La rapidez, inmediatez, variedad y facilidad de compra ha hecho de internet una herramienta imprescindible para el comercio. Son millones las personas que utilizan las compras on line en España, pero también cada vez más las que abusan del sistema. Por ejemplo pidiendo varias tallas de una prenda de ropa para probársela, o varios productos similares para decidirse por uno de ellos una vez visto físicamente. Todo ello porque los envíos y las devoluciones, especialmente de ropa, calzado y complementos, son gratis.

Este comportamiento viene dado por las ansias de venta de las plataformas y las distribuidoras. Pero con la crisis y la fuerte subida de las gasolinas están descubriendo que los costos de entrega y devolución se están también disparando y afectan a sus márgenes de beneficio. Y por eso se están planteando el cobro por algunos de los servicios que hasta ahora eran gratuitos.

La repercusión de estas compras, muchas veces compulsivas, también tiene un impacto en el medio ambiente, que las compañías quieren atajar.

Un estudio de la consultora Optoro asegura que "el transporte de las devoluciones genera más de 15 millones de toneladas de CO2 en Estados Unidos", el equivalente a la polución de "tres millones de coches en un año".

Esta es la factura de la denominada logística inversa o la vuelta de los productos al origen. Las emisiones generadas por los vehículos de reparto han centrado el debate de la movilidad en las grandes ciudades. Ahora, es el turno de replantearse el costo las devoluciones para minimizar su impacto medioambiental y su impacto económico. Un coste cero que además ya afecta a la cuenta de resultados de las marcas de moda como Zara, Primark, H&M, El Corte Inglés, Zalando, Uniqlo, etc.

Dos tercios de los españoles realiza al menos una compra al mes por internet, cifra que se dispara en época de rebajas como la actual. Esto pone en evidencia que la gestión de las devoluciones de los clientes se convierta en un quebradero de cabeza para muchas de las plataformas de correo electrónico y para las grandes firmas de moda, calzado y complemento que facturan cantidades milmillonarias por sus ventas on line.

Así se cobra ya

Inditex, por ejemplo, ya ha planeado una compensación en más de una una treintena de países. En Europa , ya está vigente en Alemania, Reino Unido e Irlanda, entre otros. En estos países, la tarifa ronda los 2 euros por devolución. En España, también. No ocurre con Zara, el buque insignia de la compañía, pero sí en otras marcas, como Oysho o Pull & Bear. En estas dos, si los compradores optan por llevar los artículos que no quieren a las tiendas, la devolución es gratis. Si deciden la recogida a domicilio, conlleva un coste de 3,95 euros que se resta del importe a reembolsar, según figura en la web de ambas marcas.

El grupo alemán Zalando no está cobrando por las devoluciones on line, pero sí exige ya en muchos países de una compra mínima para que el envío sea gratuito, algo que hace en España desde 2019. La empresa explica que "para la mayoría de pedidos a partir de 24,9 euros el envío es gratis". En cambio, si es menos, cuestan 3,5 euros adicionales, según señala eldiario.es.

Amazon, por su parte, vigila a las cuentas con mayor número de devoluciones a las que restringe el acceso a su plataforma de compra on line. En España, cualquier producto vendido o enviado por esta plataforma puede devolverse en 30 días sin coste alguno. Únicamente los artículos voluminosos y pesados tienen un coste de 5,50 euros. 

Compras por internet en un ordenador portátil. Freepik

Otras firmas no cobran si es el cliente el que lleva los productos que no quiere a la tienda, como El Corte Inglés. En cambio, si se pide la recogida en casa, los clientes de la empresa de grandes almacenes tienen que pagar entre 5,90 y 7,90 euros, en función de si se tiene o no contratada una tarifa plana de envíos denominada Plus.

La multinacional de moda sueca H&M las permite gratuitas para los clientes registrados. En cambio, “las devoluciones de compras realizadas desde una cuenta de invitado tendrán un coste de 1,95 euros. Este importe se deducirá del reembolso a percibir”, indica. 

Con este escenario no es de descartar que nuevas empresas se sumen a la estrategia de cobrar alguna cantidad por envíos y devoluciones para cuadrar sus cuentas y sus planes de sostenibilidad.

Por ello cada vez habrá que mirar más la letra pequeña de nuestras compras on line para saber si los envíos tienen coste o no en función del tipo de entrega y si las devoluciones están sometidas a algún pago.