Pasado ya el día dedicado a San Prudencio, patrón de Álava, las campas de Armentia van recobrando su habitual sosiego diario. Durante esta festividad, las campas aledañas a la basílica del santo se han llenado de miles de personas que, un año más, han disfrutado del que sin duda es el festejo más popular del calendario alavés. Música, herri kirolak, romería y gastronomía, no hay que olvidarse de las tradicionales raciones de caracoles o de los perretxikos, se mezclan en un jolgorio que sigue manteniendo un intenso ambiente de romería tradicional que la modernidad urbana no logra trasformar del todo.

Una vez retiradas las carpas festivas y recogida toda la infraestructura, este parque del concejo de Armentia, junto al barrio gastezitarra de Mendizorrotza, vuelve a ser escenario de los paseos y de las actividades al aire libre de vitorianos y visitantes.

Un parque y un bosque

Pero las campas de Armentia no se limitan a los alrededores de la basílica de San Prudencio. Más allá del entorno del templo se prolonga el Parque de Armentia, una extensa superficie de la que algo más de cien hectáreas son bosque. Forma parte del Anillo Verde que rodea casi todo el perímetro de Vitoria-Gasteiz. En dirección sur encara los Montes de Vitoria.

El bosque y el parque de Armentia forman parte del Anillo Verde que rodea Vitoria-Gasteiz.

Este Anillo Verde lo forman un conjunto de parques de alto valor ecológico y paisajístico unidos entre ellos a través de corredores ecológicos y recreativos. Para lograrlo se han realizado numerosas actuaciones de restauración ecológico-paisajística y de acondicionamiento para el uso público. Esto ha permitido la creación de nuevos parques y corredores de enlace entre ellos.

Es el caso del parque y del bosque de Armentia. Incendios y la sobreexplotación a mediados del siglo XX lo llevaron a una situación muy precaria que la Diputación Foral de Álava decidió revertir y en 1974 comenzó con los primeros trabajos con este objetivo. Con ellos se mejoró el quejigal natural de la zona y en terrenos deforestados comenzó la plantación de arces, serbales y cipreses, entre otras especies. 

Pórtico de la basílica de San Prudencio en Armentia. Marcos Ruiz

A ello le siguió la limpieza y el saneamiento de la zona y la reestructuración de la red de caminos, asentando las principales vías y eliminando sendas accesorias. Además, se señalizaron recorridos para peatones, ciclistas y actividades ecuestres. También se han acondicionado dos aparcamientos en las entradas, así como dos áreas recreativas.

El recorrido principal

Son muchas las sendas por las que se puede circular dentro de este parque y cada excursionista puede elegir a su gusto. Tres son las principales. La que sigue el recorrido del Anillo Verde de Vitoria-Gasteiz y que en este parque de Armentia va de Zabalgana a Olarizu; el ascenso a la torre del monte Eskibel y el itinerario a los Montes de Vitoria. Todas ellas están debidamente señalizadas.

Pero también se puede hacer una ruta circular de 4,5 kilómetros, que se pueden realizar en algo más de una hora, y que recorre el interior del bosque. El paseo comienza en la entrada al parque de Armentia, al sur del núcleo urbano. Allí se puede dejar el coche, aunque se llegar a pie o en bici desde el parque de La Florida, en el centro de la capital alavesa. Un murete de piedra con el nombre de Armentia y un panel informativo señalan el acceso.

Una ruta circular de 4,5 km recorre el interior del bosque y permite disfrutar de su variedad arbórea.

Al cruzar la entrada se toma el camino principal, que bordea por la derecha una amplia pradera con un área recreativa, hasta llegar a una pequeña plaza con una fuente de la que parten los tres itinerarios principales. Se toma el de la derecha, que se dirige a la torre de Eskibel.

Se va siguiendo la señalización de esta ruta hasta que el camino confluye con la Vuelta al Anillo Verde, con la que el recorrido comparte un tramo. Es otra de las entradas al parque de Armentia, junto a la carretera A-4101 a Eskibel, con otro aparcamiento y otra área de esparcimiento con diversos servicios.

El recorrido sigue paralelo a la carretera hasta que el itinerario de ascenso a la torre de Eskibel se separa girando a la derecha, para cruzar la carretera y, más adelante, el arroyo Requera.

Unos visitantes disfrutan del parque de Armentia. Jorge Muñoz

Sin abandonar la Vuelta al Anillo Verde, se sigue hasta llegar a otro cruce de caminos. Mientras la vuelta toma el camino de la izquierda, el paseante sigue de frente, en paralelo a la carretera que va por la derecha, por una vía ecuestre ascendente.

