“El 17 de marzo es para un irlandés como el 7 de julio para alguien de Pamplona. Cuando tenía que trabajar el Día de San Patricio se me hacía raro. Este año cae bastante bien, en viernes”, cuenta Aisling O’Donovan, irlandesa que vive en Lekunberri desde hace 20 años. Este fin de semana se volverá a reunir con un grupo de compatriotas para celebrar esta fiesta, palabras mayores en Irlanda. No en vano, es el patrón de este país que se identifica con el verde de sus valles y que es también el color del santo. Así, es obligado vestir alguna prenda verde.

“Estamos en contacto unos veinte irlandeses e irlandesas que vivimos en Navarra. Nos unen unas raíces comunes, un sentido del humor, unas costumbres…Al tener lejos la familia, tenemos un papel más cercano. Celebrar San Patricio es una manera de mantener nuestra identidad”, observa. El viernes, cumplida la jornada laboral, irá Pamplona y se reunirá con un grupo en una cena y música en vivo en la que seguro no faltarán cervezas, sobre todo Guinness, aunque Aisling O’Donovan pedirá vino. “En eso no soy muy irlandesa”, bromea. El sábado será la final de rugby entre Irlanda y Inglaterra y se reunirá con otro grupo para comer y ver el partido, celebraciones que se pueden alargar sí gana su equipo. Además, a lo largo del año se juntan en fiestas de algún pueblo y en ocasiones especiales. 

“Aunque la mayor parte de mi vida la he vivido aquí y estoy muy a gusto, me tira mucho Irlanda y no descarto volver tras la jubilación. Somos diez hermanos y la familia es muy importante”, dice, al tiempo que apunta que viaja a su isla 2-3 veces al año. Esta irlandesa de 56 años llegó por primera vez a Navarra en 1989 cuando era estudiante de Filología Inglesa en la Universidad de Cork. “Acabé la primera parte de mis estudios y quería descansar un poco. Fui a una agencia para buscar trabajo de profesora. Me preguntaron donde quería ir y les dije que a un sitio que no fuera muy grande pero me daba igual dónde. Me propusieron Turín y Pamplona”, recuerda.

Así, con 22 años, “sin saber una palabra de castellano”, se lanzó a la aventura. “Me encantó y además hice muchos amigos. Es un sitio con mucha marcha, sobre todo en aquella edad. A los irlandeses, que tenemos la fiesta en la sangre, nos encanta”, observa. En Pamplona permaneció un año y después volvió a Cork para finalizar sus estudios. “También estuve en Italia y Londres pero seguía teniendo el gusanillo de Navarra. Pensé en volver otro año para ver si se me quitaban las ganas. Y sigo aquí”, destaca. Y es que conoció a quién sería su marido y padre de sus tres hijas, las tres con nombres gaélicos, al igual que el suyo, que se podría traducir por sueño.

Si bien estuvieron unos diez años en Pamplona, hace 20 decidieron trasladarse a Lekunberri. “Mi marido siempre se ha sentido vasco y le atrae la cultura vasca. Teníamos claro que nuestras hijas aprendieran euskera. Queríamos vivir en una casa, en un pueblo… Nos atraía que es un lugar verde y cerca del mar”, recuerda. “Fuimos los segundos en comprar en una de las casas en la zona de Katetxiki, cuando solo era un plano”, apunta, contenta de aquella decisión. Al respecto, recuerda como casi premonitorio que a los pocos días de llegar a Navarra, su primera excursión fue a San Miguel de Aralar, monte que ve desde su casa.

Aisling O’Donovan en la puerta su centro de inglés, en el corazón de Lekunberri. N.M.

En un principio se trasladaba todos los días a Pamplona para trabajar en un centro como profesora de inglés, hasta que hace once años decidió abrir su propio centro en Lekunberri, Inishouse English Centre. “Era una apuesta arriesgada y que fuera en un pueblo podía pensarse que era un hándicap, pero fue todo lo contrario. Desde el primer momento hemos trabajado muy bien”, observa. Su nombre es mitad gaélico y mitad inglés, que se podría traducir por la casa de la isla. “He crecido en una isla, al lado del mar. Quería traer una parte de Irlanda a Lekunberri”, apunta.

Lo cierto es que Aisling O’Donovan ha aportado parte de la cultura irlandesa en este pueblo, cuyo Ayuntamiento se iluminará de verde al atardecer. Las celebraciones por San Patricio comenzaron el lunes con la decoración del centro, sobre todo con tréboles, planta símbolo de Irlanda y que según la leyenda, era la que usaba este santo para predicar los misterios de la Santísima Trinidad. Ayer hubo una cena con los mayores y hoy habrá una sesión de cuenta cuentos para los txikis. 

Este año el centro cuenta con 220 alumnos y alumnas, sobre todo de Lekunberri y pueblos de Larraun pero también de Irurtzun o Leitza, un número que crece año tras año. Además, da clases de inglés a empresas. “Este año estamos dando un curso a propietarios de pequeños negocios para que puedan tratar con sus clientes en inglés, dentro de LekunberriOn. Se llenó el primero y ahora estamos en el segundo para atender la demanda”, observa. “Los irlandeses somos buenos profesores porque respetamos mucho las culturas en las que estamos. Conectamos bien con las personas y aprender un idioma es una forma de abrirte”, observa.

Precisamente, esta irlandesa pronto comenzó a estudiar euskera, lengua a la que le pone un acento diferente. “Voy todas las semanas a Mintzapraktika. Me encanta el euskera, una lengua tan especial. Es una joya. Fue una de las razones por las que venimos a Lekunberri”, incide