Los timos que utilizan mensajes de texto o correos electrónicos que te intentan derivar a enlaces fraudulentos para poder estafarte son cada vez más utilizados por los ciberdelincuentes. El objetivo siempre es el mismo hacerse con tus datos personales o bancarios de sus víctimas para desplumarte.

Un de los últimos que desgraciadamente se están poniendo de moda estos días es el del 'timo de la caja'. La Guardia Civil alerta de que este engaño es una oferta de trabajo que consiste en el reenvío de artículos que previamente has recibido tú. Una práctica en la que el ciberdelincuente ofrece dinero a la víctima para recibir un paquete en su nombre y enviarlo a un tercero. Sin embargo, se trata de una actividad fraudulenta ya que la víctima se podría acabar inmersa en problemas legales al participar en esta acción ciertamente delictiva.

″¿Te ofrecen una oferta de trabajo para que reenvíes artículos que previamente has recibido tú? #NoPiques En realidad te está utilizando de ‘mula’ de paquetería y las consecuencias son muy graves", advierte el Instituto Armado.

La Guardia Civil ha publicado, además, una imagen en la que se responde a la pregunta: "¿Qué hay en la caja?".

"Los estafadores pueden engañarle utilizando falsas ofertas de trabajo para que reenvíe artículos recibidos", explican.

La Guardia Civil recomienda que, si alguien te ofrece duna cantidad de dinero para recibir un paquete a tu nombre y enviarlo a otra persona, te "está pidiendo que hagas de mula de paquetería". "Está colaborando con delincuentes. Las consecuencias pueden ser graves”, señalan, ya que hacer de mula es, en esencia, blanquear dinero de forma ilegal.

Una mula es una persona reclutada por otra o por un grupo para actuar como intermediario en el lavado de dinero. Suele usarse para transportar droga o sustancias prohibidas a cambio de una sustanciosa cantidad de dinero. En el tipo de delincuencia que ahora nos ocupa, el criminal, mediante la mula de dinero, obtiene importantes cantidades o bienes de forma fraudulenta a través de phishing o mensajes fraudulentos. Además, el phishing puede producirse también mediante otro tipo de estafas tales como ataques bancarios, fraude a tarjetas de crédito o débito, fraude en el comercio electrónico u otros delitos.

Una vez obtenido el dinero de forma fraudulenta, los criminales se ponen en contacto con las víctimas para que reciban en sus cuentas bancarias ese dinero blanqueado, y posteriormente hacer una transferencia bancaria a las cuentas de los autores. Las víctimas se exponen, en primer lugar, al robo de datos personales, aunque posteriormente pueden enfrentarse a sanciones económicas e incluso, en el peor de los escenarios, a acusaciones penales que llevan aparejadas importantes penas de cárcel.

Hasta un 90% de las mulas de dinero están conectadas con delitos informáticos, asegura la Guardia Civil.