Natural de Mallabia, Jaione Castañeda (49 años) estudió Interiorismo en la ESDIR, la Escuela Superior de Diseño de La Rioja. Tiene "muy buenos recuerdos" de esos cuatro años que pasó en Logroño, asegura. Posteriormente, se fue dos años a trabajar como interiorista en un estudio en Barcelona. Y cuando llegó el momento de elegir entre quedarse en Barcelona o volver, decidió volver para montar un estudio de interiorismo con una amiga. "La pareja y las amistades tiraban mucho", dice sonriendo. A día de hoy está casada, tiene una hija de 19 años y un hijo de 14 y su mayor debilidad es Lur, un cocker muy juguetón. Sin embargo, lo que ella no sabía es que dejaría el mundo de la decoración a raíz de apuntarse a un curso para ayudar en la floristería de su ama en días señalados. Fue entonces cuando descubrió su pasión por el oficio de florista y decidió dedicarse a ello. Desde 2008 es propietaria de Flores Mari Asun Lorak, el negocio que abrió su madre en la localidad de Ermua en 1985. 

Mari Asun Arregui, su ama, tiene 74 años, aunque ella se sume uno más, ya que está a punto de cumplir 75 el próximo 19 de noviembre, explica con con alegría. Nacida en Mallabia, de joven se hizo cargo del caserío familiar, donde plantaba flores para vender en el puesto de verduras que ponía su madre en la plaza, Y ya en 1985 decidió abrir una floristería en la Plaza del Mercado, donde estuvo durante siete años antes de trasladarse a la calle Diputación en 1992. Desde que se jubiló, en 2008, regenta el negocio su hija, que sigue siendo un establecimiento referente en la localidad y alrededores. Mari Asun es una mujer muy activa y es la presidenta del Club de Jubilados de Mallabia, que reúne a más de un centenar de pensionistas de la localidad para hacer actividades, como biodanza, o excursiones y su próximo destino, destaca, le encantaría que fuese el jardín de Íñigo Segurola en Oiartzun.

Jaione Castañeda

Florista

Desde 2008 Mari Asun es propietaria de Flores Mari Asun Lorak, el negocio que abrió su madre, Mari Asun Arregui, en Ermua, en 1985. Estudió Interiorismo en la ESDIR, la Escuela Superior de Diseño de La Rioja. Para desconectar del día a día sale a correr y hace medias maratones. También le gusta mucho leer y asegura que le ayuda a dormir.

Mari Asun Arregui

Ex florista

Mari Asun Arregui nació en Mallabia hace 74 años. Está casada con José Antonio Castañeda, natural de Durango, con quien tiene un hijo y una hija, Jaione, quien ha heredado su pasión por las flores y regenta la floristería que ella abrió en 1985 en Ermua, Flores Mari Asun Lorak. Le gustan mucho las rancheras.

Jaione Castañeda en el salón de su casa en compañía de su ama, Mari Asun Arregui. Aida M. Pereda

En toda esta zona todos te conocen como la hija de la florista. ¿Cuándo surgió tu pasión por las flores, Jaione?

-Jaione Castañeda: Estudié Interiorismo en la ESDIR, la Escuela Superior de Diseño de La Rioja. Tengo muy buenos recuerdos de esos cuatro años que pasé en Logroño. Posteriormente, me fui dos años a trabajar como interiorista en un estudio en Barcelona. Y cuando llegó el momento de elegir entre quedarme en Barcelona o volver, decidí volver y monté un estudio de interiorismo en Ermua con una amiga. Sin embargo, fue después, a raíz de apuntarme a un curso para ayudar a mi ama con la floristería en días señalados, cuando descubrí que me gustaba más el día a día como florista que como interiorista, así que decidí formarme en la Escuela Española de Arte Floral de Madrid con el objetivo de compaginarlo y después, cuando llegó el momento de decidir, porque no podía hacer todo, me decanté por la floristería. ¡Y de esto hace ya 25 años!

-Mari Asun Arregui: Que conste que yo no le obligué, llegó el momento en el que tenía que elegir y eligió la floristería (sonríe).

Aunque como interiorista se nota que también tenías futuro pues tienes muy buen gusto para la decoración, tal y como podemos observar en tu casa.

