Naciste en Sangüesa, hija de Pedro y Joaquina, venidos de Cantoria (Almería). Familia conocida en Sangüesa como casa o Panadería Lucas, donde creciste al calor del horno con aroma a txantxigorri. Creciste alegre, fuerte y sencilla.

A los 17 años te fuiste a Barcelona porque tenías inquietudes y querías formarte, pero al conseguirlo te tiraba tu tierra y te viniste a Pamplona con tu trabajo. En tu vida se cruzó Luis Fernando y no tuvisteis dudas ninguno de los dos. Él aibarés, tú sangüesina y, trabajando los dos en Pamplona, al decidir juntar vuestras vidas elegisteis como lugar de residencia Aibar.

Como por vuestras venas corría la vida del trabajo no perdíais ocasión de hacer cualquier labor. A veces nos decías riendo “Mira que venirme de Barcelona para vendimiar en Aibar o poner plantas en Pastoriza”. Era ayudar a tu familia, que para ti siempre fue lo más importante… hasta que llegaron esas dos preciosidades de hijos, Alba y Christian. Te adoraban y no han dejado de hacerlo, y en tu enfermedad todos hemos visto el inmenso cariño que había entre vosotros.

También tengo que decirte, Marga, allá donde estés, que era imposible no quererte, emanabas cariño hasta estando malita. Te preocupabas de todos los que pasábamos un ratito contigo. Nos has dado tanto cariño y siempre con una sonrisa… que tu estrella para nosotros estará siempre en lo alto donde te mandamos un beso y desde ahí nos alumbras. Nosotros te sentiremos siempre aquí.