uesta pronunciar su apellido de primeras, pero habrá que acostumbrarse. Porque de las hermanas Tchaptchet se está hablando mucho ahora y se hablará seguramente más en el futuro. Lysa, de 20 años, y Lyndie, de 17, viven un momento de ensueño. La primera acaba de proclamarse campeona de Europa con el Vipers Kristiansand noruego, equipo con el que lo ha ganado absolutamente todo esta temporada; y la segunda ha sido una pieza clave en el ascenso del Gurpea Beti Onak a la máxima categoría del balonmano estatal, se ha colgado la medalla de bronce con las juveniles navarras en el Campeonato de España y la selección no deja de llamar a su puerta. La última vez esta misma semana, con vistas al Mundial de Macedonia del Norte de este verano.

Las dos estuvieron ayer juntas en su pueblo, en Villava-Atarrabia, al menos durante unas horas. Antes de comenzar unas muy merecidas vacaciones estivales. Aunque ambas ya están muy pendientes la una de la otra de forma habitual. Lyndie vivió en Budapest hace unos días, junto a su madre y dos tíos, el momento en el que su hermana levantaba el trofeo de la Champions League. Y Lysa no se ha despegado de la pantalla en el último mes para ver a la pequeña de la casa alcanzar el hito histórico del ascenso.

Las hermanas Tchaptchet Defo llegaron a Navarra con su familia -tienen una hermana mayor, Lyne, de 24 años- cuando eran muy pequeñas procedentes de su Camerún natal y se asentaron en Villava, donde comenzaron a jugar al balonmano. Un deporte que ya llevaban en el ADN, puesto que uno de sus abuelos lo practicaba en el país africano e incluso llegó a escribir un libro con las normas básicas sobre esta disciplina. Poco imaginaba, probablemente, el éxito que alcanzarían sus nietas en el futuro y todo lo que iban a contribuir al éxito del balonmano navarro.

Ninguna de las dos es “consciente aún” de sus méritos. Para Lysa ha sido un año “muy intenso”, a la par “que bonito”. “Se me ha pasado volando. De hecho, no quería que se acabara la temporada. Este año ha sido inolvidable y siempre lo voy a recordar”, asegura.

Con 17 años salió del Beti Onak, equipo en el que había jugado desde los 6, rumbo al Elche de la Liga Guerreras Iberdrola. Y en octubre del pasado año, se le presentó su gran oportunidad cuando el Vipers noruego necesitaba pivote tras el embarazo de Heidi Loke y la lesión de Hanna Yttereng. Nerea Pena, en las filas del conjunto nórdico, medió para su fichaje. “Ella me ha ayudado muchísimo, ha sido un gran apoyo para mí. Como mi segunda madre”, dice de su paisana.

La buena sintonía con el resto de la plantilla le hizo adaptarse pronto a la ciudad y al equipo con el que se ha proclamado campeona de Liga, de Copa y recientemente de la Champions, convirtiéndose en una de las primeras navarras en ganar este título junto a Pena. “Deportivamente ha sido todo muy satisfactorio. Al principio iba con miedo, con incertidumbre sobre lo que me iba a encontrar, porque era algo muy distinto a lo que había vivido con el Elche o con la selección española. Además, me iba lejos de mi familia. Pero la verdad es que ha ido todo muy bien”, confirma.

Su buen hacer desde el pivote, mano a mano con Ana Debelic, le ha valido su renovación por dos temporadas más, algo por lo que se siente inmensamente feliz y agradecida. “Parece que confían en mí. Estoy muy contenta por ello”, dice.

Desde Noruega, Lysa Tchaptchet ha seguido con mucha atención todo lo que se vivía en Villava-Atarrabia y la locura por el ascenso. Una locura que trasladó también a sus compañeras de equipo -entre ellas Nora Mork-, que desde la distancia apoyaron al Beti Onak. Y no sólo ellas. “Tanto el Vipers como el Elche animaron. Les he hablado muchísimo de Pamplona, de Villava, e incluso tienen ganas de venir”, asegura. “Yo me alegro infinito de que haya subido el Beti Onak. Espero que la temporada que viene disfruten de la experiencia y que pase lo que tenga que pasar. La Liga Guerreras Iberdrola no va a ser fácil, pero estoy segura de que darán lo mejor de sí mismas”, confía.

