La rehabilitación energética de viviendas, edificios y barrios se puede afrontar de distintas formas. La rehabilitación, materia en la que Navarra es puntera, es un actor de regeneración urbana, pero también una medida de eficiencia y ahorro energético –contribuyendo de igual forma a mitigar el impacto del cambio climático y a reducir costes para la ciudadanía–, motor de actividad económica y oportunidad de generación de empleo. DIARIO DE NOTICIAS organizó este martes una nueva edición del Foro Hiria con el nombre “Navarra rehabilita / Nafarroa birgaitu”, una jornada que ha abierto el director general de Vivienda del Gobierno de Navarra, Eneko Larrarte y en la que distintos expertos abordaron todas estas cuestiones desde distintos prismas. Participaron en la mesa redonda el director gerente de Nasuvinsa, Alberto Bayona; el presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Navarra, Peio Mendía; la arquitecta del estudio Varquitectos Sara Velázquez; el alcalde de Zizur Mayor, Jon Gondán; y el director de zona de Navarra de la entidad financiera Laboral Kutxa, Eduardo Elizalde.

Bayona diseccionó las distintas líneas de ayudas y subvenciones a la rehabilitación energética que aglutina el Plan Biziberri, calificándolo como una “oportunidad única” por la cuantía de los fondos de los que dispone, apoyado en los llamados fondos Next Generation de la Unión Europea. “No se si habrá otra ocasión de poder aplicar tantos recursos económicos, en este caso europeos, para poder poner en valor la ciudad, lo construido, frente al uso masivo e indiscriminado de suelo”, afirmó Bayona, con quien coincidió Elizalde, que aseguró que desde la entidad financiera Laboral Kutxa consideran la rehabilitación energética de viviendas algo “muy importante” y, como tal, tienen distintas líneas de financiación para comunidades de vecinos, incluyendo una “puente” que cubriría el importe de la subvención –esta se percibe una vez finaliza la actuación–. “Queremos facilitar este tipo de actuaciones y creemos que este es un muy buen momento para abordarlas”, afirmó.

Mendía, por su parte, habló del papel de los administradores de fincas a la hora de proponer este tipo de actuaciones a las comunidades de vecinos y explicó que el proceso de decisión se vuelve más complejo en comunidades grandes, ya que, al ser una obra de mejora, es necesario que una mayoría cualificada de tres quintas partes de los vecinos voten a favor.

Velázquez explicó que, cuando una comunidad les encarga una actuación de este tipo suele ser o bien porque se trata de un edificio cercano a los 50 años, que tiene “problemillas en la fachada, desprendimientos, cosas que arreglar” y la comunidad decide aprovechar la necesidad de hacer la obra para mejorar la envolvente térmica, o bien es un edificio con patologías previas y que “esperan como agua de mayo que el edificio cumpla 25 años para poder optar a las ayudas y tener habitabilidad en casa”. “En el primero de los casos suele costar que entren a la envolvente, pero en estos últimos seis meses el gas ha subido un 400% y eso ayuda a que este tipo de comunidades entienda que es necesario”.

Gondán, por su parte, destacó la importancia de que exista un agente coordinador y dinamizador en este tipo de actuaciones, bien sea el presidente de la comunidad o el administrador, y que estos tengan una coordinación con los ayuntamientos. “Los ayuntamientos somos la administración más cercana a la ciudadanía y en este caso estamos muy implicados en este tipo de acciones”, afirmó el alcalde de Zizur Mayor, que aseguró que es “primordial” que en estos procesos se de una colaboración tanto público-privada como entre administraciones –entre la foral y la local, por ejemplo–. “Creo que es esencial que se de desde el principio, desde la concepción de los barrios. Si se diseñan de manera eficiente las ciudades y los barrios eso va directamente hasta tu casa y para eso es primordial la colaboración público-privada y entre administraciones”, apuntó.

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Foro Hiria aborda este martes el reto de la rehabilitación en Navarra