La internacionalización y apertura de nuevos mercados es clave para el desarrollo del sector de la automoción vasco-navarro. Y Estados Unidos es un mercado muy atractivo para nuestro tejido empresarial, sobre todo para aquellas empresas centradas en el mercado de autopartes, ya que concentra un 25% del mercado mundial, predominantemente en piezas y sistemas ‘powertrain’ por la gran presencia de numerosos ‘Tier1’.

Estados Unidos ocupa el segundo puesto mundial como productor en automoción con 73 plantas de producción 

EEUU ocupa el segundo puesto como productor con sus 73 plantas; es el segundo en términos de producción y ventas de vehículos ligeros, con una cuota del 20% y 11% respectivamente; el segundo en producción y ventas de vehículos pesados; y el tercero en producción de vehículos eléctricos, según destaca Basque Trade & Investment, la Agencia Vasca para la Internacionalización de Grupo SPRI, en su análisis del mercado de componentes del sector automoción norteamericano, donde profundiza en las oportunidades de negocio que ofrece el gran mercado estadounidense, convirtiéndose en una guía de referencia para abordar estrategias de aproximación y posicionamiento comercial en el país estadounidense.

Entre las conclusiones de dicho estudio destaca la implantación directa como una de las opciones más recomendadas si se quieren desarrollar actividades relacionadas con la automoción en el continente americano, ya que es importante contar con capacidad productiva cercana. “Encontrarse en otro ‘hub’ o en un Estado lejano limita mucho a la hora de competir”, explican.

Relación con ‘partners’ locales

Si el objetivo es suministrar a OEMs estadounidenses locales, resulta “clave” disponer de una oficina técnico-comercial, con gran peso del componente técnico, en dichas zonas. Hay que tener en cuenta que las decisiones de los OEMs de origen extranjero con presencia productiva en EEUU se toman en sus centros de decisión, sus ‘headquarters’, y existen “mayores facilidades” para establecer relaciones con OEMs del sudeste de Europa.

En esta misma línea, la implantación ‘brownfield’ puede convertirse en una oportunidad para aquellas empresas con capacidades tecnológicas y procesos diferenciales, susceptibles de ser exportadas o implantadas en un corto período de tiempo. Para ello, el informe recomienda establecer relación con un ‘partner’ local que disponga de importantes contactos y redes con empresas del sector.