Jugueteroto de la teleponzoña tan vomitiva como nutritiva: La foto que ilustra estas líneas no refleja, ni por asomo, su patibulario aspecto actual. Tiro de ella, simplemente, por no meterme en un lío legal. Las imágenes más recientes están sujetas a Copyright porque alguien ha considerado que es negocio citarse en un bosque con un maltratador reincidente prófugo de la Justicia y darle la oportunidad de soltar su mierda. O mierdecilla, en su caso, porque en la requetexclusiva del copón no pasa de farfullar chorradas que lo retratan como lo que es, un agresor machista no ya consentido sino espoleado por quienes no tienen empacho en hacer caja, incluso con despojos humanos como usted. La sacrosanta audiencia no es ajena al estercolero.