Las mayores fortunas suelen ser las mismas año tras año, pero de vez en cuando irrumpe un nombre nuevo. Eso es lo que ha pasado en Navarra, donde un nuevo rostro encabeza el ranking que elabora todos los años el periódico El Mundo, si bien no aparece en el que publica también anualmente la revista especializada Forbes.

Ambas coinciden en la mayor parte de los nombres, si bien laprimera registra ya el impacto de venta de STI Norland a Array en lo que supone la mayor operación de la historia de una empresa familiar navarra

La adquisición de la compañía navarra de seguidores solares por parte de la firma estadounidense (operación valorada en 570 millones de euros), sitúa a su propietario, el pamplonés Xabier Blanco Platero, como la principal fortuna de Navarra, según con un patrimonio aproximado 380 millones de euros sin haber cumplido los 50 años. 

De estructuras metálicas al negocio solar

La suya es la entrada más potente de un ranking en el que año tras año aparecen los mismos nombres y familias. Y supone asimismo la confirmación de las renovables como unos de los sectores capaces de generar las grandes acumulaciones de capital del siglo XXI. A falta de grandes compañías tecnológicas, el sol y el viento explican así una parte relevante de la intrahistoria económica de Navarra del último cuarto de siglo.

La historia del éxito de Xabier Blanco no se entiende sin el desarrollo STI Norland, fundada en 1996 por su padre, el ingeniero Pedro Blanco Lumbier, que había sido presidente de Gogor SA, una empresa especializada en estructuras metálicas.

STI Norland puso sus ojos desde el comienzo en el sector renovable, que daba en la Comunidad Foral sus primeros pasos a mediados de los 90. En 1998, por ejemplo, diseñó su primera estructura solar fotovoltaica y cuatro años más tarde construyó en Navarra la primera planta del mundo con seguidores solares. El conocimiento fue siempre la mejor arma de la empresa: el temprano desarrollo de seguidores azimutales (de eje vertical, más robustos y más rentables) apuntaló su crecimiento en aquellos años, que se aceleró de manera vertiginosa a partir de 2015, cuando los proyectos renovables comenzaron a tomar velocidad en todo el mundo.

Crecimiento y venta

La firma navarra, propiedad de la familia Blanco, pasó así de facturar apenas 18 millones de euros en 2015 a superar los 200 millones de euros en 2021, cuando comenzaron a darse los primeros pasos para venderla. Ya en 2020, Aurica Capital, del Sabadell, se hizo con el 40% de la compañía. Era solo el primer paso de lo que estaba por llegar. Con más de 240 trabajadores, sede central en Pamplona, plantas de fabricación en Badajoz y en Brasil, así como filiales operativas en EEUU, Israel , India, México, Chile y Sudáfrica, STI era una de las joyas menos conocidas del tejido empresarial navarro. Blackstone, fondo propietario de Array, puso sus ojos en ella y a finales de 2021 tiró definitivamente de cartera. Por casi 600 (14 veces su resultado bruto en 2020) millones compró STI.

De ellos, unos 340 millones correspondían a la familia Blanco, propietaria de algo más del 58,4% de la empresa. La mayor parte en efectivo, pero otra parte, valorada en entonces en unos 120 millones de euros, en 6,6 millones de acciones de Array que hoy cotizan por cerca de 140 millones de euros.

Según El Mundo, su socio en Brasil, Javier Reclusa, recibió 2,5 millones en acciones de Array, valoradas hoy en unos 51 millones de euros.

En STI desde 1997

Con esa operación se cerraba una historia de casi un cuarto de siglo en STI, pero solo una parte de la fulgurante biografía empresarial de Xabier Blanco, que ya ha anunciado su intención de seguir invirtiendo en empresas capaces de generar valor y empleo. Casado con un alta funcionaria del Gobierno de Navarra, Blanco, que comenzó a estudiar Ingeniería en la Universidad de Navarra, se graduó finalmente en Empresariales y se incorporó a STI Norland en 1997, donde ocupó diferentes puestos: desde jefe de obra hasta subdirector, ya en 2002, y CEO a partir de 2006.

Exponente claro de empresarios de segunda generación capaces de multiplicar lo recibido a base de esfuerzo, innovación y buenas ideas, Blanco ha decidido no quedarse quieto tras la venta de la empresa. De hecho, con parte del dinero obtenido por la operación creó el año pasado Amixalan, con la intención de dar forma a un gran grupo empresarial. Ya ha anunciado la compra de Ega Perfil, especialista también en estructuras metálicas.

El objetivo reconocido para ello es construir una corporación integrada por “compañías líderes” en los sectores como el transición energética –que engloba energías renovables y estructuras metálicas y construcción modular–; tecnologías; salud; y agroindustria, que muestren una “gran proyección de futuro con vocación internacional, basando el crecimiento en valores de sostenibilidad y equilibrio”. El objetivo, señalaba su socio Pablo Landa,  no es actuar "como inversores financieros”, sino que van a aportar su “experiencia estratégica y de gestión” en el medio y largo plazo con objetivo de hacer crecer los negocios y abordar incluso proyectos de internacionalización.

Viejos y nuevos millonarios de Navarra

En este ranking oficioso de los más ricos de Navarra, Blanco figura por delante de Javier Virto Moreno (Ultracongelados Virto, con un patrimonio valorado en unos 245 millones de euros). Virto es el fundador de una de las empresas que ha revolucionado el sector de los verduras congeladas y que ha aprovechado tanto la colaboración con grandes grupos de distribución como la exportación a otros mercados.

Javier Virto Archivo

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En los listados aparecen también Alejandro Chaves Martínez (OPDE, 180 millones) Antonio Catalán (AC Hotels, unos 125 millones de euros en patrimonio), Concha Osácar (de la inmobiliaria Azora, unos 120 millones de euros) e ilustres familias de constructores (San Martin). También industriales, como los Iriondo-Altuna, (Príncipe de Viana), Ruiz (Azkoyen) o panaderos (Taberna), protagonistas todos ya desde el siglo XX.

Asoman también empresarios que han hecho su fortuna ya en el siglo XXI, como Benito Jiménez (Congelados de Navarra, unos 60 millones de euros). Otros nombres, como el de la familia Aldaba, propietaria de Saltoki (cuyas múltiples sociedades suman ya más de 1.500 millones de facturación y 50 millones de beneficio solo en el último año) podrían incorporarse por derecho propio en próximos ejercicios a este ilustre listado.