La familia Hartford vive en Moorland House, una propiedad apartada muy propensa a los sucesos trágicos y singulares. Desobedeciendo a su madre, el pequeño Edward provoca una serie de desafortunados accidentes en cadena. Así comienza una historia disparatada, absurda, improbable y muy victoriana sobre una casa donde los fantasmas del pasado cuelgan de la pared. Esta historia se titula Desdichas de una familia victoriana, nuevo trabajo de la ilustradora navarra Idoia Iribertegui, creadora de la saga Lolita Butterfly y de títulos como Regla Nº 1, que con este trabajo regresa al lápiz “en todos sus formatos”. “Ha sido un cambio deseado, una evolución buscada”, afirma.

“Está totalmente hecho a mano; solo he usado el ordenador para algunos tenues toques de color”, cuenta la creadora. Y avisa de que se trata de un libro “inclasificable”, donde el drama y el humor caminan unidos y que, aunque principalmente va dirigido al público adulto, también “puede interesar a adolescentes” e incluso a lectores/as más jóvenes. “Es una de esas publicaciones para regalar o para darte un capricho”, dice sobre este volumen, que pivota “entre la novela gráfica y el álbum ilustrado” y que ha sido editado por el sello gallego Triqueta Verde, de ahí que se haya publicado en esta lengua y en castellano de manera simultánea. “Luego también saldrá en más idiomas”, apunta Iribertegui, “muy contenta” con el trabajo con esta “editorial independiente”. “Ha quedado todo justo como lo había imaginado”, agrega. En su imaginación, este proyecto nació cuando se encontraba inmersa en otro relacionado con Virginia Woolf. “En una biografía que estaba leyendo hablaban de una mansión victoriana donde había una pared llena de retratos que parecían fantasmas, y esa imagen me pareció muy potente”. A partir de ese momento se le ocurrió contar las desdichas de una familia de manera circular, es decir, “empieza y acaba en la misma casa”. Y en medio suceden todo tipo de desgracias, por supuesto. 

“Quería que el proceso de creación fuera disfrutar todo el tiempo. He pasado horas y horas con el cuaderno; haciendo muchos estudios de personajes, muebles, decoración...”

Idoia Iribertegui - Ilustradora, escritora

Una de las principales inspiraciones de la ilustradora ha sido el trabajo del escritor y artista estadounidense Edward Gorey, que “me gusta desde siempre”. En este caso en particular le ha servido su libro Los pequeños macabros, donde narra la muerte de distintos niños en insólitas circunstancias. Además, “siempre me ha gustado la cultura inglesa, la época victoriana, esa estética”, y otros autores como Jane Austen, Oscar Wilde, T.S. Elliot o los relatos del americano Edgar Allan Poe. Sin olvidar, como no puede ser de otro modo, a Virginia Woolf “y todo su entorno”. De hecho, los retratos de los padres de la familia Hartford que ha creado Idoia Iribertegui para esta historia se parecen mucho a los padres de la escritora de Una habitación propia. 

Otros de los personajes del relato son Edward, el niño con el que se desencadenan todas las desdichas; la criada; unas tías gemelas; Henrietta, “el personaje más luminoso”, y, claro, el gato,

que también sufre lo suyo. 

Las escenas a página doble del libro contienen numerosos detalles de todo tipo (mobiliario, vestuario, peinados, etcétera). Cedida

Bocetos rudimentarios

Se nota que la autora ha usado todos los ingredientes que le gustan en esta propuesta. “Quería que el proceso de creación fuera disfrutar todo el tiempo. He pasado horas y horas con el cuaderno; haciendo muchos estudios de personajes, muebles, decoración...”, pero no para hacer bocetos muy acabados, como acostumbra a hacer habitualmente, sino que “decidí arriesgarme con bocetos muy rudimentarios y esperar a que las imágenes fueran surgiendo de la bruma del grafito”

La verdad es que “me lo he pasado muy bien”, confiesa Iribertegui, que estructura el libro en una serie de retratos, unas estampas de funerales creadas a tinta china e inspiradas nuevamente en Gorey, y en escenas de doble página sembradas de detalles: desde el motivo del papel de pared hasta las balaustradas de una escalera, los vestidos, los peinados, las farolas, etcétera. A partir de todos esos elementos “he creado mi Inglaterra”, comenta la ilustradora, que insiste en que Desdichas de una familia victoriana es un volumen que se mueve “entre lo inquietante y lo entretenido”. Un trabajo ilustrado “para el público adulto al que le gusten los relatos con un punto absurdo, el universo de Tim Burton o los libros objeto”, termina.

“Decidí arriesgarme con bocetos muy rudimentarios y esperar a que las imágenes fueran surgiendo de la bruma del grafito”.

Idoia Iribertegui - Ilustradora, escritora