-Jaione: Muchas gracias, aunque han pasado veinte años ya desde que hicimos la casa y hay cosas que ahora no hubiera hecho así, pero ya están hechas… 

-Mari Asun: Sí, bueno, tú podrías estar toda la vida de obras… (sonríe).

-Jaione: Buscaba sobre todo comodidad. Al final la vida la hacemos en la planta de abajo, en la cocina-salón-comedor y quería que fuese un espacio amplio y abierto al exterior. Ahora igual lo hubiese hecho hasta más abierto, pero está hecho y ya está.

¿Y qué estilo de muebles te gusta? ¿Eres partidaria de los contrastes?

-Jaione: Sí. Me gusta combinar un poco de todo. Este mueble (dice señalando un mueble bajito de estilo rústico) me lo compré cuando aún tenía la casa sin hacer. Me enamoré de él en una feria y lo compré. El sofá es de una tienda de muebles que cerraban por jubilación y estuvo en un almacén un año y pico sin montar. De ese mueble rojo lacado con cajones me he cansado ya, lo cambiaría, pero está tan bien hecho que me da pena retirarlo…

-Mari Asun: En ese color rojo le hicieron un armario a medida. Yo veía el resto de muebles rústicos y le preguntaba: ¿rojo? (risas) Esa alacena la teníamos nosotros y la pintó de blanco mate.

-Jaione: Sí, y ese arcón también es del caserío. Tenía polilla y lo envié a restaurar. 

-Mari Asun: Pero lo más curioso de esta casa es su forma. ¡Es un caserío totalmente distinto!

-Jaione: Sí. Yo lo que no quería era hacer un caserío al uso. Tenía muchas ideas y junto a un profesor que me dio clase en Logroño, que era arquitecto, diseñé esta forma.

-Mari Asun: Sí. Desde fuera parece que ha hecho medio caserío únicamente.

-Jaione: Los vecinos me preguntaban por qué no hacía la otra mitad y a modo de broma les dije que no me había llegado el dinero y que había tenido que parar la obra (risas).

-Mari Asun: La otra mitad, como tiene forma cuadrada, más moderna, pensaban que iba a ser destinada a un granero (sonríe). 

-Jaione: Los más mayores no lo entendían, pero también hubo mucha gente joven que pasaba y les llamaba la atención y me preguntaban si podían entrar a mirar la casa. ¡Fue polémico en su día! (risas). Es verdad que la forma es distinta, pero respeté la normativa de Mallabia, que es muy estricta, y los materiales empleados son los mismos, madera y piedra.

En tu caso, Mari Asun, eres de caserío de toda la vida…

-Mari Asun: Sí. Mi abuela nos contaba que compró el caserío por no sé cuántos reales al Marqués de Valdespina, de Ermua, hace un montón de años, pero no tengo ni idea de en qué año fue su construcción…

-Jaione: No hay siquiera escrituras de eso.

¿Y cuándo empezaste con la floristería, Mari Asun?

-Mari Asun: En realidad empezó mi madre, Josefa, en la plaza vieja de Ermua, vendiendo verduras y crisantemos que cogíamos en casa para los días festivos. Después empezamos a cultivar cada vez un poquito más de flor en el caserío para venderla también. Cuando cumplí doce años, mi madre enfermó y empecé a ir yo sola con el burro. Por las mañanas iba a poner el puesto y por las tardes me enviaban a clases particulares a Durango, porque algo tenía que estudiar… A mi madre le dijeron que valía para trabajar en una oficina, pero ella dijo que no porque alguien tenía que encargarse del caserío. Antes se llevaba el mayorazgo el caserío, pero mi hermano decía que él quería estudiar, que no quería esto, así que en nuestro caso fue al revés. (Conocemos la historia de Flores Mari Asun Lorak)

Años más tarde abriste un puesto en la Plaza del Mercado…

-Mari Asun: Sí. Cuando abrieron la Plaza del Mercado de Ermua cogí un puesto. Era mucho más cómodo, porque ya no había que montar y desmontar todos los días…Y me hacía mucha ilusión porque mi padre no tendría que ayudarme más a cargar, pero falleció pocos meses antes de que se abriera el mercado, en julio del 85, y siempre he tenido esa pena de que no llegara a verlo, pero bueno… Siempre hay alguna pena.

