Una familia de Noáin ha denunciado que los inquilinos a los que tiene arrendada una segunda vivienda “llevan tres años sin pagar el alquiler”. Amaia, hija de los propietarios y vecina también de Noáin, ha explicado a este periódico que sus padres disponen de un unifamiliar que decidieron alquilar a una familia “hace unos seis o siete años. En enero de 2020 dejaron de pagar sin dar explicaciones, les dimos un tiempo porque entendemos que puede haber situaciones delicadas, pero en mayo buscamos un abogado e interpusimos una demanda de desahucio porque vimos que no tienen intención de irse. Se les ofreció perdonarles la deuda y no seguir con la demanda si salían de la vivienda, pero no quisieron. Con la pandemia fueron a los Servicios Sociales, dijeron que no podían pagar. Les declararon vulnerables y se suspendió el proceso”, relata la vecina. Deben a los propietarios más de 20.000 euros. 

Cuenta Amaia que una semana antes de esa fecha de desahucio “tiraron una botella llena de pintura negra en la puerta de casa de mis padres, creemos que fueron ellos porque les hemos visto lanzando petardos y escondiéndose… Hemos sido coaccionados, intentan intimidarnos”, denuncia. Explica que se siente “superada con todo lo que estamos viviendo. Mis padres están medicándose, pasando muchísima ansiedad y con dificultades para dormir por culpa de todo esto”. 

Apoyo vecinal

La vecina acudió a la celebración de un pleno en el Ayuntamiento de Noáin para reclamar una solución porque “nos hemos visto atados de pies y manos”. Buena parte del pueblo se ha volcado con su familia, de hecho, se celebró una concentración de apoyo la semana pasada a la que acudieron decenas de vecinos y vecinas, “sentimos el cien por cien del apoyo y del cariño del pueblo y estamos muy agradecidos, aunque la situación es agotadora. Después de la concentración nos hemos reunido con los Servicios Sociales, la Policía municipal y el Ayuntamiento, desde el que nos han trasladado que no tienen competencias”, lamenta. 

Los inquilinos colgaron, tal y como se puede ver en la fotografía que acompaña esta información, una bandera pirata en el balcón, que retiraron “el día antes de que se celebrara la concentración. Queremos que se vayan. Los vemos en los bares y no hay derecho porque a una familia vulnerable no le llega el dinero para estar en el bar. Pero no quieren irse, están muy cómodos”, critica. Anuncia más movilizaciones y avanza que han acudido al Defensor del Pueblo, “esperamos que los servicios sociales envíen al juez el informe pertinente y se den los pasos que tengan que darse. Ver a mis padres pasarlo así de mal es tan injusto...”.