CONCIERTO DE SHINOVA

Fecha: 21/01/2023 Lugar: Sala Tótem. Incidencias: Muy buena entrada. Era uno de los últimos conciertos de la gira La buena suerte. Shinova son: Gabriel de la Rosa (voz), Daniel del Valle (guitarra y teclados), Erlantz Prieto (guitarra), Ander Cabello (bajo) y Joshua Froufe (batería).

con la sala prácticamente llena (en el formato que admite mayor aforo, esto es, ocupando toda su planta), y con un público que conocía al dedillo todas y cada una de las canciones de la banda, los cinco componentes de Shinova salieron con ganas de convencer desde el principio. El arranque fue avasallador con El álbum, Niña kamikaze y Solo ruido. Quedaba mucha noche, pero el resumen de lo que iba a acontecer ya se había desplegado sobre el tapete: potentes melodías, entrega y sudor encima de las tablas, bailes y alborozo debajo. Las tres canciones, además pertenecían a tres discos diferentes (Cartas de navegación, Volver y La buena suerte, respectivamente), y es que este tramo final de gira no se centra tanto en mostrar su material más reciente, sino en ofrecer una perspectiva general de su carrera, con algunas de sus canciones mas representativas, pero también rescatando otras que llevaban tiempo fuera de los repertorios. Fue el caso de la emotiva balada Lo que fuimos. El tono melancólico se mantuvo con Volver, antes de regresar de nuevo a las melodías épicas con Palabras y, sin pausa, enlazando su final con los tambores tribales de Puedes apostar por mí, en la que se apoyaron en la guitarra acústica para derrochar fuerza en el estribillo, que el público coreó con entusiasmo. Aunque el tempo del concierto se mantuvo casi siempre muy en lo alto, también intercalaron pasajes más pausados, como Mi vida sin mí, en la que alcanzaron la misma intensidad sin necesidad de forzar tanto la máquina. Algo parecido sucedió con Qué casualidad, en la que toda la sala se iluminó con las linternas de los móviles. Tras esa pequeña llanura llegó el crescendo final, que se inicio con el idealismo de Para cambiar el mundo, con toda la audiencia botando, igual que continuó haciendo en la última antes de los bises, Mirlo blanco, que desató, literalmente, el éxtasis y la locura en la Tótem. Estaba claro que no podían terminar así, por lo que nadie se tomó en serio su apresurada retirada a camerinos ni se impacientó durante los minutos que allí permanecieron, imaginamos que recuperando fuerzas para la traca final. Esta comenzó a piano y voz, con Gabriel cantando Ovnis y estrellas desde el centro de la sala, rodeado de sus seguidores, que unieron sus voces a la suya. Rápidamente subió al escenario para pisar el acelerador: La sonrisa intacta, Ídolos y Te debo una canción pusieron la puntilla, con una gran conexión entre banda y público, al igual que había sucedido durante toda la velada. Al terminar, todo eran sonrisas y caras de satisfacción. Esa es la verdadera confirmación del éxito de la banda vizcaína: el triunfo en las salas y en los circuitos de invierno. Otros grupos brillan bajo el sol veraniego de los festivales, pero luego no son capaces de sostener una gira por provincias. No es el caso de Shinova, cuyo edificio tiene cimientos bien sólidos. Que nadie se extrañe si de aquí a un tiempo terminan tocando en el Navarra Arena. l