Le recordamos llegando al Giltxaurdi, “no sé qué me pasa, no puedo andar cincuenta metros seguidos”, nos decía, y le consolábamos con un “ya somos dos”, cuando le habíamos visto golear tras correr la banda derecha más veloz que nadie con el 7 de su CD Baztan a la espalda, que se enfadaba si no le enviaban balones. Y luego en el Oberena y en Osasuna Promesas donde probó fortuna, Miguel Blanco de entrenador, hasta que decidió volver a casa.

Jesús Mari Cebrián Arribas había nacido en Txokoto por San Isidro de 1950, a 15 de mayo, y se nos ha ido apenas dos días después. Le gustaba el fútbol, desde que a sus 11 ó 12 años, formamos aquel Baztan Txiki en Elizondo, con camisetas azulgrana adquiridas con lo recaudado en la rifa de una gallina que, después de convencerle tras decirle que sería “primer suplente”, afanó Luisito Pantoja del corral familiar. Luego, los pantalones los regaló José ‘Pepe’ Ugalde Ruiz, alcalde que fue de Elizondo y socio de la Panificadora Baztanesa. ¡Cómo nos reíamos al recordarlo!

En la mano, la fotografía de aquel ilusionado equipo: Antonio Moreno, Juantxo Arretxea (+), Martín Vaquero, Inazito Aramburu (+), Juani Amiano, Teddy González, Kuki González, Pedro Miguel Amiano, Txuma Cebrián, Juan Mari Amiano que sí hizo carrera futbolística de la buena en el Español y la Real Sociedad, y tu hermano Peito Cebrián (+) en la banda izquierda, con Martín Petrirena de portero suplente. Se han ido algunos antes, su propio hermano Peito, tan veloz o más y que soltaba unos cañonazos que pa’qué.

Estos días pasados ya le echábamos de menos en el Giltxaurdi, siempre con el CD Baztan al que ha sido fiel hasta el último momento, Vicente, Victoriano, Jesús Mari y Andoni, animando y recordando sucedidos y anécdotas, que a veces ni nos enterábamos de los autores de los goles. En el bienio 1983-84 fue kargodun de Elizondo, siendo alcalde jurado Carlos Ciaurriz. Estaba jubilado de Laminaciones de Lesaka, muy unido a Amaiur desde su matrimonio con Belén Inda, feliz de ver cumplir y superar los 100 años a la amatxi Cándida, y al fotografiar a sus nietos al pie del monumento a la independencia del Reino de Navarra.

De pronto, como suele ocurrir, se nos ha ido. Sus amigos notarán su ausencia en las partidas de mus de fin de semana en el Mendi, y otros muchos en el Giltxaurdi. Es la vida que pasa y como desde el CD Baztan le han dicho al despedirle, le deseamos un buen viaje. ¡Agur Txuma, betiko agur!