“Nunca vamos a ser un museo ni una catedral y no vamos a tener cámaras de seguridad en la universidad”. Así de contundente se ha expresado el rector de la Universidad Pública de Navarra, Ramón Gonzalo García, durante la comparecencia que ha ofrecido ante la comisión de Cultura del Parlamento foral, a petición de EH-Bildu y debido a la desaparición de una docena de obras de la colección del centro. Desaparición revelada por DIARIO DE NOTICIAS en agosto de este mismo año. En la misma sesión, el rector ha anunciado que se está recopilando toda la información y documentación de las citadas piezas para poner una denuncia en la Policía. Y ha reconocido que, en efecto, algunas de las cosas que se han hecho desde principios de los años 2000 en la gestión de la colección “no han sido correctas”, por lo que ha pedido “disculpas” a los artistas implicados y a la ciudadanía en general.

Precisamente, y tal como reconoció el parlamentario Maiorga Ramírez (EH-Bildu), fue la información aparecida en este periódico lo que motivó la petición de comparecencia del rector. En dicha noticia, se informaba de la desaparición del díptico El río, la nube, el molino, de Fernando Iriarte, que la UPNA adquirió para su colección en 1993 por 670.000 pesetas. La obra, de grandes dimensiones, fue pedida este año por Javier Manzanos y Pedro Salaberri a la Universidad para que formara parte de la exposición Después de los Encuentros, inaugurada la semana pasada en la Ciudadela. Entonces se comunicó a los comisarios de la muestra que dicha pieza estaba en paradero desconocido. Y también en ese momento se supo que se tenía constancia de esa circunstancia desde 2015. Asimismo, a raíz de estos hechos, se fue revelando más información acerca de la situación de la colección de arte de la UPNA, resultando que, de las 233 obras que la componen, actualmente hay 12 sin localizar.

En concreto, tal y como ha indicado el rector, se trata de 7 obras de Fernando Redón (3 grafitos y 4 acuarelas), 2 grabados de Antonio Eslava, 1 grabado de Amadeo Gabino, una fotografía de Ciuco Gutiérrez y la pintura de Fernando Iriarte.

Extraviadas o algo más

De todo esto ha hablado el rector de la UPNA esta mañana del martes 4 de octubre en el Parlamento de Navarra. Durante su intervención, Gonzalo ha insistido en que “nunca vamos a ser un museo” y que, por lo tanto, “no vamos a tener controles ni guardas de seguridad en cada despacho en el que haya obras”, “ni vamos a poner cámaras en los edificios”, por la ley de protección de datos y por la intimidad del alumnado. 

Además, ha afirmado que la colección de la Universidad es “abierta, movible”, y que durante muchos años el almacén de los fondos que hay en El Sario era de acceso libre a los transportistas que traían y se llevaban obra para distintas exposiciones. Hecho corregido recientemente con una instalación de una jaula con llave, aunque dicha llave también está al acceso de los encargados de la logística.

Dicho esto, el rector ha subrayado que, “dentro de nuestras limitaciones, nos tomamos muy en serio nuestro compromiso con el arte y el patrimonio”. De ahí que, constatada la desaparición de 12 obras de la colección, su equipo ha puesto en marcha una serie de actuaciones, comenzando por una búsqueda exhaustiva por todos los espacios de las tres sedes de la UPNA (Arrosadia, Salud y Tudela), y siguiendo por analizar todos los informes de la colección realizados desde 2002. 

En cuanto a la obra de Fernando Iriarte, Gonzalo ha contado que “se detectó su desaparición en 2015”. Y ha relatado que, si bien ese díptico estuvo durante mucho tiempo en el despacho de rectorado, en 2014, a raíz de una donación de una obra de Iker Serrano de dimensiones similares y visto el “deterioro” que mostraba la obra de Iriarte, se “encargó a una empresa externa” que “cambiara una por otra”. De esta manera, la de Serrano quedó colgada junto al despacho y la de Iriarte se llevó a restaurar a la citada empresa previa petición de permiso al artista, que, según el rector, consintió.

Así hasta que en 2015 la sección de “Actividades Culturales quiso localizarla en el almacén de El Sario, pero no la encontró”; por lo que “preguntó a la empresa encargada de la restauración y transporte de la obra y dijo no tener constancia de ella”. 

En cuanto al resto de las obras desaparecidas, Gonzalo ha apuntado que se trata de piezas de pequeño formato cuya ubicación es desconocida desde 2007, a excepción de la fotografía de Rodríguez, cuya ausencia se constató en 2017. En este punto, ha reconocido que entre los años 2002 y 2007 se produjeron numerosos cambios en la UPNA. “Fue una época convulsa en la que Actividades Culturales pasó de estar en el mismo edificio del rectorado al Aulario y a depender de la Fundación de la Universidad Pública”, lo que supuso mucho movimiento de las obras de la colección al almacén de El Sario y a otros lugares. Esa situación, ha opinado el rector, pudo haber propiciado que estas obras se extraviaran, siendo muy posible que se encuentren en alguna de las muchas estancias o sótanos del centro.

Acciones

Así las cosas, Gonzalo ha remarcado que, además de la investigación interna que su equipo ha iniciado para analizar toda la información disponible sobre las piezas no localizadas, en estos momentos está trabajando para reunir toda la documentación (facturas, albaranes, etcétera) precisa para poner una denuncia en la Policía. Y a la vez han iniciado un proceso de información con los autores de las obras afectadas.

“Hemos aprendido, reconozco que la Universidad no obró correctamente con la obra de Iriarte, pero a partir de entonces se ha ido mejorando”, ha subrayado. Eso sí, “tenemos que intentar evitar que esto vuelva a suceder”, ha concluido.