Con entusiasmo y mucha alegría, Villava-Atarrabia celebró ayer su patrón, San Andrés. Por todo lo alto, con un variado programa de actividades, el día finalizó con unos homenajes muy especiales.

Mikel Oteiza, alcalde de la localidad, indicó que “todos los años, con motivo de San Andrés, aprovechamos para reconocer a colectivos que cumplen un aniversario. Además, siempre en este día hacemos entrega de premios de un certamen de literatura y fotografía, aunque este año solo se ha llevado a cabo el concurso fotográfico”.

Asimismo, Oteiza realizó una mención especial a “dos empresas muy arraigadas en el municipio”. La asociación Hijos de Pablo Esparza (Grupo Basarana Las Cadenas) cumple 150 años de trayectoria, siendo una de las empresas más reconocidas en la localidad y fuera de ella, debido a su gran proyección. Se hizo entrega de una placa que los representantes de la entidad recibieron con mucha ilusión, ya que “Hijos de Pablo Esparza no sería nada sin Villava-Atarrabia”, según señalaron.

La Carnicería Olóriz también recibió una placa por su 100º aniversario. Sus miembros se mostraron “enormemente agradecidos y muy felices”.

Miembros de la asociación Zanpantzar. Unai Beroiz

Además, en el acto se reconoció a tres asociaciones culturales: la Comparsa de Gigantes de Villava, por sus 45 años de servicio; el Grupo de Acordeones Jaialdi, por sus 40 años; y la asociación Zanpantzar, por su 25º aniversario. “Aportáis riqueza cultural a nuestro pueblo”, agradeció Oteiza. El premio que se les entregó a estas entidades fue una fotografía enmarcada. La imagen fue ganadora hace años de un certamen, y su autor es Raúl López. Se trata de una panorámica sacada desde el puente de La Trinidad.

CERTAMEN DE FOTOGRAFÍA

Por otro lado, tuvo lugar la entrega de los Premios del XXVII Certamen de Fotografía Besta Jira, en el salón de plenos del Ayuntamiento. “La cultura nos ofrece evolución, entretenimiento, resistencia y esperanza. La cultura mejora el bienestar de las personas y es un bien esencial”, destacó Pello Gurbindo, presidente de la Comisión de Cultura.

El primer premio de la modalidad a color, dotado de 300 euros, lo ganó Antonio Atanasio Rincón, con su imagen titulada La floración del romero. El segundo premio, de 150 euros, lo ganó Luis María Berrio, natural de Logroño, con su obra El acordeonista, en la que llama la atención el instrumento, que contrasta con el fondo.

En la modalidad de fotografías en blanco y negro, el primer premio, dotado con 300 euros, fue para Rubén Domínguez, vecino de Villava-Atarrabia. La imagen ganadora, denominada Infinito, retrata un puente que se pierde en el horizonte con una gama de tonos grises. Domínguez no pudo acudir al evento, por ese motivo su madre, Conchi Ocón, recogió el galardón en su nombre. “Mi hijo lleva unos 10 años fotografiando. Sobre todo, le encantan los paisajes. Ha estado cinco veces en Islandia e hizo unas fotografías de auroras boreales muy impactantes”, manifestó Ocón, con un orgullo “imposible de definir con palabras” por su hijo.

Asociación Hijos de Pablo Esparza y Carnicería Olóriz. Unai Beroiz

El segundo premio de dicha modalidad recayó en Antonio Atanasio Rincón, autor de una imagen en la que se puede contemplar un bodegón con fondo oscuro en el que destaca la posición de unas manos.

La tercera y última modalidad del certamen premió a aquellos artistas que fotografiaron elementos relacionados con el ámbito local. El primer premio, dotado con 400 euros, fue Raúl López, vecino de Burlada. La imagen retrata la cristalera de la iglesia del Rosario, en la que destaca el color en la penumbra.

También Raúl López se adjudicó el segundo premio de esta modalidad, dotado con 300 euros, con su imagen Batán. El juego de líneas de la fotografía conduce la mirada del espectador a un fondo central misterioso.

El tercer premio se lo llevó Rubén Domínguez, con una compensación económica de 200 euros. La obra, titulada Guerreras de Villava, capta el momento preciso de las fiestas de la localidad. En concreto, recoge el instante exacto en el que el cohete se encuentra en mitad del cielo. El cuarto y último premio fue entregado a María Mercedes Olloki, natural de Burlada. Su obra, bajo el título Vista de colores, se fija en algo que urbanísticamente llama la atención. Es el caso de un edificio ubicado en la parte de atrás de la Calle Mayor, cuya armonía geométrica cautiva a los vecinos del municipio.

Así, Villava-Atarrabia dio por finalizado la celebración de su patrón, San Andrés, realizando una apuesta por la cultura y promoviendo el desarrollo creativo de sus vecinos.