-Jaione: Luego fue también ella la primera que salió del mercado y abrió tienda. ¡Siempre ha sido un culo inquieto! (sonríe)

-Mari Asun: Sí, estuve siete años dentro del mercado, hasta el 92, pero ya no me entraba todo en el puesto (sonríe). Era un kiosko de periódicos y de flores, de 12 metros cuadrados. Y yo quería también peces, pájaros, flores, plantas…. Así que decidí salir a la calle.

¡Pero no te fuiste muy lejos!

-Mari Asun: ¡No! Abrí la tienda en esa misma calle, en la calle Diputación. Y aquí sigue mi hija, en Diputación número 9.

-Jaione: Sí. Yo cogí la tienda en 2008, cuando se jubiló mi ama.

Mari Asun Arregui en el invernadero con su hija Jaione. Aida M. Pereda

¿Cómo fue trabajar durante esos años codo con codo Mari Asun y tú?

-Jaione: Discutimos mucho, ¿eh? Pero lo bueno es que igual que discutimos luego se nos pasa…

-Mari Asun: Sí, no nos quedamos con el rencor… (sonríen)

Las cosas del trabajo se quedan en el trabajo entonces…

-Jaione: Eso es.

-Mari Asun: Ella tiene sus ideas y yo tengo las mías. A veces le digo que le falta experiencia…

¡Pero seguro que tú también has aprendido mucho de tu hija!

-Mari Asun: También.

Porque ella de ti seguro que sí.

-Jaione: Sí. Hemos aprendido la una de la otra. Hay que tener en cuenta que antes no había tutoriales en YouTube como hay ahora…

-Mari Asun: Sí. Aún recuerdo cuando conseguí por primera vez que un ramo me quedase de pie… No conocía la técnica de la espiral y tuve que hacer un curso en Madrid para aprenderlo. Tanto mi hija Jaione como yo nos hemos formado en la Escuela Española de Arte Floral.

-Jaione: Sí. Yo, de hecho, me piqué tanto con la floristería, me gustó tanto, que llegué a formarme para ser profesora. Soy profesora de la Escuela Española de Arte Floral y formo parte de la directiva. (Conocemos este prestigioso centro)

-Mari Asun: En el día a día, lo que más me costaba a mí era el trabajo de detrás del mostrador y lo que más me gustaba era el contacto con el público. Y a ella, en cambio, le gusta menos esa parte…

-Jaione: Sí, es verdad. Yo es que soy muy impaciente y zanjo las conversaciones rápidamente para aprovechar el tiempo al máximo.

-Mari Asun: Yo, en cambio, sí tengo paciencia. Hay que estar tranquila, respirar hondo por dentro y ya está. Yo llevo ya 35 años de yoga y eso me ha enseñado a respirar y a tranquilizarme.

-Jaione: Con ese tema tenemos un pique…

¿Ah, sí?

-Jaione: Sí. Ella quiere que haga yoga, pero aunque lo he intentado, mi forma de relajarme no es el yoga.

-Mari Asun: Es que no da tiempo… No es constante.

-Jaione: ¡Pero si he estado un año y pico yendo a yoga! Y lo que me pasaba era que me molestaban las respiraciones de la gente… ¡No lo soportaba! (sonríe).

-Mari Asun: A mí me aconsejó el médico empezar a hacer yoga hace casi cuarenta años, en el 83, cuando todavía nadie sabía lo que era. Entonces me parecía que estaba perdiendo el tiempo… Tenía que irme hasta Zestoa, en Gipuzkoa, porque entonces sólo había allí. Ya desde hace años voy a yoga en Ermua, porque ahora ya lo practica mucha gente.

-Jaione: Yo, en cambio, necesito actividad. Un par de años antes del confinamiento empecé a correr por hacer algo, ya que el yoga no me iba. Buscaba algo que pudiera hacer yo sola y que no dependiera de un horario. Y empecé con el running y la verdad es que ahora estoy súper enganchada. Voy a carreras y todo.

¿Cuál ha sido la última en la que has participado?

