En otra revisión de los clásicos me encuentro con Las minas del rey Salomón (1950) sobre una popular novela del escritor de aventuras victoriano Henry Rider ( 1882) que ha propiciado varios remakes (alguno con Sharon Stone y Richard Chamberlain como protagonistas) dado que, por aquel entonces, estaban de moda las películas de safaris. 

En esta que nos ocupa, hay que comprender que han pasado casi 73 años y no era fácil entonces realizar un film de estas características y además, en color. Obviamente, el guion y los diálogos han quedado trasnochados y hoy pueden resultar xenófobos o machistas en una cinta de las de entonces, con protagonista guapo y aguerrido (Stewart Granger) aunque, a decir verdad, esto último mucho no ha cambiado, así hayan pasado siete décadas. La cinta ofrece un cóctel de territorios inexplorados en África, tesoros, tribus hostiles y, por supuesto, aventura a raudales y romance en una película ya considerada un clásico en su género.

La herencia de la cinta de la Metro ( Apple TV) de Compton Bennett y Andrew Marton nos deja unos estupendos exteriores para la época -fue rodada en el continente africano- en los que destacan escenas icónicas como la de la británica Deborah Kerr tomando el sol en las cataratas Murchinson de Uganda, el atrezzo sinpar y ¡cómo no! los integrantes del Ballet Nacional de Kenia que gracias a este film fueron contratados para una gira a nivel mundial. 

Salvando las distancias y, por supuesto los años, Las minas del rey Salomón es la mejor en su género, las películas de safaris, y así lo demostró en su estreno y su éxito en taquilla. Consiguió dos Oscars y fue candidata a la mejor película.