En menos de 30 años, Navarra ha construido un sector empresarial que engloba a más de un centenar de compañías y que da empleo a unas 10.700 personas. Genera un volumen de negocio de 3.250 millones de euros, de los que alrededor de 2.500 millones proceden de la exportación. Desde julio del año pasado, Javier Villanueva Latorre (Pamplona, 1975) es el director gerente de Enercluster, la organización que representa a buena parte de estas compañías y que se define como "la voz de la industria de la transición energética en Navarra".

La guerra en Ucrania, con el alza de precios que ha conllevado, vuelve a situar a las renovables en el centro del debate. Su extensión en los próximos años se prevé masiva, tanto para garantizar la independencia energética de la Unión Europea como para dar respuesta a los retos del cambio climático. Ante ello, Enercluster celebra la aprobación por unanimidad de la Ley de Cambio Climático de Navarra, pero pide al Gobierno que agilice el nuevo Plan Energético y que empiece a definir cuántos megavatios de cada tecnología habrá que instalar en los próximos años. "Vamos con retraso para cumplir objetivos", explica Villanueva, ingeniero industrial por la UPNA y que acumula más de 20 años de experiencia en el sector eólico. En este tiempo, ha pasado por Cener, MTorres y Siemens Gamesa, donde fue responsable de innovación.

¿Cómo está afectando la invasión de Ucrania al sector renovable de Navarra?

-Ya la pandemia afectó de manera clara a los costes logísticos. Tras ella, el consumo se ha reactivado, pero no así la logística. Las navieras, además, han aprendido que teniendo parte de la flota en puerto y subiendo los precios pueden ganar lo mismo. Los costes de operación han subido para todas las empresas. Y junto a ello, la guerra ha disparado la factura eléctrica de los fabricantes. Todo ello ha aumentado mucho los costes de operación y está poniendo en cuestión la supervivencia de algunas empresas. Las sanciones a Rusia, en cambio, tienen una afección algo menor.

La guerra ha mostrado de nuevo la importancia de la energía. ¿Podemos sustituir todo nuestro consumo energético por fuentes de energía renovable?

-Ahora mismo no. Porque la necesidad energética es muy grande y el cambio no lo podemos hacer de manera drástica. Habría que hacerlo de manera controlada y progresiva a lo largo de las próximas dos décadas. Correr conlleva fallos y, en este campo, los fallos tienen consecuencias muy negativas. Pero la guerra ha provocado un sentimiento de urgencia. Tecnológicamente no hay impedimentos. Hoy los cuellos de botella son los administrativos, tanto por los permisos como por la propia red de distribución eléctrica.

¿Y el almacenamiento?

-En el caso del almacenamiento contamos con las baterías eléctricas y ahora está entrando el hidrógeno. El problema del coste está superado, porque la gran demanda hace que esté bajando dramáticamente. El reto es la fiabilidad. Existen dudas porque no hay un histórico de funcionamiento de baterías que te garantice que vayan a funcionar a 15-20 o 25 años. Por ejemplo, la garantía que ofrece ahora mismo Tesla es diez años. Es una cuestión de pocos años que las baterías sean fiables y duren un ciclo importante.

¿Pero hay litio para tanta batería?

- No, hay que diversificar. Ni todo el almacenamiento puede ser con batería ni todas las baterías pueden ser de litio. Hay baterías térmicas, hay hidrógeno y todos los sistemas de almacenaje que ya existen y son rentables, como el bombeo hidráulico. Y además hay otras fuentes prometedoras que se están explorando.

Tras la moratoria del Partido Popular, la realidad es que no estamos ni mucho menos cerca de cumplir con los objetivos de 2030. ¿Hay que acelerar?

-Hay que avanzar más rápido, pero hay que hacerlo de manera planificada y ordenada. Ver dónde se puede instalar y dónde no. Y que las instalaciones tengan el mínimo impacto posible. Partimos de la base de que la mejor energía es la que no se consume. Por lo tanto hay que invertir en eficiencia. Y la que se consuma que sea de origen renovable. Para minimizar el impacto lo primero es instalar aerogeneradores allí donde ya hay parques, repotenciándolos, sustituyendo las actuales por máquinas más eficientes y potentes. Hay que hacerlo con mucho respeto con el medio ambiente. Por eso, cuidado con las prisas.

¿Cómo valoran la aprobación de la Ley de Cambio Climático de Navarra?

-Es una ley posibilista. Le damos mucho valor a que se haya aprobado por unanimidad. Es la prueba de que Navarra no escurre el bulto. Y es importante porque ahora toca cambio de legislatura y no hay ningún partido que pueda poner la excusa de que no estaba de acuerdo con la ley. Es urgente por ejemplo definir los mapas donde se pueden desarrollar parques. El plan energético de Navarra es el que debe definir los números y toca revisarlo: ahí habrá que establecer cuánta eólica y solar hay que instalar. Me preocupa porque se dijo que se haría en 2022 y ahora mismo no se habla de ello. Quizá se ve como una tarea muy grande, la prioridad está en las primeras obligaciones relativas a la ley de cambio climático y para el plan ya no hay tiempo de hacerlo hasta la siguiente legislatura.

¿Qué papel puede jugar el hidrógeno verde en esta transición y sobre todo en la repotenciación de algunos parques que ya cumplen 30 años?

-Yo procedo del diseño de máquinas y sé que las certificamos para 20 años, pero la experiencia dice que con un buen mantenimiento pueden funcionar con toda seguridad 25-30 años. Pero sabemos que no van a durar 40. Nos estamos acercando al momento en que hay que irlas desmontando por seguridad y rentabilidad. Esos parques antiguos, además, son los mejores en cuanto a rendimiento, por lo que su repotenciación es especialmente interesante. Pero tenemos algunas limitaciones en la infraestructura de evacuación. La subestación y la red de distribución y transporte están diseñadas para ese parque. Para eso, hay soluciones interesantes como la hibridación con el hidrógeno: máquinas más grandes que viertan electricidad a la red actual y el exceso, mediante electrolizadores, transformarlo en hidrógeno y transportarlo por tubería o de forma licuada. Podríamos convertirnos en Navarra, con ese decreto foral en vías de aprobación en el parlamento, que habla de favorecer el repowering y la hibridación, en pioneros en el hidrógeno, también para exportarlo. Es una enorme oportunidad. l

"Ni todo el almacenamiento se hará con baterías ni todas las baterias pueden ser de litio: hay que diversificar"

"La Ley de Cambio Climático de Navarra es posibilista y tiene mucho valor que fuera aprobada por unanimidad"

"Vamos con retraso en la instalación de renovables, pero hay que avanzar de manera ordenada"