-Jaione: Pues en la Bilbao Night Marathon. La hago todos los años. Como es una carrera en la ciudad, hay mucha animación por parte de la gente y se agradece mucho. (Prepárate para participar en la próxima edición. Te contamos cómo)

¿Y cuál será la próxima carrera?

-Jaione: Nos hemos apuntado para hacer una media en Ibiza.

-Mari Asun: ¡Anda! ¿En Ibiza?

-Jaione: Sí. Ya vamos buscando la excusa de la carrera para hacer un viaje y coger unos días de vacaciones (sonríe). Es el 23 de abril del año que viene.

¿Aspiras a alcanzar el pódium?

-Jaione: ¡Qué va! Hay mucha gente joven y muy buena. Yo ya tengo casi 50 años y entro en la categoría senior, pero bueno, ahí vamos… Casi siempre voy con una amiga. Empezamos a la vez las dos y somos las más constantes. Aparte de correr voy al gimnasio y hago ejercicios de fuerza y demás. Todos los días estoy deseando cerrar la tienda para ir al gimnasio. No es algo que me cueste. ¡Al revés!

¿Por dónde sales a entrenar?

-Jaione: ¡Nosotras somos 'runners' poligoneras! (risas) Como salgo a las siete de la tarde de trabajar y en invierno ya es de noche, entrenamos en el polígono que está en Hambre, en Ermua, que está todo iluminado. Es un recorrido de 8 kilómetros, que para un día de entrenamiento entre semana está bien. Y los fines de semana ya hacemos carrera larga. Nos vamos al monte y hacemos un poquito más de trail. El 'running' es mi afición más potente y la que más tiempo me lleva.

-Mari Asun: Nosotros, en la asociación de jubilados, hacemos biodanza, que está muy bien porque cada uno baila como prefiera. También hacemos mindfulness. (Descubre los beneficios de la biodanza)

-Jaione: Yo prefiero irme al monte o hacer paddle-surf en la zona de Laida en invierno, que apenas hay gente. Es muy relajante, pero tienes que tener equilibrio, eso sí, porque mi marido, por ejemplo, se cae todo el rato y por eso no le gusta, pero claro, es que el equilibrio también hay que practicarlo y una vez que le coges el punto de equilibrio, a mí me parece súper relajante.

¿A eso no te animas, Mari Asun?

-Mari Asun: No. A mí con el yoga me vale. Quiero probar ahora pilates, eso sí.

-Jaione: Pilates ya probé yo también, pero no me enganchó, y eso que me venía bien para la espalda…

Y volviendo a la floristería, ¿ha cambiado mucho el negocio en los últimos años? ¿Ahora hacéis muchos pedidos a través de internet?

-Jaione: Pues no tenemos página web porque como trabajamos con un producto fresco y dependemos de lo que haya en el mercado. No todos los días compro lo mismo. Es como en la fruta, que igual un día tienes melocotones pero al día siguiente ya no hay. Por eso, prefiero no tener una página web con fotos de ramos de flores que igual luego no puedo hacer porque no tengo ese día esas flores. Lo que sí dedico mucho tiempo a Instagram y Facebook. Prefiero hablar con los clientes y enviarles fotos de lo que tengo.

¿Te vienen muchas veces con una foto pidiéndote ese ramo en concreto?

-Jaione: Sí y yo prefiero que vengan con una foto porque muchas veces te quieren transmitir algo, pero no saben cómo.

-Mari Asun: Y las redes sociales hacen mucho. Hace poco subimos unas fotos de una finca que decoramos para una boda en Markina y contactó conmigo una pareja de Bilbao que se trasladó hasta la tienda, en Ermua, porque les había gustado mucho y querían algo en esa misma línea.

¿Y qué tal te llevas con las redes, Mari Asun? ¿Te apañas?

-Mari Asun: Bueno, en mi época no había esas cosas…

-Jaione: ¡Ahora tiene Facebook y todo!

Lur interrumpiendo la sesión de lectura de Jaione.

Lur interrumpiendo la sesión de lectura de Jaione. Aida M. Pereda

¿Habéis apreciado grandes cambios en lo que pedimos los clientes?

