Javier Ruiz es uno de los analistas de la política y la economía más seguidos y conocidos en la actualidad. Le gusta el periodismo que tanto añoran muchos, ese periodismo sin gritos, sin algaradas, pero sí incómodo y crítico. El resto, dice, es trabajar de parte o propaganda. Y desde luego, en absoluto lo considera periodismo. A Javier Ruiz ser un tipo incómodo le ha costado salir, incluso con cierto estrépito, de alguno de los programas en los que colaboraba. Piensa que esa comunidad de vecinos que se viene llamando España puede tener arreglo, siempre que se elimine el cartel de no funciona que lucen sus dos ascensores, el fiscal y el educativo. Solo de esta forma, considera, podrían desaparecer las goteras.

PERSONAL

Edad: 49 años.

Lugar de nacimiento: Valencia.

Formación: Licenciado en Periodismo por la Universidad CEU Cardenal Herrera de Moncada, posee además un máster en Economía Internacional y Periodismo por la Universidad de Columbia de Nueva York.

Trayectoria: Es jefe de la sección de economía de la Ser. Ha combinado este puesto con distintos programas de televisión. Recientemente ha estado al frente de Las claves del siglo XXI en La 1 de TVE. En épocas anteriores ha pasado por Las mañanas de Cuatro, los informativos de la cadena y también ha sido colaborador, bastante incómodo, con Ana Rosa Quintana. Acaba de publicar un nuevo libro político, Edificio España.

Empecemos por el edificio llamado España. Parece una comunidad de vecinos muy mal avenida y en la que no funcionan en absoluto muchos presidentes, ¿no?

Así es. La comunidad de vecinos funciona muy mal y los presidentes de la comunidad no son lo suficientemente valientes para arreglar el ascensor, que está roto desde hace muchos años. Y además hay un sótano que se nos está llenando de gente que está dentro de una pobreza...

...que no deja de crecer.

Exacto, y a la vez hay una riqueza que crece y crece, con gente que está muy arriba. Hay una desigualdad muy gorda. Y ya digo que el presidente de esta comunidad no repara el ascensor.

Hablamos de pobreza y sin embargo se siguen dando datos de que el paro va en descenso.

Exacto, pero el trabajo no es ya sinónimo de riqueza.

Da la sensación de que, salvo excepciones, el trabajo nunca ha sido sinónimo de riqueza.

Tienes razón. Lo que quería decir que hoy en día tener una nómina no es tener la vida solucionada. Es tener un pequeño problema. El que tiene dinero, ese sí que tiene la vida solucionada.

¿El rico de toda la vida?

En el edificio España, para hacer dinero hay que tener dinero. Los economistas llaman a esto desigualdad de rentabilidades entre la rentabilidad del capital y la rentabilidad de trabajo. Cuando tienes dinero y lo inviertes en Bolsa ganas un 25 o un 30%, pero si tienes trabajo, tu nómina está congelada desde hace décadas. La consecuencia es que la gente que tiene dinero cada vez tiene más dinero, y la gente que tiene una nómina cada vez tiene más problemas.

¿Y quién gobierna en este edificio, el poder económico o el poder político?

Cómo me gusta esta pregunta. Si la desigualdad se sigue agrandando, la política es política de parte, y quienes gobiernan lo hacen a favor de quienes mandan.

"Gobernar y mandar no es lo mismo

¿Los más ricos?

Claro. Gobernar y mandar no es lo mismo. Me da la sensación de que tenemos una serie de grandísimas fortunas, de grandísimos grupos que cada día tienen más poder y que pueden comprarse hasta al presidente de la comunidad.

Al margen de ideología, su descripción es la de una comunidad dividida entre ricos y pobres, y con el ascensor fuera de servicio.

Pero yo no compro el discurso de que hay dos Españas, una roja y otra azul, aunque sí que creo que hay dos Españas económicas.

¿Solo dos?

O cinco, si se quiere ver un edificio de cinco alturas. Pero fundamentalmente podríamos hablar de la España de la gente que tiene dinero y está intentando blindar la puerta del ático, y la de la gente del sótano que está viendo que se ahoga entre las goteras.

¿Por qué nos han tocado unos políticos que se dan de tortas en vez de mejorar la comunidad?

Tenemos muchos problemas políticos que son síntomas de la desigualdad. La desigualdad es la enfermedad y tenemos los síntomas, la fiebre, y eso es la política. La desigualdad ha hecho que la gente que no tiene dinero simplemente caiga en una especie de agujero negro. ¿Quién va a votar? La gente que tiene dinero. Los políticos se están olvidando de la gente. Hacen política de partido en vez de hacer política de Estado.

