Las fiestas no van a ser iguales este año. Hay muchas ganas pero también mucho enfado e indignación. El Ayuntamiento ha optado por no contar con los colectivos populares sencillamente porque no le gustan. No hay grupo que no salga escaldado. Se les niega espacios, se les prohíben actividades y no se autoriza ninguna programación musical que no esté contratada por el Consistorio. Las 16 peñas de la ciudad han acordado suspender la música de las txarangas cuando atraviesen por delante del edificio consistorial en señal de protesta -silenciosa- por la gestión de Maya sobre los Sanfermines.

También ayer los abuelos y abuelas se quejaban de que les habían quitado los bancos en la plaza del Castillo para colocar unas barras. ¿Alguien hubiera imaginado hace apenas tres años que la foto en Sanfermines de la plaza del Castillo, cuando se sube con los sobrinos o con los aitas para ir a la Tómbola, a comprar un helado o para quedar con la cuadrilla, iba a verse ensuciada con casetas de cubatas y cachis de cerveza y una marea de gente bebiendo? Nos roban la calle pero, además, “ van a ensuciarlo todo, va a parecer una cuadra”, aseguraban ayer los mayores. Para colmo Maya ha decidido sacar un periódico oficial para los encierros con la excusa de ofrecer normas para correr y para que se puedan enrollar y utilizar para mantener la distancia con los toros, una práctica que tradicionalmente ha correspondido a los periódicos de esta comunidad. Comprar el periódico del día antes de lanzarse a las calles. Ni eso se ha respetado.