-Jaione: Han existido siempre las mismas flores, eso es así, pero antes el mercado no era tan amplio. Entonces era sota, caballo o rey. Cuando tú empezaste había gladiolos, claveles…

-Mari Asun: …crisantemos, margaritas, rosas… y poco más.

-Jaione: Y además se van introduciendo cambios en los arreglos florales en función de las tendencias. Ahora, por ejemplo, es muy tendencia mezclar lo seco con lo natural, pero es una moda pasajera. Entonces seguimos un poco las tendencias, pero sobre todo a mí me gusta mucho trabajar la flor de cada temporada. Luego no es que sea imposible conseguirla en el mercado internacional, en Holanda, pero a un precio mucho más elevado, claro.

¿Y cuáles son las flores de otoño-invierno más solicitadas?

-Jaione: Es Holanda quien decide el precio de la flor y realiza las subastas, que se celebran en Aalsmeer, un pueblito al lado de Ámsterdam, y están abiertas al público. Son muy interesantes de ver.

-Mari Asun: Sí. Hemos estado allí las dos, aunque por separado. Es un viaje muy bonito. En mi caso aproveché también para ver Viena, Praga y Budapest.

-Jaione: Muchas veces se adelanta la temporada porque en el norte de Europa hay otro clima, pero ahora, que acaba de empezar la temporada de otoño-invierno, destacan los ranúnculos, los tulipanes, las anémonas…

¿Y en las bodas qué es lo que más se lleva ahora?

-Jaione: Hay mucha variedad. Se lleva de todo en realidad. Las que se dejan guiar por las tendencias que ven en las revistas pues piden mucho los manojos de verde, de flores secas… pero hay de todo. Depende del estilo de la novia sobre todo.

-Mari Asun: ¿Y aquellos ramos tan largos y trabajados ya no se llevan, verdad?

-Jaione: No, eso es muy clásico.

-Mari Asun: Es que esos eran muy complicados de hacer…

-Jaione: Sí porque ahí se alambraba flor con flor y llevaba mucho tiempo… (Le suena el teléfono). Disculpad, es que justo me llamaba mi proveedor para hacerle el próximo pedido de flores. (Nos sumergimos en la pasión por las flores de nuestras protagonistas y conocemos las flores de esta temporada)

Y cambiando de tema, ¿qué tal se os da cocinar?

-Jaione: Aquí en casa cocina mi marido. Yo lo único que hago es la tortilla de patata, que me sale mundial (risas). ¡El resto de cosas no me salen! Igual es porque mi plato preferido es la tortilla de patatas y pongo mucho empeño en que me salga bien (sonríe).

¿Con cebolla?

-Jaione: ¡Sí!

-Mari Asun: La tortilla la ha aprendido a hacer de su padre, que también le gusta mucho.

¿Y tu ama, es buena cocinera?

-Jaione: Bueno… (sonríe)

-Mari Asun: Con mi hijo discuto mucho porque dice que siempre pongo puerros y patatas (risas).

-Jaione: Tú cocinas de todo, cosa que yo no hago, pero bien, bien…

-Mari Asun: ¿Cómo que no?

-Jaione: ¡Ama, la cocina no es tu fuerte!

-Mari Asun: Más no va venir a comer a casa… (dice entre risas)

Bueno… Podemos decir, Mari Asun, que eres apañada y cocinas para quien venga.

-Mari Asun: Eso es. Quien quiera venir que me avise de víspera y saco lo que sea.

-Jaione: Los fritos te salen muy bien…

-Mari Asun: ¿Y qué no me sale bien a mí? (Risas) Yo te hago en cinco minutos todo. Esto, lo otro…

Eres práctica entonces… 

-Jaione: Bueno… práctica sí. Lo que no practica es el yoga en la cocina.

-Mari Asun: (Risas) ¡Es que si practicas el yoga en la cocina no haces nada!

Jaione y su ama, Mari Asun, listas para tomar un café con bizcocho casero. Aida M. Pereda

¿Bueno, entonces, ¿si queremos ir a un restaurante entonces para comer por aquí cerca?

-Jaione: Sí. Hay en Trabakua un restaurante, Trabukua Bekoa, que lo lleva Imanol, que es muy majo, y que tiene cocina de siempre. Hay un par de platos que no podéis perderos, el foie con hongos y el rodaballo, que está riquísimo.

