucha fuerza y mucho arranque”. “Le debe gustar mucho la caza -añade- y siempre ha de intentar atrapar la presa. Ha de tener mucho veneno, como suelo decir”, indica.

En su caso, él encontró unas buenas perras en Málaga hace cinco años: “Me fui en AVE y me las traje con dos meses y medio. Y a partir de ahí, he ido poco a poco educándolas, porque han de ser perros muy obedientes, que te traigan las piezas a la mano, que no ladren en exceso, que no sean agresivos, que sean sociables… Y todo esto se consigue a base de dedicar tiempo y con una mínima técnica. Pero lo fundamental es la constancia”. A su juicio, para el que le gusta pasar tiempo con el perro, “es una gozada”. “Yo ya tengo el gusanillo metido hasta dentro y, como estoy jubilado y dispongo de tiempo libre, pues a ello que voy”, sentencia. Su próximo paso será competir en el Campeonato de España, una prueba a la que acudirá con mucha ilusión y sin nervios, con ganas de pasarlo bien y de disfrutar.