A lo largo de los últimos años, la opinión sobre el destronamiento de los libros de papel a manos de los libros electrónicos ha ido floreciendo. Podría incluso tacharse de evidente la superioridad de uno al señalar su capacidad de almacenamiento, porque el otro es uno solo. Ahora bien, en la Feria de la Edición de Navarra, los representantes de las editoriales y los propios viandantes han demostrado que tal destronamiento es solo un mito.

El representante de la Editorial Katakrak cuenta cómo “son dos perfiles diferentes. Aunque haya gente que se haya pasado del papel a lo electrónico, estos han formado su propio grupo de lectores. El eBook responde a otro perfil. Además, hay obras que, si se pasan al libro electrónico, pierden su esencia, como los libros ilustrados”.

Así, David, de la editorial Pamiela, confirma lo mencionado: “El grupo que lee libros electrónicos es muy reducido en comparación a la gran cantidad de personas que leen a diario libros en papel. Es cierto que, con la cuarentena, mucha gente le dio una oportunidad al eBook y que, a la hora de irse de vacaciones, en vez de llenar la maleta con, por ejemplo, cinco libros que te ocupan media maleta, muchos deciden llevarse una tableta que, ocupándote un espacio mínimo, puedo llevar dentro cientos de títulos. Pero siguen siendo un grupo reducido”.

Buen tiempo

A esta feria que dio comienzo el pasado miércoles 26 de octubre y que cerrará pasado mañana 1 de noviembre le ha acompañado el buen tiempo. Esas temperaturas veraniegas y el sol resplandeciente han permitido que muchas personas se pasen por los puestos instalados en el paseo Sarasate. Así, parte de los clientes han respondido que “hay que aprovechar el buen tiempo, y mientras damos un paseo, pues nos pasamos por aquí”. 

David comenta cómo “este año tendremos más ventas que el pasado por el buen tiempo, pero, en general, la gente está comprando menos. Pasean por los puestos y se lo piensan más antes de comprar. Antes, podrías ver cómo una pareja, si uno de los dos mostraba interés en alguna obra, la otra persona se la regalaría sin casi miramientos. Ahora se fijan mucho más en el precio”.

A pesar de que estas altas temperaturas y el sol parezcan augurar una “buena cosecha”, no hay que olvidar la gran inflación que estamos sufriendo, la subida de precios en el gas, electricidad, gasolina o incluso en productos de primera necesidad en los supermercados. Cada vez hay menos recursos para dedicárselos al arte, como puede ser comprar una novela. 

Pasean y echan un vistazo

Así, Mikel, representante de la editorial Txalaparta, afirma que “la gente pasea y echa un vistazo a los libros, pero de ahí a comprar, hay un gran paso. Con este buen tiempo, muchos aprovechan para dar una vuelta y se pasan por aquí, pero no con intenciones serias de comprar algo”.