Lo que bien empieza bien acaba, se suele decir, y aplicado a los carnavales de este año en Baztan, se puede decir que se ha cumplido la máxima. 

Hace más de un mes que los vecinos y las vecinas de Aniz y Berroeta dieron el pistoletazo de salida al desenfreno de los carnavales, desde entonces, todos los pueblos del valle han ido tomando el relevo. Este martes, Arizkun y Erratzu pusieron el punto y final de este año, mostrando la esencia del carnaval rural.  

Con un tiempo primaveral, el final de los carnavales anunció que el invierno toca a su fin, y así lo corroboró este martes al mediodía en Arizkun el hartza Nikolas, que despertó de su largo letargo, y lo hizo descansado, con fuerza, saliendo de su “cueva” como una exhalación, arramblando con todo y con todos los que encontraba a su paso. 

8 sagardantzaris recorrieron las calles de Arizkun por la mañana. Ondikol

Antes, mientras el hartza se acicalaba para mostrar su mejor aspecto tras la hibernación, 8 sagardantzaris, vestidos de blanco impoluto, con sus ttuntturros y mantellinas, recorrieron las calles, haciendo varias paradas para bailar la sagardantza. 

Poco a poco la gente se iba acercando a Arizkun, a disfrutar del espectáculo que ofrecen cada año, muchos de ellos, atraídos por el hartza, que tampoco defraudó esta vez, haciendo gala de su fiereza salvaje, que intentó controlar el hartzazaina, que una y otra vez rodó por los suelos en varias ocasiones. 

El hartzazaina, tratando de controlar al hartza. Ondikol

Los mozorros, la música y sobre todo, el buen ambiente reinaron en Arizkun, así como los dos días anteriores, en los que los jóvenes recorrieron los barrios y el pueblo, casa por casa. 

En Erratzu también celebraron los carnavales de domingo a martes, realizando cuestaciones en casas y caseríos, acompañados de la música.

La comparsa de las Damak, haciendo sonar las zanbonbak. . Ondikol

Para terminar, este martes por la tarde la fiesta se concentró en el casco urbano, donde la comparsa de las Damak, formada por 14 mayores y 6 txikis recorrió las calles de la localidad haciendo sonar unos bombos grandes, zanbonbak, que golpean con fuerza, rítmicamente, para despertar a la naturaleza. 

Fue el redoble final de los carnavales de este año, unos carnavales marcados por el buen tiempo, con temperaturas primaverales.

Erratzu disfrutó de un martes de carnaval muy colorido. . Ondikol