veces cuando metes el almuerzo en la mochila de tu hijo te llevas sorpresas. Además de la carpeta y la agenda escolar las yemas de tus dedos reconocen las aristas de goma de los Superzings. O los bordes de los tacos de cromos. O el perfil de una mini nave de Star Wars. Y como la andereño insiste en que no lleven juguetes a la eskola porque luego van y los sacan en clase y se despistan, ellos y el resto en un radio de tres mesas, algunos días se los requisas. Y otros, no. Los dejas esperando que los mantengan en el fondo de la mochila hasta el recreo. ¿Confías en mí, ama? Por supuesto, cariño. Y eso es todo. No sé cómo será meter la mano en la mochila de tu hijo y encontrarte el perfil metálico del cañón de un rifle AR15. No quiero saberlo. Sólo pensarlo me ha revuelto el estómago y me ha congelado la nuca. El alcalde de Nueva York, la ciudad menos estadounidense en cuestión de armas, ha pedido a las madres y los padres que revisen las carteras escolares de sus hijos y sus habitaciones. La gobernadora de ese estado ha solicitado patrullas policiales a la entrada de cada escuela para que hagan controles diarios desde este sábado hasta que termine el curso. “En ningún otro país se explica a niños pequeños qué hacer si un hombre malo entra en el edificio”, ha dicho un congresista demócrata. La cuestión no es si Salvador Ramos, de 18 años, que vivía con sus abuelos en una pequeña ciudad de Texas, sin amigos ni pareja, no tiene sentimiento de pertenencia a ningún grupo. La cuestión no es si se trata de un chaval solitario, con autoestima baja, necesidad de atención, falta de cariño o fantasías destructivas. La cuestión es que ha matado a 21 personas con un rifle que puede comprarse al cumplir 18 años con la misma legalidad y la misma naturalidad con que mi hijo se compra los cromos. Porque vive en un país donde es absolutamente normal y está aceptado socialmente e incluso bien visto que cualquiera tenga un rifle bajo la cama. O desmontado en el fondo de la mochila. Y mientras no deroguen esa ley antinatural vamos a seguir sufriendo tragedias como esta.