El séptimo encierro del Pilón, el penúltimo de las fiestas con reses de Manolo Merino, de Marcilla, fue muy rápido, apenas duró un minuto, y bastante limpio a pesar de la multitud de corredores que se dejaron ver en Falces. De hecho, tal y como informaban desde la DYA, solo tuvieron que atender en el puesto fijo a 6 mozos; uno de ellos con una torcedura de tobillo, otro al que tuvieron que darle puntos de sutura, y el resto, con heridas leves.

Con las laderas de la montaña abarrotadas de gente, muchísima más que estos días atrás, se pudo escuchar algún cántico en tono jocoso contra Arturo Pérez-Reverte tras su salida de tono y, de hecho, eran muchas las cuadrillas que, tirando de humor y con el desparpajo y salero que les caracteriza, se saludaban al grito de: “¡Hola, gentuza!”. 

Para Merino, tras ver repetido el encierro en un teléfono móvil con sus compañeros, “todo ha salido como siempre, como quería, sobre lo previsto”. Y es que a las 9.00 horas, tras el triple cántico de la canción del Pilón y los dos cohetes, los animales salieron del corral y aparecieron hermanados por la parte alta del recorrido a los 30 segundos. 

En la parte final, eso sí, la vaca ‘Corralera’, un astado veterano que ya ha corrido más veces este encierro, le imprimió una velocidad endiablada a la carrera;fueros unos cuantos los que aguantaron a zancada limpia delante de ella para, finalmente, acabar tirándose al suelo. 

A la ganadería de Manolo Merino, comentaba orgulloso, nunca se le ha escapado ninguna vaca, algo que rompe con todos los esquemas y más teniendo en cuenta que llevan participando en el encierro falcesino más de 30 años. “Claro que le da más emoción, pero para nosotros es mucho mejor que sea así; que no se escapen, porque es una faena, y más en estas fechas”.

diez vacas coloradas Merino desvelaba que tuvo que hacer un cambio de última hora. Y es que, aunque las diez vacas que este sábado participaron en el Pilón eran coloradas, él había seleccionado 9 de este color y una negra a la que le dieron un golpe y decidió cambiarla. 7 de ellas, insistía, ya habían estado en Falces y 3 eran nuevas. “Quería que hubieran bajado más despacio para que los corredores disfrutaran, pero se han lanzado”. Además, para la prueba de ganado en la que hubo un pequeño susto con un recortador, llevó una pareja formada por un capón y una vaca y otra compuesta por dos vacas. 

"NUNCA HA HABIDO MALTRATO"

El hecho de recuperar las ferias y festejos, comentaba, “es volver a respirar, a no estar apurado” y, en cuanto a la polémica desatada por el escritor al tildar a los falcesinos de “gentuza” y al Pilón de “barbarie” e “infamia”, aseguró que “para hablar, hay que venir y ver lo que hay. Nunca ha habido maltrato, al revés, a los animales se les cuida al cien por cien. Para ser ganadero hay que amar a los animales y antes comen ellos que tú. Yo no vendría si pensase que aquí les puede pasar algo malo o que es una ‘barbarie’ como ha dicho. Además, el Ayuntamiento no lo consentiría”.

El Pilón, concluía, “es el Pilón. Y tiene mucha, mucha fama por lo que la tiene. El año que viene esperamos estar aquí de nuevo”.

10 años con protección civil Quienes un año más están al pie del cañón velando por la seguridad de todos, y ya van diez, son los miembros de Protección Civil Milagro, un dispositivo que ha estado formado por 12 efectivos entre semana y por entre 15 y 17 los dos fines de semana (ahí también ha estado también Protección Civil Tudela).

Tras la reunión de las 7.30 horas, explicaban, se despliegan tanto por las zonas de aparcamiento (puente, piscinas y campo de fútbol viejo), como por el recorrido del encierro; un equipo está en el barranco y en la ladera derecha para controlar las caídas y prevenir avalanchas, el segundo equipo está al final de la cuesta, en el vallado para, junto a Policía Foral, ayudar en labores de evacuación de heridos, de control de accesos y apoyar a la DYA, y el tercero está junto a la jaima. Este año, destacaban además, han participado en la evacuación de las vacas desde el barranco.