El traslado de la sede social de Ferrovial a Países Bajos quedará supeditado a que los titulares de no más del 2,57% del capital de la compañía se opongan a esta operación de gran calado para el futuro de la empresa, pues le permitiría dar el salto a la bolsa estadounidense.

Entre las condiciones establecidas por el consejo de administración para la aprobación de esta operación figura que los accionistas que estén en contra de este traslado podrán acogerse a su derecho de separación, una fórmula que recoge la legislación.

Este derecho consiste en la salida del accionista del capital por su disconformidad con los acuerdos adoptados en junta a cambio de una contraprestación justa, que normalmente es el precio de cotización de la compañía, en este caso de 26,7 euros por acción.

Sin embargo, Ferrovial ha limitado a 500 millones de euros esta contraprestación para que la operación pueda ser aprobada. Actualmente, el valor en bolsa de la empresa es de 19.459,1 millones de euros, por lo que esos 500 millones representan el 2,57%, según han confirmado a Europa Press en fuentes de la compañía.

Es decir, si los titulares de más del 2,57% del capital social se oponen expresamente a la operación y ejercen su derecho de separación, presentando los escritos correspondientes en los plazos fijados, la operación ideada por el consejo de administración podría verse truncada.

El anuncio de este traslado ha suscitado una gran polémica a nivel político y cuatro ministros ya se han manifestado sobre esta posible operación, pidiéndole más compromiso con España, al ser una empresa familiar que ha crecido "al albur" de los contratos públicos, según ha declarado la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

No obstante, la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, ha recordado que esta empresa tenía más de un 80% de su actividad fuera del Estado español, por lo que ya no tributaba por estos beneficios en el país. La parte correspondiente a la actividad nacional seguirá tributando de igual forma en el Estado español.

El único ahorro del que podrá disfrutar Ferrovial está relacionado con los dividendos que recibe de sus filiales, que alcanzará los 40 millones de euros anuales, aunque solo el coste de llevar a cabo la operación será de unos 20 millones de euros.

Por eso, la compañía defiende que el objetivo principal de este cambio es contar con una mayor proyección internacional, ya que tener su sede en Países Bajos le abrirá muchas más oportunidades en su principal mercado, Estados Unidos, en el que espera cotizar próximamente.   

ACCIONISTAS

El mayor accionista de Ferrovial es su presidente, Rafael del Pino, que controla el 20,4% del capital, seguido de María del Pino (8,2%); el fondo británico TCI (6,4%), fundado por Christopher Hohn, un británico multimillonario que aparece en el puesto 273 de la lista Forbes de las mayores fortunas del planeta; Leopoldo del Pino (4,1%) y los fondos BlackRock (3,18%) y Lazard (3%), según figura en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

En cualquier caso, el 'free float' o capital flotante es del 67%, lo que significa que este porcentaje de capital de la compañía está en manos de minoritarios y susceptible de libre negociación en bolsa.

Por ahora, la acogida por parte de sus accionistas ha sido positiva, ya que este miércoles sus acciones suben un 1,7%, hasta los 26,7 euros por acción.