El Consejo de la Juventud de Navarra vive un momento crítico. El organismo independiente, que hace de interlocutor entre asociaciones de jóvenes y el Gobierno desde 1986, ha quedado muy dañado tras meses de disputas internas que se han saldado con la reciente dimisión de tres miembros de la dirección, entre ellos el último presidente, Pablo Lanaspa, y la toma de poder por parte de un grupo de la ejecutiva liderado por el socialista Álex López Orejuela, candidato a la alcaldía de Orkoien.

De esta manera, el PSN se asegura el control de una plataforma independiente que tras la crisis se ha quedado prácticamente sin presupuesto para proyectos; con la ejecutiva desarbolada; dos trabajadores menos, ya que han sido despedidos; y el movimiento asociacionista juvenil en mínimos de participación.

UPN, a través del parlamentario Ángel Ansa, ya ha pedido la comparecencia del director de Juventud, Carlos Amatriain, asunto que se abordará hoy en el Parlamento de Navarra.

Las discrepancias

Las discrepancias internas se acentuaron a raíz del peso que aspiraba a tener el sector socialista en los puestos de dirección del Consejo. Los socialistas querían las dos vicepresidencias del organismo, y hubo quejas. A partir de ahí se dispararon los choques, en los que intervino la propia estructura de Juventudes Socialistas y su presidente.

La cantera socialista, con Kevin Lucero –ahora número 10 en la lista del PSN al Parlamento– al frente, comenzó a cuestionar cada paso que daba la dirección del Consejo hasta alcanzar el cénit en el mandato de Lanaspa, que arrancó en octubre de 2022.

El aumento de los roces coincide además con dos aspectos clave: una progresiva bajada del presupuesto del Consejo desde 2019, y que para 2023 se queda en 80.000 euros; y el rechazo masivo, por parte del Instituto Navarro de la Juventud (INAJ), de las enmiendas que había formulado el propio Consejo a la actualización de su decreto de funcionamiento. El decreto está a falta de los últimos informes jurídicos.

Sin presupuesto público ni influencia en la elaboración del decreto, el conflicto escala ya a cotas más desagradables. Empiezan los despidos: una técnica de socioeconomía y la técnica de comunicación, además de la propuesta para bajar horas a una administrativa.

Sin asamblea

La tensión aflora en un cruce de declaraciones públicas entre Lanaspa y el sector socialista el 8 de febrero. El presidente critica que sin dinero el Consejo está en “estado crítico”. Y los socialistas dicen que no le eche la culpa al Gobierno, que busque soluciones. Un mes después Lanaspa anuncia su dimisión. Le sigue, el 9 de marzo, la de la vicepresidenta, Tania Ruivo, representante de las asociaciones de scouts.

El vacío lo aprovecha el sector socialista para convocar la ejecutiva y decidir que sea el otro vicepresidente, López Orejuela, el que asuma la presidencia “ante la inminente aprobación este año del nuevo decreto que regule el Consejo”.

Lo explica el propio López Orejuela en una carta remitida al Parlamento. “No es la situación ideal ni perfecta”, admite, pero dice que así se da algo de “estabilidad” después de “los meses tan convulsos en los que se está viviendo” y que tienen sumido al Consejo en una “profunda crisis”.

López Orejuela asume el poder sin pasar por la asamblea –que “no tendría sentido” convocar sin tener el decreto aprobado– y con los únicos votos a favor de sus colegas de militancia. En ese mismo encuentro participa –con voz pero sin voto– el director gerente de Juventud, algo poco habitual. 

El órgano rector se queda con cinco de sus ocho miembros: los cuatro socialistas (López Orejuela y Maite Echarte, de Juventudes; y Aroa Celorrio y Ion Henares de las juventudes de UGT) y un representante del SEI, la asociación de reagrupación familiar de migrantes (Teo Agyei). La crisis interna, la parálisis en la aprobación del decreto y la cercanía de las elecciones amenazan con dejar fuera de juego al organismo.

"Deben hacer una reflexión profunda"

El Parlamento decide hoy si Carlos Amatriain, director gerente del Instituto Navarro de la Juventud, comparece para dar explicaciones sobre lo que está pasando en el Consejo.

Consultado por este periódico, Amatriain dice que la capacidad de acción del Instituto en el Consejo es limitada en el día a día, y estima que el decreto puede estar aprobado entre finales de mayo y agosto, antes de que eche a andar el próximo gobierno.

Hasta entonces continuará la interinidad porque, dice, no hay prácticamente otra alternativa. La participación juvenil es baja y el Consejo necesita replantearse cómo puede servir mejor a la juventud, a su juicio. “Yo les animo a que hagan una reflexión profunda, desde el sosiego. Sus problemas son más de tipo interno que económicos”.