Cómo despedirse del club al que has dedicado prácticamente toda tu vida. Esa es la tesitura en la que se vio este martes por la mañana Imanol Arregui. El que ha sido técnico del Xota durante 22 años anunció su adiós al banquillo del club navarro, pero aseguró que seguirá “siendo verde hasta que me muera”.

Con una mezcla de tristeza, emoción y alivio, junto a su hermano y presidente del club, José Antonio Tatono Arregui, Imanol se despidió ante su familia, jugadores, directivos, medios de comunicación e incluso Diego Ríos, técnico del Aspil-Jumpers Ribera Navarra, en Anaitasuna.

“Ha sido una decisión durísima y solo era revocable si el equipo bajaba, a pesar de todo lo que conllevaba para mí”

“Quiero anunciar que la temporada que viene no seré entrenador de mi club. Necesito aire, necesito respirar”, comenzó el técnico en la rueda de prensa. La decisión, “durísima” y tomada desde “hace meses”, “solo era revocable si el equipo bajaba”. Después de lograr la permanencia el sábado pasado ante el Betis en Anaitasuna, al preparador de Irurtzun le toca despedirse del club de su vida. “Tenía una cosa entre ceja y ceja que era salvar al equipo con todo lo que nos estaba pasando”, añadió. 

“Hace muchos años que creo que lo tengo que hacer. Siempre he dicho que algún día saldría y nadie se lo creía, ni siquiera yo. Pero creo que es el momento de hacerlo. He ido estirándolo porque siempre he puesto el club por encima de mí”, continuó el entrenador navarro de 51 años.

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Repasa la trayectoria de Imanol Arregui en Xota Diego Eusa

El año de la pandemia fue un punto de inflexión para el Xota, puesto que el club tuvo que hacer una reconversión de prácticamente toda la plantilla. Arregui admitió ayer que ese año se iba a ir y aseguró que “fue muy duro y muy decepcionante en muchos aspectos personales”. Sin embargo, explicó que se quedó para gestionar esa renovación radical de jugadores: “Hubo un cambio brutal de un equipo que había jugado más de diez play off y Copas seguidas con la mayoría de jugadores hechos aquí. Cambiábamos a gente hecha, de primer nivel, por chavales de Segunda B, sub-20, Segunda División... No me podía ir. Yo sabía que nadie que viniese aquí iba a hacer todo lo que yo iba a hacer para que esto saliera adelante, no porque no lo pudiera hacer mejor”.

A pesar de la dureza de la temporada, salvándose en la última jornada, el de Irurtzun cree que “la situación es muy diferente”. Opina que “el equipo necesita más armas”, pero apunta que “hay un núcleo de jugadores que ha crecido mucho y va a dar mucho que hablar en los próximos años”.

“La decisión estaba tomada hace años, pero he tirado porque el club necesitaba que yo estuviese. Es el momento para el club de hacer cambios que hay que hacer”, sentenció. 

“La decisión estaba tomada hace años, pero he tirado porque el club necesitaba que estuviese”

El lunes trasladó la noticia a la plantilla, de los cuales el único que lo sabía era Roberto Martil, Palote, el capitán. Se creó un silencio absoluto. “Llevo toda la vida aquí y no entienden esto sin mí. Pero lo importante es el escudo, no el nombre de detrás de la camiseta. Esos nombres están dentro del escudo, de las Dos Hermanas y del ADN del equipo. Yo soy una parte de ese escudo. Les dije que estuviesen tranquilos. Que a todos los he traído yo, pero no soy yo, es el club”, relató.

Después de 22 años al pie del cañón, Arregui cogerá un merecido descanso, pero no significa que vaya a dejar el papel de entrenador de fútbol sala: “Necesito unos meses de tranquilidad y luego pensaré qué hacer. Asumiré otros retos. Seguramente volveré, no sé cuando. Volveré a entrenar porque no sé hacer otra cosa”. Su pasión por este deporte es tal, que asegura que no le importa dónde ir: “Me da igual dónde. Igual entrenando a niños, que es lo que iba a hacer antes de que me pusieran de entrenador en 2001”.

Imanol Arregui, con Diego Ríos, técnico del Aspil-Jumpers Ribera Navarra, que acudió a la despedida. Javier Bergasa

Su sucesor, todavía sin anunciar, “tendrá que venir con ilusión, ambición y entender la idiosincrasia de este club”, según Arregui. “Aquí está la gente de casa, que seguro que van a hacerle ver cómo va esto. A partir de ahí, cada uno tiene su manera de ser. Que sea él mismo. Tiene la suerte de que viene a un club en el que la directiva es gente de fútbol sala y nunca le va a decir lo que tiene que hacer”, expresó.

Tres años difíciles

La revolución en la plantilla que se tuvo que llevar a cabo debido a la crisis y las deudas por la pandemia conllevó que el Xota pasara de ser un equipo que cada temporada acababa entre los ocho primeros, a tener que luchar por la permanencia cada año. El entrenador del conjunto navarro calificó el año 2020 como “el peor de mi vida como entrenador”. “Pasaron cosas que nunca olvidaré, y no buenas precisamente”, comentó entristecido.

