Un distintivo o logotipo identificará a los operadores y productores de Navarra que comercializan alimentos en sus explotaciones, mercadillos, etc. La consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, Itziar Gómez, ha comparecido este miércoles para anunciar que el Gobierno ha dado el visto bueno al anteproyecto de Ley Foral de Canales Cortos de Comercialización Agroalimentaria, que derogará la Ley Foral reguladora de este tipo de venta del año 2010.

Para poder obtener esta marca, los productores agroalimentarios, intermediarios y operadores de comercio electrónico deben inscribirse en el registro de los canales cortos de comercialización agroalimentaria de Navarra. De esta forma, mediante esta lista se podrá saber si el operador realiza venta directa, de proximidad o ambas.

Sin registro no hay logo

Sin embargo, el anteproyecto establece que este registro es voluntario, por lo que estos profesionales no están obligados a apuntarse, pero si no lo hacen, pierden la posibilidad de obtener el logo anteriormente mencionado.

Actualmente, el departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente tiene contabilizadas 178 personas agriculturas, ganaderas y artesanas que se dedican a la venta directa en sus negocios, es decir, que distribuyen sus productos a los consumidores sin ningún tipo de intermediarios. Pero este número seguramente sea mayor, ya que no todos los que desarrollan esta actividad se encuentran en este censo.

"El anteproyecto de Ley Foral busca apoyar a las explotaciones agrarias de reducida dimensión"

Itziar Gómez - Consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente

Señalar

El distintivo podrá utilizarse mediante un sistema de señalización en el acceso de los locales, las carreteras y cruces de caminos o en las proximidades, de acuerdo con lo previsto en la normativa vigente

Además, será compatible con marcas de calidad existentes, como las denominaciones de origen, las indicaciones geográficas protegidas, las certificaciones de producción ecológica, los alimentos artesanos, etc.

Buena herramienta

La consejera ha señalado que “los circuitos cortos de comercialización son una buena herramienta para que los productores reciban unos precios dignos y sin que los alimentos se vean encarecidos por las cadenas de alimentación”, sobre todo actualmente en un contexto de inflación disparada, que no se sufría desde hace cuatro décadas.

La norma facilita a los productores el acceso a criterios de flexibilidad en los requisitos de seguridad e higiene de los alimentos que permite la legislación europea y nacional para la venta de pequeñas cantidades, sin perjuicio del cumplimiento de las garantías higiénico-sanitarias y la puesta en el mercado de alimentos seguros e inocuos para los consumidores.

Para ello, las autoridades competentes en materias de salud y desarrollo rural elaborarán, de forma coordinada, guías de buenas prácticas donde se establecerán las adaptaciones necesarias en las etapas de producción, elaboración, transformación y comercialización. 

La venta se realizará, preferentemente, en la propia explotación agraria

Las posibilidades

La venta se realizará, preferentemente, en la propia explotación agraria; aunque también podrá efectuarse en mercados municipales y mercadillos, en alojamientos de turismo rural y/o agroturismos cercanos a la explotación, mediante comercio electrónico, en grupos de consumo, en el domicilio de consumidor final o en cualquier otro lugar autorizado para ello, de carácter no permanente. Y deberá realizarse, preferiblemente, dentro del ámbito territorial de Navarra o a una distancia máxima de la explotación del productor agroalimentario de cien kilómetros.

Un doble objetivo

Itziar Gómez ha indicado que esta norma tiene un doble objetivo: “Apoyar a las explotaciones agrarias de reducida dimensión, y mejorar su viabilidad a través de la competitividad, la diversificación económica y la incorporación de jóvenes al sector; y satisfacer la demanda creciente de la sociedad que pide productos locales, de origen conocido, frescos, de temporada y de calidad y fomentar el conocimiento y la valoración de la ciudadanía respecto a sus productores, así como el mantenimiento de la población en las zonas rurales”.

En el apartado medioambiental, busca contribuir a la mitigación del cambio climático por los beneficios ambientales que genera la venta de proximidad y ayudar en la reducción del desperdicio alimentario y el consumo responsable.

La nueva norma será remitida al Consejo de Navarra para su validación.

El anteproyecto, ha indicado Gómez, “está alineado con la Estrategia europea de la Granja a la Mesa basada en medidas para garantizar alimentos saludables, asequibles y sostenibles, incrementar la contribución del sector primario en combatir el cambio climático, proteger el medio ambiente y garantizar un rendimiento económico justo y competitivo”.