Cromatismo, abstracción y composición conforman las características de Substantzia, la exposición de Oaia Peruarena que acoge el Pabellón de Mixtos hasta el 12 de febrero y que conforman unas obras en las que la autora utiliza el color y el trazo para expresar la intensidad del instante. 

La muestra recoge obras con distintos soportes: loneta, lienzo, papel o papel artesanal, algunas en dimensiones de dos metros y otras en formato pequeño. La artista de Irún alterna el óleo y el acrílico porque le gusta “ ver cómo se relacionan los materiales, ya que cada soporte se relaciona de forma diferente con cada material”. 

La muestra, en la que destacan los colores y la frescura, refleja la “búsqueda del diálogo entre el color, el trazo y la materia” que sigue la artista. “No trato de transmitir ideas concretas; es más importante acercarme al trabajo de la forma más abierta que pueda, sin ideas preconcebidas”, expresa Peruarena. “Me gusta encontrarme con cosas que no sabía que podía encontrar”, añade la artista, que siempre ha estado vinculada a la pintura y para quien esta disciplina se ha convertido en un “espacio que tiene que hablar de la libertad”. 

Substantzia hace referencia a su idea de que “una obra tiene que hablar por sí sola y vivir sin necesidad de nada más”. La artista busca ese aprendizaje de ser capaz de escuchar y dialogar con el trabajo “para saber dónde me pide más o menos”, un proceso que considera muy importante. 

Respecto a sus trabajos, Peruarena explica que “hay obras que son casi de día, y otras más sólidas que tienen etapas; yo las doy por terminadas, y a los meses me doy cuenta de que todavía puedo ir más lejos”. Substantzia recoge los dos tipos de pintura, a través de los que la artista encontró un lenguaje propio y “una identidad”. 

Peruarena relata que, para empezar una obra, el pequeño ritual que sigue es el de preparar el material, ya que nunca sabe lo que va a hacer ni lo que va a salir: “Eso es lo que busco todo el rato, quitarme del medio y vaciar”. Tampoco le gusta hacer bocetos: “Si yo hago una relación de colores, le estoy restando fuerza a la obra porque la voy diluyendo. Prefiero el riesgo de equivocarme y desechar una obra a diluirla”.