Han sido tres años “durísimos” en los que el equipo navarro ha aguantado en la elite porque, según Arregui, “tengo un vestuario espectacular”. “Estoy eternamente agradecido a todos ellos porque se han dejado la vida. Solo nosotros sabemos lo que hemos pasado”, expresó.

“He pasado situaciones jodidas, pero siempre he procurado ir al entreno con una sonrisa”

“Estos últimos años he pasado muchas situaciones personales muy jodidas, pero siempre he procurado cada semana ir al entreno con una sonrisa. Siempre pensando en salvar esto como fuese, entrenando a muerte con lo que teníamos y preparando cada partido como si fuese una final”, confesó el técnico, quien aseguró que quedarse en el Xota era su “obligación moral”.

Sin embargo, no solo han sido estos tres últimos años los que han desgastado al entrenador navarro, sino que todos las temporadas sufría debido a su destacada implicación personal con el equipo: “Es más difícil pelear por no bajar que por estar arriba, pero el que me conoce sabe que, cuando teníamos un equipo para estar entre los diez primeros, si no estábamos entre los ocho primeros estaba igual de jodido que ahora. Si perdíamos me iba igual de jodido. Para mí aquí todo es personal”.

Imanol Arregui, con técnicos y jugadores de la plantilla y del filial que pudieron acudir. Javier Bergasa

Arregui ha tenido la suerte, o el mérito, de jugar finales, Copas y hacer “cosas grandes”, pero asegura que “estos tres años han tenido más mérito que otros” por las condiciones en las que se encontraba el club y la plantilla. “Hay que saber dónde está el techo de un equipo y estos cabrones lo han tirado”, añadió.

Arregui es optimista y cree que “el núcleo de jugadores que hay va a pelear por cosas si está bien rodeado con los refuerzos que hacen falta”. “Este año estaba convencido de que lo habríamos hecho si no hubiésemos sido tan desgraciados como siempre somos. Cuatro rodillas en dos años... Cosas que no he visto en 30 años las he visto estos dos últimos”, lamentó.

Además de esos “refuerzos” que necesita la entidad, el míster esperó que “el club tenga más apoyos de los que ha tenido porque estamos jugando con fuego” y mandó un mensaje contundente: “Viene el lobo y tenemos una casita de paja. Tenemos que hacer que sea más fuerte y que sople quien sople, nunca derribe este club, que es muy muy grande”.

Imanol, un verde más

Imanol Arregui es la viva definición de un One Club Man (hombre de un solo club), y no porque no tuviera ofertas. 37 años han pasado desde que el irurtzundarra se colocó entre los tres palos para defender el escudo del Xota. En 1998 logró el ascenso a División de Honor –la actual Primera División–, disputó tres temporadas y se retiró con 30 años. Entrenó a un equipo de chicas de 13 años con el que “aprendió un montón” y en el año 2001 fue el elegido para llevar las riendas del primer equipo. El resto ya lo saben: 22 años manteniendo al Xota en la elite del fútbol sala.

“La temporada que viene estaré en la grada como un puto hooligan. Es mi casa, es mi club y siempre lo voy a tener ahí”

“Absolutamente todo lo que soy se lo debo al Xota. Creo que no he podido hacer nada más en todos estos años, me he dejado la vida”, aseveró orgulloso Arregui. “Esté donde esté siempre voy a ser verde, hasta que me muera. Nací aquí, crecí aquí y moriré aquí. La temporada que viene estaré como un puto hooligan en la grada. Es mi casa, mi club, y siempre lo voy a tener ahí”, añadió.

37 años dan para tantas vivencias que el preparador consideró que “aunque viva siete vidas, nunca podré agradecer todos estos años porque me lo he pasado de puta madre. He sufrido, pero me lo he pasado de lujo”.

Vivencias como el primer año como técnico, que, a juicio de Arregui, “fue la hostia”. “Un equipo que siempre había peleado por no bajar. Éramos unos conejos, yo el que más. Había muchas dudas y quedamos quintos, eso para mí fue la hostia. Jugamos play off contra el Inter y quedamos quintos y ellos cuartos.Estábamos celebrándolo y ellos no entendían por qué”, recordó.

“Mucha buena gente que ha pasado por aquí, muchas imágenes, recuerdos, mi madre en la grada antes de cada partido... Muchas cosas que no voy a poder olvidar”, expresó entre lágrimas.

Imanol Arregui deja el Xota

Imanol Arregui deja el Xota Beatriz Equísoain

El ya extécnico del Xota agradeció a los sponsors y empresas “que hacen posible que todos podamos hacer de nuestro hobby nuestra pasión”, al equipo “que se ha dejado la vida en cada partido”, a una afición “muy especial que siempre está ahí”, a su cuerpo técnico, a la Junta, a todo el club y “a mi familia, amigos y gente que ha estado en los buenos y malos momentos”.

Pese a la trascendencia de su despedida, el irurtzundarra asegura que no hay nadie imprescindible y mandó un claro mensaje: “Esto va a seguir, vendrá otro y seguirá el escudo con las Dos Hermanas por encima de todos los que estemos, los que han pasado y los que pasarán. Porque eso es lo que siempre ha importado: el Xota”.