En el siguiente cruce de caminos, un giro de 180 grados hacia la izquierda marca el retorno, que se hace por el Itinerario de Montes de Vitoria a través del interior del bosque. Siguiendo siempre la señalización, el paseo lleva directamente hasta el punto de partida. Sin duda, el entorno de Armentia es un escenario perfecto para caminar.

Caracoles y perretxikos se mueven por la campa en cazuela

Si hay algo inexcusable, que no puede faltar en la primavera alavesa son los caracoles y los perretxikos. Dos productos gastronómicos típocs de la primavera que la cocinas de alvesas llevan al sumun en la fiesta de San Prudencio. Aunque no solo. 


Las recetas de caracoles en salsa y de revuelto de setas más habituiales son las clásicas de la cocina tradicional.


Para entre 6 y 8 raciones de caracoles en salsa, harán falta 2 kilos de caracoles cocidos de bote, 100 gr de tocino, 50 gr de jamón, 2 puerros, 2 dientes de ajo, 2 tomates sin pepitas, 2 cebolas, una guindilla, carne d epimiento choricero, 2 cucharadas de harina, vino blanco, aceite, perejil, agua y sal. 


En una cazuela con aceite sepone la cebolla, el puerro y el ajo picados finos. Cuando comiencen a dorarse se añade la harina y se remueve. En segudia incorporar lso otomates, la gunidlla, lapulpa de pimiento choricero y el tocino. Tras mezclar bien todos los ingredientes, añadir parte del caldo de los caracoles y un choro d evino blanco. Selpimentar y cocer durante 20 -30 mintos. Cumplido este tiempo, pasara la salsa por un pasapuré o un chino, y verter en un azcuela de barro donde se han colocada los caracoles y el jamón cortado en taquitos. este puede haberse pasado pantes por la sartén. Calentar y a la mesa. 


Para un revuelto de perretxikos para dos personas se necesitan 120 gr de perretxikos, 3 huevos y sal. Una vez bien limpios los perretxikos, sepomne en una sartén con tres cucharadas de aceite y se hacen tapadas a fuego medio durante 5 minutos. Por otra parte, se ponen los tres huevos en un bol que después se pueda encajar en una olla para cocinaros al baño maría. Una vez batidos y mezclados con los perretxikos se colocan sobre la olla con el agua hirviendo para que se cocinen. No hay que dejar de revolver hasta que quede una crema lo más suave posible.

San Prudencio y su basílica

En la primera Edad Media, cuando los musulmanes arrebataron la península Ibérica a los godos, la localidad de Armentia se convirtió en uno de los principales centros espirituales del territorio vascón. Entre los siglos IX y XI el templo románico de la localidad fue sede del primer obispado en estas tierras y en el siglo XII se transformó en colegiata. 


San Prudencio, titular del templo, nació en el siglo VI en Armentia, y llegó a ser obispo de Tarazona y Árbitro de la Paz en Osma (Soria). De joven, a los 15 años, se retiró a orillas del Duero, cerca de la actual Soria para llevar vida de anacoreta bajo las enseñanzas de san Saturio. 


Siete años después se traslada a Calahorra con una misión evangelizadora, durante la cual se dice que realizó varias curaciones milagrosas. Huyendo de la fama que esto le supuso llegó a Tarazona, en cuya catedral se desempeñó como arcediano y fue nombrado obispo. 


Su fama de sabio es conocida en Burgo de Osma, a donde acude como árbitro para intermediar entre el Obispado y el clero de la ciudad. Tras cumplir su misión, falleció. 


Las primeras referencias a su santidad se recogen en documentos del siglo VIII en el monasterio de San Millán de la Cogolla, en La Rioja.


La basílica armentiarra de San Prudencio, y que comparte con san Andrés, fue colegiata desde el siglo XII, pero la fuerte influencia de la cercana Vitoria la condenó a una decadencia que culminó en el siglo XVIII, cuando fue reconstruida con su aspecto actual de planta de cruz latina, nave única, crucero y ábside semicircular. Durante la reconstrucción, parte de los restos románicos se reutilizaron desplazándolos a otras zonas del templo. Así, se pueden encontrar en el ábside y en el crucero. Destacan los tímpanos del Cordero y del Salvador de la antigua portada.

Los caminos se han arreglado para distintas prácticas deportivas al aire libre.

Los caminos se han arreglado para distintas prácticas deportivas al aire libre. Jorge Muñoz