Y ya de paso, ¿alguna ruta para hacer después para bajar la comida?

-Jaione: Pues ahora se ha abierto en Mallabia una ruta desde Trabakua, justo desde el bar de Imanol, que es la ruta de las cascadas. Se ha adecentado el camino y se ha señalizado y viene mucha gente de fuera. Yo aún no he ido, pero tengo muchas ganas de hacerla. Se puede hacer en familia, es fácil de hacer. Tres cuartos de hora para ir y tres cuartos para volver. Y además, desde aquí mismo, se sube al monte Oiz. En hora y media se llega hasta la punta, pero es una ruta más exigente porque hay que tener en cuenta que aquí estamos a 400 metros y Oiz está a mil y algo, así que está todo en pendiente. (Recorremos las rutas recomendadas)

¿Un libro que nos recomendéis?

-Mari Asun: A mí me gusta leer la prensa para estar informada y también me gustan mucho los libros de autoayuda.

-Jaione: Yo leo mucho porque la lectura es mi somnífero. Es decir, para dormir tengo que leer, aunque llegue a las cinco de la mañana a casa… (risas). Me gusta sobre todo la narrativa hispánica y algo de romántica cuando estoy más de bajón y busco una lectura fácil. Hace poco vi la edición especial del cincuenta aniversario de uno de mis libros preferidos, 'Cien años de soledad', y me lo tuve que comprar (sonríe). Es una edición preciosa, súper cuidada, con ilustraciones de Luisa Ribera (nos la enseña).

-Mari Asun: Tiene un montón de libros…

-Jaione: Sí. Aunque ahora leo mucho con el ebook. También he recomendado mucho 'Hygge: La felicidad en las pequeñas cosas', que es un libro que habla sobre dar importancia a los detalles. Y también 'Monterapia', que relaciona el monte con la desconexión. (Profundizamos en sus recomendaciones literarias)

¿Y si hablamos de películas y series?

-Jaione: A mí me gustan, sobre todo, las comedias francesas.

-Mari Asun: Yo veo el telediario y poco más. A mí lo que más me gusta es escuchar la radio y ponerme rancheras mientras estoy en el invernadero (risas). 

¿Tu oasis entonces es el invernadero?

-Mari Asun: Eso es. Bailo las rancheras de Rocío Durcal, de Marisol, Puro Relajo

-Jaione: A mí me gusta mucho Silvio Rodríguez y las canciones de otros cantautores, pero también la música de los ochenta, del estilo de A-ha. Ahora, que las amigas celebramos los cincuenta, acabamos de volver de un crucero ochentero por el Mediterráneo con Los Secretos, La Unión… ¡Lo hemos pasado en grande!

-Mari Asun: Llevan años ahorrando para hacer algo especial. 

-Jaione: Sí. Decíamos que cuando la última hiciera los 50 nos iríamos, pero después de la pandemia cambiamos de idea y decidimos que cuando la primera hiciera los 50 nos íbamos ya, para que no nos pillase otra pandemia (risas). 

-Mari Asun: Sí, hay que disfrutar del día a día.

-Jaione: Siempre habíamos dicho que iríamos a Nueva York, pero decidimos buscar algo más divertido.

¿Y a ti, Mari Asun, te gusta viajar?

-Mari Asun: Mucho, pero no se puede siempre. Las bodas de plata con mi marido las hice en Cuba: Varadero, Santiago de Cuba… lo recorrimos todo. Ahora tocan las de oro, pero no sé aún qué haremos… (sonríe).

-Jaione: La verdad es que Cuba es especial. Eso sí, hay que conocer la parte no turística. Teníamos familia allí y hemos tenido la suerte de conocer el país. Mi marido y yo fuimos de luna de miel hace veinte años, cuando estaba Fidel Castro, y entonces obligaban a coger al menos dos noches en un hotel. Llegamos a Cayo Coco, nos pusieron la pulserita del todo incluido y después de la primera noche yo le dije a mi marido que me iba porque eso no era Cuba, así que nos quitamos la pulserita y nos fuimos (sonríe). (Te proponemos un viaje por la auténtica Cuba)