Ha sido llegar y besar el santo del 18 aniversario. No se quejará…

—Todavía estamos paladeando la dulce resaca de la fiesta por la total consolidación de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA en su versión impresa, porque parafraseando a Mark Twain la noticia de la muerte del papel fue una exageración, y también por el salto digital de nuestra plataforma on line, líder en el territorio con el reciente hito de los 1,8 millones de visitantes únicos mensuales en términos Comscore. Así que emocionado y orgulloso.

Lo que es obvio es que se ha encontrado un periódico mayor de edad.

—Una mayoría de edad sustentada en sólidos valores profesionales como el rigor y la pluralidad sobre la base de la información veraz, las claves de la credibilidad. Y también soportada en nítidos principios editoriales como la defensa de la cohesión social, del binomio competitividad/sostenibilidad, del patrimonio cultural vasco, de la singularidad del autogobierno o de la especificidad de Araba en Euskadi.

Seguro que sintió mariposas en el estómago al sentarse por primera vez en la silla de la anterior directora, Marta Martín...

—Uno siempre aspira a responder a las expectativas del mercado pero también a las de los compañer@s desde un liderazgo sereno y argumentativo que predique con el ejemplo. En esta redacción se cumple el aforismo de Ryszard Kapuscinski de que son buenos periodistas porque son buenas personas.

¿Cómo se mejora un producto que ya funcionaba bien?

—Dando el tope de nuestras posibilidades. Para ello se trata de marcar prioridades sobre el qué y método sobre el cómo, con una evaluación permanente y la autocrítica justa. Y a partir de las certezas operativas, conducirnos siempre por el dato para así trascender de las meras opiniones al criterio fundado.

¿Es posible ofrecer un buen producto en papel y en digital?

—Es imprescindible en aras a la rentabilidad concebidos ambos productos como soportes complementarios. El digital como contenedor infinito donde primar la pulsión informativa con máxima inmediatez, añadiendo contenidos divulgativos y de entretenimiento en un escaparate multitemático y dinámico, y el papel más orientado a dotar de contexto y perspectiva a lo que acontece.

¿En qué se parece un diario local de hoy a un diario local de cuando usted empezó en esto?

—En la esencia, en buscar noticias de interés general e historias personales que conmuevan. Lo que cambian son las nuevas narrativas digitales con peso creciente de lo audiovisual y la opción de competir a base de primicias on line y no solo mediante exclusivas en el papel. Por tanto, se necesitan nuevas destrezas para crear, lanzar y posicionar contenido en web y en redes pensando en públicos distintos en cada canal y además cambiantes en el día.

¿Qué límites no hay que traspasar para conseguir audiencia?

—El clickbait, el sensacionalismo digital, resulta tan dañino para el oficio y la propia sociedad como las fake news. La clave radica en no olvidar que el periodismo tiene una responsabilidad social incluso en su vertiente del entretenimiento. Reivindico el periodismo de denuncia, de control de los poderes públicos, pero también de soluciones y de consensos favoreciendo una conversación pública constructiva, sin mentiras ni polarización.