Beramendi puso su blanco de 2021, Señorío de Sarría el rosado Viñedo Nº 5, Marco Real el tinto, Syrah y Ochoa un moscatel de 2022. A Migueltxo Goñi le tocó poner en movimiento los sentidos del público con cuatro caldos muy distintos y un denominador de origen común: La DO Navarra.

Arrancaron junto a la Sala de Armas de la Ciudadela las catas Armonías del Camino, cita organizada por el Ayuntamiento de Pamplona repartida en 12 sesiones, martes y miércoles hasta el 7 de septiembre, al precio de 8 euros. 7 con tarjeta PIC. La jornada se repetirá esta tarde con La Blanca de Guerinda, Ledea rosado 2021, Viña Zorzal Señora de las Alturas 2020 y el moscatel Emergente de Marqués de Montecierzo. Y para maridar, un pintxo del Baserriberri.

Vecino de la Txantrea de 64 años, Goñi es formador del Consejo Regulador. Lleva muchos años ejerciendo de maestro de ceremonias en esta cita veraniega que ha cambiado de nombre y emplazamiento –se celebró primero en el Casino y más tarde en el edificio municipal de Descalzos– pero mantiene su esencia. El Camino de Santiago es la excusa y los vinos de esta tierra los protagonistas. “Son los que ha elegido el Consejo Regulador para que representen a Navarra durante todo el año en eventos, presentaciones, catas, etc. Hicieron un concurso, los eligió un jurado y esos son vinos los que vamos a catar”.

“Hasta ahora, salvo alguna excepción, las catas estaban repletas siempre. La idea es que la gente se lo pase bien y que a la vez salgan aprendiendo, sobre todo nociones básicas de cata y de la DO Navarra”, explica Goñi. “No queremos hacer una cata muy técnica porque la gente se aburre. Tiene que ser una cata en la que participe todo el mundo, les vas dando nociones básicas de cata, van aprendiendo historia sobre las variedades de uva, cómo se catan los vinos, qué tipos de vinos, la DO, etc... y la gente sale contenta”, argumenta.

Este formador reconoce que la expresión ‘es que yo no sé de vinos’ es “la mayor chorrada que se puede decir. De vino entendemos todos. Este me gusta o no me gusta. Punto. Luego eso que contamos los enólogos, sumiliers y formadores de encontrar aromas... Si los encuentras bien, si no tampoco pasa nada. Aunque la verdad es que hace ilusión”, confiesa. Claro que para eso “hay que entrenar la nariz y oler de todo. No solo florecillas, frutas y tal. Si pasas al lado de un charco, oler un charco. Y si pasas junto a unos animales, pues también. Como en los vinos aparecen todo tipo de aromas, cuantos más tengamos grabados más fáciles serán de encontrar en los vinos. Pero la mayoría no le da demasiada importancia; van, beben, disfrutan y ya está”, asegura.

Los vinos DO Navarra tienen en Migueltxo a un gran defensor: “Para mí son los mejores que hay. Tenemos una variedad muy buena; desde blancos, blancos con barrica, rosados, rosados también con barrica; tintos jóvenes, tinto roble, crianzas, reservas, los moscateles, etc... Y desde hace unos años la DO se ha empeñado en que se hagan las cosas bien, y la prueba es que los vinos están logrando muchos premios, tanto los convencionales como los de agricultura ecológica. Al concurso al que se presenta una bodega de Navarra, este año están recibiendo un montón de medallas”.

Por eso, entre otras cosas, invita al público a apuntarse a las catas, cuyas reservan deben realizarse a través de la web del Ayuntamiento de Pamplona. “Que se acerquen, que van a disfrutar de unos vinos exquisitos y de un pintxo también muy bueno, y van a estar una hora y pico en la que se lo van a pasar muy bien. Ese es el objetivo”.