Da la sensación de que se saltaron la clase donde se hablaba de qué es política de Estado. 

Y hace tiempo. Cuando tienes un país donde hay de un 17% a un 20% de personas con trabajo que no llega a final de mes, es que los políticos han dejado caer a mucha gente. Me preocupa esto, no solo que se estén dando de tortas, sino que esa gente que se ha quedado olvidada, el día de mañana o el día de hoy, por qué no, caiga en soluciones mágicas.

¿Populismos?

Sí, pueden caer en populismos extraños, en ultraderechas que más que dar soluciones lo que dan es culpables. Toda esa gente que se deja caer en lo político después vuelve a lo político, pero para desestabilizar el sistema. 

¿Tienen los medios de comunicación alguna culpa sobre cómo funciona esta comunidad de vecinos mal avenidos?

Somos también parte de ese entramado político. Hay gente que puede comprarse hasta su libertad de expresión y la tuya.

Pues qué bien.

Es que tenemos un problema, un problema económico que está haciendo que los medios sean cada vez más débiles y los poderes cada vez más fuertes. Se supone que nosotros somos el contrapoder. Hay una parte de culpa por nuestro modelo económico inviable, pero además hay gente que ha descubierto que trabajar de parte es más rentable que trabajar a secas. Hacer información de parte, hacer propaganda, es más rentable que hacer periodismo, y ahí es donde empiezan los problemas de verdad. Los que hacen esto no solo se han cargado su credibilidad, sino también la de la profesión.

"Hay gente que ha descubierto que trabajar de parte es más rentable que trabajar a secas"

Algunos miembros de ella hacen cosas increíbles. Solo hay que ver cómo le ha ido a Ayuso después de llevar el blog del perro de Esperanza Aguirre... 

Ja, ja, ja... Es cierto, y con muchos medios a su favor. Si tienes la llave de la caja de la publicidad pública, seguro que tienes la simpatía de los medios que hablan con la opinión pública.

¿Tiene arreglo este edificio con tantas goteras como presenta? ¿Se pondrá de acuerdo la junta de vecinos?

Me ha gustado esa metáfora de la junta de vecinos. El edificio tiene arreglo si ponemos a funcionar los dos ascensores.

¿Cuáles son esos ascensores?

Uno es el ascensor social de los impuestos, el ascensor fiscal. Si se arregla se puede distribuir y pagar servicios públicos. El edificio no tiene por qué tener goteras. Y es necesario reparar el ascensor de la educación. Ahora mismo, muchos centros privados se están convirtiendo en clubes de élite. Señores ricos con hijos ricos que mandan allí a los niños porque también hay otros niños ricos y van a poder hacer comunidad allí. Necesitamos abrir la educación para la gente que se forma de verdad, para la gente de mérito de verdad.

Da la sensación de que el mérito es el dinero y el ser hijo/a de.

A mí me molestan mucho esos discursos liberales que hablan del mérito y luego se lo niegan a los demás, por eso mismo necesitamos reparar el ascensor fiscal y el ascensor de la educación. Eso significa becas, ayudas a la gente que se esfuerza, significa que la educación no es patrimonio de los ricos. Si esto se arregla, se arregla el edificio.

¿Y si quitamos del edificio las puertas giratorias que solo se mueven para algunos? ¿Si las prohibimos?

Ja, ja, ja... Me gusta. No solo deberíamos prohibirlas, deberíamos quemarlas, tapiarlas.

¿Y qué puertas ponemos?

Unas blindadas. Soy muy defensor de los servicios y de la política, y si la política funciona no puede estar en venta. No puede haber compañías que compren la política, y eso está pasando.

Volvamos a la profesión. Hace tiempo que hemos aparcado el periodismo incómodo. 

Es que hay mucho profesional que ha dejado de hacer periodismo. El periodismo por definición es incómodo. No se hacen amigos haciendo periodismo. Lo que hacen muchos no se llama periodismo. Sabemos lo que son. Un juez decía que él no sabía definir la pornografía, pero sabía reconocerla cuando la veía. Yo digo lo mismo: no sé definir el periodismo, pero sé reconocerlo.

¿Hay pornografía periodística?

En muchas ocasiones es chantaje de las empresas que se anuncian, en otras es propaganda a favor de un partido político, un candidato o una compañía. Pero lo que no es, es periodismo, porque si lo fuera sería lo que dices, crítico e incómodo.