Un kilo de pochas, un tomate, un pimiento verde, una zanahoria, dos ajos y una cebolla. Estos son los ingredientes que se necesitan para preparar el plato estrella de Sangüesa.

Tras dos años de parón, ayer la localidad celebró el IX Elogio de la Pocha, una jornada en honor al producto gastronómico característico de la ciudad. Además de este plato, los vecinos y vecinas también probaron relleno preparado por la Cofradía del Relleno e infusiones de la empresa Josenea.

Como cada año, la localidad se hermana con un producto típico de la Comunidad Foral. En su novena edición, el Ayuntamiento decidió compartir la celebración con la Cofradía del Relleno de Villava-Atarrabia.

Los preparativos comenzaron el día anterior. El sábado por la tarde, como ya es costumbre, un grupo de vecinas y vecinos se reunieron bajo el ayuntamiento para desgranar todas las pochas que se cocinarían al día siguiente.

Matilde Lacasa contaba que esta es una actividad que ya realizaba de niña: “Teníamos huerto en casa, también era una manera de socializar y pasar un rato con las vecinas, eran las redes sociales de antes”, bromeaba. Ella y su hija Marta Tiebas fueron las encargadas de cocinar 120 kilos de riquísimas pochas que degustaron los sangüesinos y sangüesinas.

El Día de la Pocha comenzó con un acto institucional donde la alcaldesa recibió a tres miembros de la Cofradía del Relleno. Lucía Echegoyen subrayaba la importancia de la celebración: “Con este mes intenso hemos querido poner en valor todo lo que aporta la localidad a la Comunidad Foral, en este caso el producto gastronómico”, afirmaba.

La presidenta de la Cofradía del Relleno María José Nicolai, la secretaria Elena Zunzarren y la vocal Tere Navarro se mostraron muy agradecidas por el recibimiento y aprovecharon para dar a conocer uno de los productos típicos de la comarca de Pamplona: el relleno.

Para poder degustar las pochas, el relleno y las infusiones, por el coste de un euro, se adquirían tres tickets, uno por cada producto. Todo el dinero recaudado se destinará a la Residencia Municipal de Sangüesa.

Además de poder degustar el producto local, también hubo un puesto de venta de pochas traídas directamente de uno de los huertos de la zona. Las pochas se plantan en junio y se recogen desde finales de agosto hasta octubre.

En esta época es común comer pochas caparronas, como las que planta Santos Fernández, un agricultor de Gabarderal. Todos los años cultiva este producto aunque confiesa que este ha sido un verano especialmente difícil: “La sequía ha repercutido en las pochas, las alubias jóvenes se quemaban y se caían”, explicaba.

El mercadillo de la calle Mayor también acogió a otros productos gastronómicos, artesanos y solidarios. Entre ellos, Miel-Eztia Baigorri, un matrimonio sangüesino que elabora miel de sus propias colmenas: “Se trata de un producto natural de venta directa al consumidor”, explicaba Lourdes Garralda.

En el mercadillo también destacó el puesto de Puente Solidario Zona de Sangüesa, asociación que forma parte del proyecto Vacaciones en Paz de ANAS (Asociación Navarra Amigos del Sahara) y la mesa del grupo local de encaje de bolillos. Se trata de una técnica que consiste en entretejer varios hilos con la posibilidad de hacer cientos de diseños.

También hubo oportunidad de comprar productos como queso, embutidos y dulces. El Día de la Pocha estuvo cargado de comida deliciosa y buen ambiente. También hubo música a cargo de la Txaranga Eskartxa, que se encargó de amenizar la mañana. Los sangüesinos y sangüesinas disfrutaron de una jornada completa y pusieron en valor uno de sus productos gastronómico estrella.

COFRADÍA DEL RELLENO

Este grupo lo fundaron siete mujeres en abril del 2005 en Villava-Atarrabia. Desde entonces, llevan años dando a conocer el relleno, un producto que como explican tres de sus miembros es muy rico pero poco valorado. María José Nicolai, Elena Zunzarren y Tere Navarro son tres mujeres las cuales están muy orgullosas de pertenecer a la cofradía a pesar del compromiso que supone. A pesar de contar con participantes activas como ellas, echan en falta un relevo generacional: “Parece que a la juventud no le interesa”, comentaba Zunzarren, la secretaria. Cada año realizan una celebración el primer domingo de abril, aunque también asisten a otras celebraciones gastronómicas, como la que tuvo lugar ayer en Sangüesa.