Este fin de semana, en Escocia, país que forma parte del Reino Unido pero con un fuerte sentimiento independentista, decidieron cambiar el minuto de silencio en honor a la fallecida reina Isabel II por un minuto de aplausos, con el fin de dejar en segundo plano más que posibles silbidos o abucheos. Pero la afición del Celtic de Glasgow se las ingenió para boicotear el momento de la manera más perspicaz. Las autoridades de la Scottish Premiership supusieron que los Hoops, como se conoce a los fans del Celtic, tradicionalmente representantes de los inmigrantes irlandeses y sus descendientes, católicos, republicanos y sectores más pobres, en contraposición con los seguidores de Glasgow Rangers, iban a querer arruinar el minuto de silencio, y acertaron, pero no se imaginaban cómo.

En primer lugar, colgaron una bandera negra con letras blancas que decía: “If you hate the Royal Family, clap your hands” (“Si odias a la Familia Real, aplaude” en castellano). Cuando todo el estadio comenzó a aplaudir la grada coreaba esa leyenda, de tal modo que los aplausos parecieron un festejo por el final de la longeva monarca.