El Banco Central Europeo (BCE) ha vuelto a elevar el precio del dinero por cuarta vez consecutiva, aunque en esta ocasión ha pisado el freno. El incremento ha sido del 0,50%, con lo que el tipo de interés para sus operaciones de refinanciación se sitúa en el 2,50%. Tras una subida inicial en julio de medio punto, el Consejo de Gobierno de la entidad había acometido dos incrementos de 75 puntos básicos en septiembre y octubre.

La entidad monetaria ha anunciado además que los tipos de interés "tendrán que incrementarse aún significativamente a un ritmo sostenido", hasta alcanzar niveles suficientemente restrictivos para asegurar que vuelvan a situarse de forma oportuna en el objetivo del 2 % a medio plazo.

Así las cosas, ¿qué pasará con las hipotecas el próximo año? De seguir esta misma tendencia a los bancos les costará más financiarse ante este organismo, de modo que aplicarán intereses más elevados a los préstamos que conceden, lo que repercutirá en el precio de todas las hipotecas, ya sean variables, fijas o mixtas.

“El interés de las hipotecas variables se calcula al sumar el valor del euríbor a un diferencial. Si el euríbor, que representa el interés de los préstamos interbancarios, sube en 2023, el interés de estos productos también aumentará. Los bancos reducirán un poco los diferenciales de sus nuevos préstamos a tipo variable para compensar ese incremento, situándolos en torno al 0,50%”, explica Miquel Riera, experto en el sector hipotecario del comparador financiero HelpMyCash.

Esto afectará a las hipotecas a tipo variable que se concedan y a las ya contratadas. Así, por ejemplo, una hipoteca tipo de 150.000 euros que se revise con un euríbor en torno al 3,5% podría encarecerse hasta en 210 euros al mes o unos 2.500 euros más al año.

Aumento de las hipotecas fijas

Los expertos advierten además que los bancos querrán sacar tajada de las hipotecas fijas, que no están vinculadas al euríbor. Por ello prevén un encarecimiento de estos préstamos para que resulten menos atractivos para los clientes. Según Riera, el interés medio de las hipotecas fijas podría subir hasta situarse en torno al 4% o al 5%.

“En cuanto a las hipotecas mixtas, lo más lógico es que las entidades encarezcan el tipo fijo inicial de estos productos, aunque probablemente seguirá siendo más bajo que el de las hipotecas fijas”, aclara el experto.

Ante este panorama, hipotecarse en 2023 saldrá probablemente más caro. A consecuencia de esto, “habrá menos personas que puedan permitirse contratar una hipoteca, porque las cuotas se comerán una mayor porción de sus ingresos. Además, los bancos serán más exigentes a la hora de otorgar una hipoteca, lo que reducirá el número de contrataciones”, añade Riera.

Todo este maremoto hipotecario también tendrá su impacto en la compraventa de vivienda, que bajará. “Las casas y los pisos no se están abaratando y no parece que vayan a abaratarse mucho en los próximos meses”, comenta el especialista. En cualquier caso, una improbable caída de los precios, no bajarían lo suficiente como para compensar el encarecimiento de las hipotecas.