Para su hermana Lyndie, la temporada no podía haber finalizado mejor. Tras ceder sólo un punto en toda la campaña -en la fase de ascenso-, el Gurpea Beti Onak alcanzaba el sueño por el que había peleado durante muchos años: subir a la elite. Y en el esquema del equipo navarro, la pivote de 17 años -que el curso que viene iniciará sus estudios de 2º de Bachiller- ha sido una pieza fundamental. “Aún no he asumido que hayamos ascendido, con todo el pueblo volcándose además con nosotras. Es muy fuerte. Imagino que, poco a poco, me iré haciendo a la idea”, reconoce.

Las buenas noticias no han acabado para Lyndie con este ascenso. Esta misma semana su nombre apareció de nuevo en una convocatoria con las Guerreras juveniles, pero esta vez de cara a un acontecimiento muy especial, el Mundial de Macedonia del Norte, al que la selección ha sido invitada. Tchaptchet acudirá primero a una actividad en el CAR de Granada y posteriormente a Alemania para disputar tres amistosos. “Me emocioné. Estoy muy a gusto en la selección, junto a compañeras con las que me siento muy cómoda. El objetivo ahora es el Mundial y por ello merece la pena perderse el verano”, asegura Tchaptchet, quien tiene muy claro su futuro: “Me gustaría dedicarme al balonmano”.

Cualidades tiene más que de sobra, según resalta su hermana Lysa. “Yo soy muy objetiva con mi hermana pequeña. Incluso a veces demasiado, le meto mucha caña. Pero es que sé el potencial que tiene. Sé a lo que puede aspirar. A diferencia de mí, es una jugadora que a su edad está más centrada de lo que yo estaba, tiene la mente muy amueblada y eso es una gran ventaja. Sabe aguantar la presión y tiene muy buena proyección. Luego nunca se sabe, esto es deporte, pero creo que tiene un gran futuro”, vaticina.

Desde luego, Lyndie tiene un buen espejo en el que mirarse. Una hermana que le metió el gusanillo del balonmano muy temprano. “Cuando iba a entrenar Lysa, yo siempre le acompañaba. Estaba en el banquillo. Si empecé a jugar a este deporte fue por ella y siempre he tenido claro que me gusta el balonmano. Yo he seguido sus pasos”.

Orgullo, cariño y admiración son palabras que describen la relación de estas dos hermanas llamadas a dejar una gran huella en este deporte. Un futuro, sea el que sea, en el que estará muy presente su madre. “Nuestra mayor fan”, como la describen. Una madre que no se pierde ningún partido de las dos y que, además, “nos hace tener los pies en el suelo”. Algo fundamental cuando el éxito llega tan pronto. l

l Fecha de nacimiento. 20 de diciembre de 2001.

l Demarcación. Pivote.

l Equipo. Vipers Kristiansand. Llegó en octubre del pasado año al conjunto noruego, procedente del Elche, con el que ha ganado la Liga, la Copa y la Champions League. Es internacional.

l Fecha de nacimiento. 13 de enero de 2005.

l Demarcación. Pivote.

l Equipo. Gurpea Beti Onak, con el que ha ascendido a la máxima categoría del balonmano. Fue medalla de bronce con Navarra en el Campeonato de España de Murcia y las Guerreras juveniles la acaban de volver a convocar.

“Si empecé a jugar al balonmano fue por Lysa. Yo he seguido ?sus pasos”

Jugadora del Gurpea Beti Onak

“Sé el potencial que tiene mi hermana, sé a lo que puede aspirar. Tiene muy buena proyección”

Jugadora del Vipers Kristiansand