Hay ocasiones en las que te venden el todo, pero sólo te llevas una parte. Son situaciones en las que crees que las propuestas planteadas atienden todas las exigencias, pero luego llegan las decepciones al comprobar que las verdades anunciadas eran medias verdades y que las expectativas siguen sin satisfacerse por completo. Por eso, cuando uno da con el producto adecuado a sus deseos y necesidades, cuando te bajas de un coche y sólo sientes admiración, tanto por quienes han sido capaces de concebir el vehículo como por quienes lo han llevado a la producción, la sensación con la que te quedas, después de un tiempo en silencio reflexionando, es de agradecimiento por un lado y de satisfacción por otro.

Me ha ocurrido con el nuevo Mercedes-Benz EQB, el SUV eléctrico compacto-medio (4,68 metros de largura y un maletero de 495 litros con cinco plazas, que llega a 1.710 con los asientos traseros abatidos) de la firma alemana que, sin llamar especialmente la atención frente a sus hermanos eléctricos de gama, lo tiene todo para convertirse en una opción plenamente satisfactoria. Para comenzar, además de bonito y elegante, con ese frontal tan propio y distinguido con el que Mercedes ha querido realzar su línea EV, posee ese toque de discreción y hasta de austeridad en la vista lateral y puede que también en la perspectiva trasera, muy en el estilo de un Mercedes, el GLK, que pasó sin pena ni gloria, pero que era uno de mis modelos favoritos en la oferta de la casa germana. Atractivo por fuera, pero nada estridente ni llamativo, el paso al interior nos depara la agradable sorpresa de un habitáculo exquisitamente diseñado, acabado y equipado. Llama poderosamente la atención la espectacularidad de las pantallas situadas frente al conductor y en la zona central del salpicadero y de las salidas de aireación, tan deportivas de aspecto como eficaces, junto a un habitáculo con el detalle exclusivo de sus siete plazas –cabe también solicitarlo con cinco- y su segunda fila de asientos deslizable horizontalmente 14 centímetros para administrar lo mejor posible el espacio interior. Apuntar que la tercera hilera incluye dos butacas sólo recomendables para usuarios que no superen 1,65 metros de altura.

Como vehículo totalmente eléctrico, el EQB se presenta en tres niveles de rendimiento, con potencias de 190 CV (EQB 250), 228 CV (EQB 300 4Matic) y 292 CV (EQB 350 4Matic) y valores máximos de par de 375, 390 y 520 Nm, siendo siempre la velocidad máxima de 160 km/h, con aceleraciones de 0 a 100 km/h en 9,2, 8 y 6,2 segundos, respectivamente. Como cabe deducir, el EQB 250 dispone de tracción delantera y el resto de las versiones, 4Matic, de tracción a las cuatro ruedas, ya que cuentan con un segundo motor eléctrico que actúa sobre el eje posterior. Con consumos medios entre 16,4 y 18,4 kWh cada 100 km, las autonomías oscilan entre 417 y 498 kilómetros, aunque siempre dependiendo del tipo de conducción y el escenario, ya sea ciudad, carretera o autopista. Todas las variantes comparten la batería de 66,5 kWh de capacidad. Los precios, que se mueven entre 56.132 y 62.341 euros, se benefician en las adquisiciones con financiación del regalo de la tercera fila de asientos y de la instalación del cargador.

En nuestro caso, la unidad de prueba era la tope de gama, EQB 350 4Matic con siete asientos, y, como pueden imaginarse, es de esos coches que dejan huella. Además de todo lo comentado anteriormente, impresiona la contundente aceleración de la que hace gala, tanto que no hay que confiarse y olvidarse de dejar un tiempo y espacio suficientes para frenar, porque son muchos kilos (2.175) y los frenos, aunque siempre ayuda la retención eléctrica que recarga la batería, tienen mucho trabajo que atender. Tampoco el lógico balanceo en curva invita a una conducción deportiva, que no está entre sus objetivos. El manejo, por lo demás, resulta tan sencillo como elegir el modo de conducción (Eco, Confort, Sport o Individual) y acelerar o frenar; por lo que el disfrute en un habitáculo en el que la comodidad, el silencio de marcha y la finura de funcionamiento son sencillamente fabulosos está más que garantizado. Especialmente indicado para un uso familiar, también como primer coche porque su autonomía ya es considerable, invita a utilizarlo en todo tipo de escenarios, sin olvidar que es un tracción total y que esto supone una gran ayuda sobre firmes deslizantes. Una exquisitez