Ha comentado Carlos Pérez Nievas, líder de Ciudadanos en Navarra y parlamentario por Navarra Suma, que apuesta porque se renueve la coalición que formaron en 2019 UPN, PPN y Ciudadanos tanto de cara a las forales de 2023 como las municipales de ese mismo año. Bueno, habría que recordar que del 36,5% de los votos totales que logró Navarra Suma quizá un 28% sería de UPN y más o menos un 8% entre Ciudadanos y el PPN, quizá con Ciudadanos cerca del 5% y el PPN del 3%. Pero, claro, eso en 2019. Ahora mismo todo hace indicar, tras la debacle nacional de Ciudadanos, que la sigla naranja que iba a cambiar el panorama nacional y mundial no lograría por sí sola llegar al 3% de los votos, que son los votos que se necesitan para entrar en el Parlamento de Navarra. Pérez Nievas, además, todavía tiene que presentarse a unas primarias en su partido para ver quién iría en las listas parlamentarias, pero mucha sorpresa nos daría si no le vemos repetir de candidato o al menos en los puestos que puedan llevarle a pillar cacho, ya sea si finalmente Navarra Suma se reedita –incluso yendo sin el PPN, una coalición UPN-Ciudadanos– o si, como han anunciado, Ciudadanos se presenta en solitario. Es lo que tiene esto de convertir la política en un trabajo, que ya sea por una vía, por otra o estando cerca en algún cargo que caiga se ve que a muchos les cuesta una barbaridad dar por cerrada una etapa –Pérez Nievas está ya en su segunda etapa como político, antes estuvo en CDN– o cuando menos no cerrarla pero sí dejar de estar en los puestos que dan paso a los salarios como políticos. Él es uno de los claros ejemplos, pero hay muchos, en todos los partidos o casi todos, auténticos reyes y reinas de la maniobra para mantenerse en el puesto o en alguno similar o cuando menos en alguno: lo que sea, con tal de no volver al día a día de los ciudadanos a los que nos dicen defender y trabajar por.