El esquiador navarro Adur Etxezarreta ha afirmado con orgullo que tuvo un "buen papel" en los Juegos Olímpicos de Invierno celebrados en Pekín, donde compitió "de tú a tú con los mejores del mundo" para acabar en la posición 17 en la prueba de Descenso."Recuerdo el día de la carrera cuando subía hacia arriba, me vinieron momentos del pasado a la cabeza. Me siento orgulloso de saber de dónde vengo y dónde he estado", ha comentado el joven de 26 años durante el acto de homenaje recibido este miércoles en la Casa del Deporte.

En la cita han estado el presidente de la Federación Navarra de Deportes de Invierno, Pedro Sanz; el presidente Comité Deportivo de Deportes de Invierno, Iñaki Garralda; el director gerente del Instituto Navarro del Deporte, Miguel Pozueta; la concejal de Asuntos Sociales y Deporte del Ayuntamiento de Pamplona, María Caballero; el alcalde de Areso, José Otermin Echarri; el concejal especial de Deporte y Juventud, Fernando Aranguren; y Ernesto Modrego, gerente de la Fundación Miguel Induráin.

"Empecé a entrenar en el club cuando tenía 10 años y así hasta los 14 o 15. Después, me tocó tomar la decisión de irme al centro de tecnificación de Sierra Nevada", ha contado sobre sus inicios en el mundo del esquí alpino, una etapa algo dura ya que tuvo que dejar a su familia y su localidad, Areso, de 280 habitantes.

En la actualidad, ha explicado, "no tenemos un sitio fijo de entrenamiento" para una temporada que comienza a finales de mayo con el tema físico antes de viajar en junio a glaciares de Sudamérica para salir a pista. "Paso casi todo el invierno fuera a excepción de unos días que intento aprovechar para volver a casa, que es muy importante", ha añadido.

El navarro probó con este deporte "porque era mi pasión", pero lo cierto es que no procede de una familia con tradición en esta modalidad: "Cuando comencé no tenía ni idea. Mi padre alguna vez iba con sus amigos cuando era joven y cuando conoció a mi madre le enseñó a ella. Mi padre fue el que me enseñó a esquiar en las dos ocasiones que íbamos al año. Con ocho años veía que los chavales franceses hacían carreras y a mí me encantó".

"Mis padres, sin tener ni idea, llamaron a la Federación Navarra para informarse y les dijeron que los navarros entrenaban en Candanchú. Me hicieron una prueba, me cogieron para el equipo de competición y al año siguiente ahí empezamos sin saber nada de esos niveles", ha afirmado el protagonista sobre sus inicios.

"Mi caso es extraño", ha comentado, ya que las personas con las que convive o ha convivido tienen tradición de esquí o viven cerca de estaciones, cuando la realidad es que el pueblo de Etxezarreta se encuentra más cerca de la costa.

Sobre el nivel de los españoles en el panorama internacional, ha opinado que "en cuanto al esquí alpino, tanto yo como mis compañeros de equipo estamos demostrando que el nivel está subiendo poco a poco. Cada vez somos más competitivos y hay un equipo bonito".

Su posición 17 fue el mejor puesto de un español en un Descenso olímpico, superando el puesto 27 de Paquito Fernández Ochoa.

Pozueta ha hablado de la importancia que suponen este tipo de logros a la hora de que los más jóvenes se animen a practicar este deporte "tan bello" con la idea de conseguir éxitos y alegrías en el futuro.

María Caballero ha anotado que Adur, "más que una promesa" es "una realidad que tiene mucho que decir todavía", antes de agradecer que lleve el nombre de Pamplona y Navarra "allá donde vas".

Su entrenador, Iñaki Garralda, ha opinado que el papel de Adur en los Juegos es "un hito histórico" y ha subrayado que desde la Federación le seguirán apoyando en todo lo que puedan, yendo con él "hasta el final".

"Quería poner en valor todo lo que ha conseguido. Es un deporte complicado en el que hay que estar mucho tiempo lejos de la familia", ha señalado Garralda a los familiares del esquiador, a los que ha dado las gracias por su dedicación en la carrera de su hijo, poniendo el foco en la importancia de la humildad y la educación.